Joana Biarnés, una mujer en un mundo de hombres
La Sala Canal de Isabel II acoge hasta el próximo 23 de julio una exposición sobre los reportajes de moda de la primera fotoperiodista española
12 marzo, 2023 00:00“Yo nunca fui aficionada a la fotografía. Todo fue por la necesidad de que mi padre estuviera orgulloso de mí”, confiesa Joana Biarnés (Terrassa, 1935-Barcelona, 2018) al inicio del documental que acompaña la muestra Joana Biarnés. Madrid/Moda a pie de calle. Esta mujer que comenzó su andadura en la fotografía como asistente de su progenitor, Joan Biarnés, fotógrafo deportivo, acabaría convirtiéndose en pionera del fotoperiodismo en la España del franquismo y en icono de una profesión acotada en aquel entonces a los hombres. “¡A fregar platos!” o “¿qué, buscas novio?” son solo algunas de las frases de cortesía que el público le gritaba desde las gradas de los estadios de fútbol. Pero, lejos de amilanarse, superó todos los obstáculos para hacer realidad el sueño inesperado de convertirse en fotógrafa de prensa.
Además de ser la primera mujer fotoperiodista en nuestro país, Joana Biarnés también fue pionera de la fotografía de moda. “Como pionera capta una época muy interesante: desde finales de los cincuenta hasta los primeros setenta. Su manera de ser directa, transparente, se refleja muy bien en sus fotografías y en cómo mira la realidad. Nunca hay una segunda intención, pero sí un sentido del humor muy fino”, explica Josep Casamartina i Parassols, comisario de la muestra.
Fotógrafa y estilista
Sus primeros trabajos para la revista La Moda en España, dirigida por Pilar de Abia, son más formales influidos por la sofisticación de la alta costura, pero cuando inicia su andadura en el madrileño diario Pueblo atrás queda la solemnidad de salón y la espontaneidad y la frescura cobran protagonismo. “En este ámbito, tan dado a la fantasía y la sofisticación, ella situó a menudo las modelos en la calle, con naturalidad, sin buscar escenarios fastuosos o extravagantes, ni tampoco evasiones estéticas, y captó como nadie en cada imagen la esencia de su tiempo”. Así, durante casi una década, entre 1962 y 1972, realizó numerosos reportajes y editoriales de moda sobre todo en Madrid. Joana se ocupaba personalmente de la producción de las fotografías, elegía las modelos, las localizaciones y se encargaba del estilismo. “Es así como la fotógrafa descubre el placer de disparar lo que solo ella ha provocado, lo que solo ella ha construido, antes de apretar el obturador de la cámara”, escribe Manuel Outumuro en el catálogo de la exposición, editado por la Comunidad de Madrid, la Fundación Photographic Social Vision y la editorial Blume.
La muestra reúne más de un centenar de fotografías que reflejan la evolución estilística y social de ese periodo. Incluye además una selección de trajes de los modistos con los que colaboró: Paco Rabanne, Elio Berhanyer, Carmen Mir, Mary Quant y Antonio Nieto. Para el comisario, esta exposición, que aunque más pequeña ya estuvo en Terrassa y Tarragona, alcanza en la capital toda su dimensión: “Es la historia de Madrid, son las calles de Madrid, la gente de Madrid”.
Massiel, Los Beatles y Raphael
Los reportajes de moda discurrieron en paralelo a su entusiasta labor como fotoperiodista. Sus imágenes son el relato sentimental de una época, la de la dictadura franquista y su lenta apertura hacia la modernidad. Una crónica documental no exenta de cierta provocación. Esa fue su contribución hacia una sociedad más abierta y tolerante. La apuesta de una mujer avanzada a su tiempo que, como bien apunta Outumuro, “supo hacer, sin pretenderlo, de su modernidad una reivindicación feminista”.
Sus imágenes representan tímidos avances hacia el aperturismo en una época de cambios trascendentales. Pocos saben que fue precisamente ella quien le propuso a Massiel visitar la boutique de André Courrèges, el modisto que finalmente vistió a la cantante en el Festival de Eurovisión de 1968 que ganó con el célebre La, la, la; que las atrevidas minifaldas de Mary Quant o los revolucionarios diseños de Paco Rabanne también protagonizaron sus reportajes; o que fotografió en exclusiva a Los Beatles durante su gira por España en 1965, unas instantáneas que nunca vieron la luz porque las autoridades consideraron que ya habían promocionado demasiado a esos “melenudos”.
Retrató a numerosas personalidades de la época como Carmen Sevilla, Jackie Kennedy, Orson Welles, Lola Flores, Audrey Hepburn, Buero Vallejo, Luis Buñuel, Salvador Dalí, Julio Iglesias, Marisol y a la familia real española. Gracias a su personalidad, cercana, discreta, empática, se hizo amiga de muchos de los personajes a los que fotografió: Joan Manuel Serrat, Natalia Figueroa, con la que trabajó durante años en la revista Blanco y Negro, y Raphael, de quien fue fotógrafa personal durante nueve años, acompañándole por todo el mundo. Aún hoy el cantante recuerda sus fotografías para las portadas de sus discos como muy reales, nada retocadas, instantes que otros fotógrafos no veían.
La cocina, su otra gran pasión
Joana Biarnés documentó también sucesos dramáticos como los desastres de las riadas del 62 o el reportaje, junto al periodista José Luis Navas, sobre el maltrato de menores en un internado de Madrid. Un asunto que montó tal revuelo que tuvo que irse del país una temporada.
A mediados de los ochenta, con el auge de la prensa sensacionalista, entendió, muy a su pesar, que era el momento de retirarse. Así fue como tras décadas de profesión colgó las cámaras y se trasladó junto a su esposo, el periodista francés Jean Michel Bamberger, a Ibiza. Allí se volcó en su otra gran pasión: la cocina. Abrió en su propia casa, Ca Na Joana, el restaurante al que todos querían ir, incluso el mismísimo Juan Mari Arzak, que la recuerda como una excelente cocinera: “Haz tu cocina, lo que a ti te sale de dentro, eso es lo que tienes que hacer. Cuando nos transmites eso, nos transmites sublimación”.
Sublimación y pasión, dos constantes en la obra de esta extraordinaria mujer.