Sorogoyen: "No somos grandes activistas, nuestro grano de arena es hacer películas políticas"

Rodrigo Sorogoyen (Madrid, 1981) e Isabel Peña (Zaragoza, 1983) vuelven a las salas con una película que va a mantener enganchado a las sillas a los espectadores. Los que ya han podido ver As bestas en festivales ya lo han sentido. No en vano se ha llevado ya el Tokyo Grand Prix a la Mejor Película, a Mejor Director y a Mejor Actor para Denis Ménochet.

El film sigue a Antoine y Olga, una pareja de franceses que se muda a un pueblo del interior de Galicia para vivir en paz. Algunos lugareños no se lo pondrán fácil. En especial los hermanos Anta. No vale la pena contar más. El manejo del tiempo, un guión cuidado al detalle y el posicionamiento crucial de la cámara hacen el resto.

De la ciudad al campo

Acostumbrado como tenía al espectador a thrillers más urbanitas, el realizador matiza que es por cuestión de timing. "Este guion era nuestra tercera película, después de Que Dios nos perdone, lo que pasa es que ahora es la quinta. Así que ya en la tercera película queríamos irnos a lo rural. Ahora choca porque después vino Reino, Antidisturbios y tal", confiesa a Crónica Global.

El abandono de la ciudad no le ha quitado ni un poco de peso a la mirada política del realizador y su guionista y es que, probablemente, esta sea la película más política que hayan firmado hasta la fecha, sin necesidad de que salga ningún profesional de ella. Este medio se encuentra con Sorogoyen y Peña en el marco del festival de cine de Sitges para hablar de todo aquello que transpira un film con apariencia de entretenimiento y fondo reflexivo. Pura marca de la casa.

--Pregunta: ¿Cómo surgió la idea?

Rodrigo Sorogoyen (R): La historia se nos cruzó. Está basado en un hecho real. Leímos la noticia en un periódico: un crimen terrible con unos mimbres interesantes y, sobre todo, un comportamiento de uno de los implicados que nos hizo pensar que ahí había una peli. Así que ya había un interés por lo rural en 2016, pero se cruzó El Reino, el PP, la corrupción, Antidisturbios... Estábamos muy enamorados de esa historia, ahora ya no tanto (bromea), pero pensábamos que era potentísima, ahora ya no tenemos esa sensación. Ahora ya que lo piense la gente. Nosotros no lo podemos decir ni lo pensamos así.

--Pero en esta historia también hay mucha política, aunque no sea tan evidente. Se trata de la xenofobia, un retrato del capitalismo.

Isabel Peña (I): Es algo que hablamos mucho. Porque no solo conversamos de nuestras películas y proyectos sino también de lo que vemos y nos ponemos la responsabilidad de intentar que siempre nuestras pelis sean políticas. Nos sentimos obligados, sin que nadie nos lo diga. As bestas es, sin duda, una peli política. Nos sentimos más cómodos trabajando así.

R: Sí, y no sólo por la xenofobia.

I: Por lo que has comentado, por el tema de las eólicas, la violencia masculina, la España vaciada.

R: Es una película muy política. No nos consideramos los grandes activistas en nuestro día a día y lo único que podemos hacer o terminamos haciendo es películas. Nos sentimos con una cierta responsabilidad, porque ya que nos molesta cuando el mundo va mal y nos encantaría que fuera mejor de lo que va. Nuestro granito de arena es hacer películas políticas.

Rodrigo Sorogoyen en el rodaje de 'As bestas'

--Y más allá de la política, hay una desmitificación del ambiente rural.

R: Le iba bien a la película, es lo que opinamos, pero no queremos romantizar nada. Nosotros somos urbanitas y nos encanta ir al campo y decimos, qué guay sería vivir aquí. Pero tiene sus cosas buenas y malas.

--En todo caso, no juzga a sus personajes. Presenta las razones de todos los personajes. ¿Es una manera de entender el cine político, de forma abierta, planteando los temas desde todos los puntos de vista?

I: Totalmente.

R: Cuando haces todo tipo de cine y cuando haces cine político más todavía. Si cuentas algo que está ocurriendo en el mundo, la obligación es intentar entender el mundo y para ello es necesario integrar todas las partes de este mundo. Luego llegas o no llegas. En este caso queríamos saber porque los hermanos están dolidos y tienen odio. Si la gente tiene odio y hay que ver las razones por las que los tiene.

I: Precisamente, en la política si se simplifica todo es mucho más peligroso. Por eso era interesante darles el espacio.

--Y del aspecto temático pasamos al técnico. A la aproximación de la cámara, la distancia que toma respecto a esos personajes.

R: Lo que he pretendido es mantener una distancia y el plano simbólico es el de la escena del bar. No queríamos verlo desde ningún punto de vista de algún personaje. Son dos personajes, uno a un lado, otro al otro con sus posturas. Ese es el plano que simboliza la política y quería que se mantuviera siempre allí. Excepto cuando acaba la película, que quería estar muy cerca de la protagonista, para subrayar que esta es la cara, la mirada que me interesa.

Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña JC

--Ya que hablamos de la protagonista. ‘As bestas’ empieza siendo muy masculina y al final la mirada es muy femenina. ¿Es en sí ya un mensaje político?

R: Este cambio de punto de vista estuvo allí desde el principio. Sabíamos que queríamos que le pasara algo a nuestro protagonista para que al final ella lo fuera. Lo sabíamos desde el minuto uno que nos metimos en este ambiente rural, porque Perros de paja ya existe y es un peliculón. Lo que es cierto es que desde la primera versión de 2015 o 2016 el mundo ha cambiado muchísimo, sobre todo la manera de mirar el cine respecto a los papeles y las feminidades y la relación entre el género masculino y femenino. ¡Y menos mal que ha cambiado! ¡Y más que debería cambiar! En estos años hemos sido muy conscientes de lo que estábamos haciendo, tal vez sin darnos cuenta, pero estaba allí desde el inicio. Queríamos que desde el inicio ella pareciera "la mujer de", que pareciera ser el típico thriller donde el prota es él y la mujer solo ayuda y de repente decirle al espectador: "aja, ¿te creías que era el típico thriller? Y no. 

--Hablemos de esa relación entre madre e hija.

I: Con la hija queríamos ofrecer la opinión del espectador. Olga tiene un comportamiento que es muy difícil de comprender, sobre todo para su hija. Por eso, queríamos que su mirada fuera la del espectador que juzga, porque tiene miedo. Todos tienen miedo en la peli y por eso reaccionan como lo hacen. Los hermanos Anta tienen miedo del extranjero y de su forma de vida y por eso hacen lo que hacen. Marie, la hija, también teme perder a su madre. El miedo hace que los personajes sean violentos. La violencia de los hermanos es física, injustificada e injusta y la de Marie es emocional contra su madre. Eso nos permitía ser muy duros y ofrecer un arco muy revelador y emocionante.

Rodaje de 'As bestas'

--El miedo sin duda es el protagonista de las vidas de estos personajes ¿y el que impera en la sociedad?

R: Por supuesto que el miedo es el gran causante del odio de la gente, de la xenofobia, de la violencia. La gente no hiere, pega o mata porque es mala per se, sino porque tiene miedo. Por eso lo hemos de tratar. Siendo conscientes de eso, mucho del articulado de la película tiene que ver con el medio. El libro La España vacía, de Sergio del Molino habla de eso, del conflicto eterno de lo rural contra lo urbano y viceversa. El motor y la causa de este conflicto es el miedo.

--Y por último, esa escena de Olga y la madre de los hermanos. ¿Cómo llegar a ella?

R: Fue muy bonito encontrar esa escena.

I: Nos costó encontrarla. Había algo que estaba flotando y cuando lo vimos fue alentador: Olga no quiere vengarse, esto no es una película de Liam Neeson. Ya hay demasiadas películas que recurren a ella.

--¿El cine debe servir para eso?

I: No todas las pelis deben tener mensajes, porque para entregar mensajes ya están los mensajeros, pero si las que lo hacen tratan al espectador de forma inteligente está muy bien.