Marta Barceló: "El teatro nos recuerda los temas pendientes"
La dramaturga pone sobre el escenario una de las mayores tragedias sucedidas en Mallorca en 'Zona inundable'
16 octubre, 2022 00:00Podría parecer que la nueva obra de Marta Barceló deja de lado las enfermedades, algo que estuvo siempre en sus obras. En cambio, si se echa un vistazo a su Zona inundable, uno puede intuir que no es así.
La obra que se puede ver en el Teatre Nacional de Catalunya es un reflejo de uno de los males que azotan no a miles de seres humanos sino a todo el planeta. El cambio climático y, sobre todo, las consecuencias de la intervención desmedida del hombre en la naturaleza.
Hechos reales
El montaje se inspira en las inundaciones que sufrió el municipio de Sant Llorenç des Cardassar el 9 de abril de 2018 y que provocó una de las mayores tragedias en la isla de Mallorca. De esas lluvias, esta obra que refleja no sólo ese terrible momento, la actuación de los políticos y la atención de los medios, sino también la solidaridad posterior de toda la comunidad, que puso lo mejor de sí para ayudar a los afectados.
Crónica Global habla con la dramaturga para que explique con sus propias palabras qué significó ese momento y cómo lo ha llevado al teatro.
--Pregunta: 'Zona indubable' es: ¿teatro documental, ficción, un 'basado en hechos reales'?
--Respuesta: Es ficción. Es una cosa que he intentado tener clara durante todo el proceso. Sí está basada en hechos reales, pero son unos hechos tan recientes, tan delicados, son una materia tan cercana que he necesitado, primero, cambiarle el nombre al pueblo, y después, tener la libertad de inventarme a mis personajes. He cogido muchas cosas de la realidad, me ha servido mucho para darle verosimilitud a todos los dispositivos de emergencia y demás. Todos mis personajes son ficticios, pero he cogido trocitos de la realidad para crear esta obra de ficción basada en hechos reales.
--¿Cuál es el reto de poner una inundación y una realidad tan reciente en escena?
--Ha sido un reto, pero más sobre la directora para ponerlo en escena. Pero sí, no ha sido fácil. El texto mismo es un torrente de palabras e información, me dice la directora. Es un hecho que tiene muchas capas. Yo iba recopilando las noticias que salían porque, para mí y para toda la sociedad balear y española, fue chocante y conmovedor. Veía todas las capas que se iban superponiendo. Por un lado, las historias de cada persona de supervivencia, de resiliencia, de gente que está al borde de la muerte y luego la ola de solidaridad. Cómo el pueblo se volcó. Está la parte de los medios de comunicación y cómo los políticos aparecían y la discusión que surgía de qué ha pasado, cómo y por qué, además de cómo evitarlo. El propio nombre, zona inundable, te dice que puede pasar y por qué entonces se sigue construyendo allí. Después le quería dar importancia a la sabiduría popular. ¿En qué momento la hemos dejado de escuchar? A la vora del riu no hi facis el niu; mal veïnat és el torrent, s'endú la boira i deixa lo més dolent... Y tantas otras frases hechas que ya te indican que es mejor dejar esas tierras para otra cosa. El reto ha sido poner todas estas capas en un equilibro teatral y que todo tuviera coherencia.
--¿Cree que, pese a la solidaridad, hay algo de no prestarle atención a tiempo a estos temas, de ir tarde?
--Claro, uno se pregunta ¿se podría haber evitado esto? Porque por allí donde ha pasado el agua, volverá a pasar. La naturaleza tiene sus propias reglas y nos pensamos que por estar evolucionados y tener tecnología sofisticada estamos protegidos y tal vez si hiciéramos un poco más de caso de la percepción de riesgo que tenían nuestros abuelos, igual podríamos prever un poco más lo que sucede sin llegar a vivir desgracias tan grandes.
--Hablaba también de los medios. Esos que hacen una gran cobertura y luego desaparecen.
--Sí. Estamos inmersos en la sociedad del espectáculo en esto y en todo. Hay algo que acapara la cobertura informativa de unos días y luego pasa y es otra cosa. Vamos de cosa en cosa y cuando hay una efeméride se recupera eso. Continuamente suceden cosas por todo el mundo y como nuestro acceso a la información es cada vez más amplio, nos llegan cosas de todas partes del mundo, estamos continuamente bombardeados con informaciones. Eso hace que vengan por bloques.
--En este sentido, ¿qué papel juega el teatro para detener este tiempo y reflexionar?
--El teatro está desligado de la inmediatez. Esto mismo es una obra de algo que pasó hace cuatro años, hay hechos que se necesitan incubar, como un huevo. El teatro está ligado a la contemporaneidad pero no a la inmediatez y nos recuerda las cosas que tenemos pendiente y de las que vale la pena hablar.
--Vayamos a otra parte de la obra, el retrato de los políticos.
--Se ha recortado un poco esta parte en la obra, no por autocensura, sino porque había una parte grotesca y paródica por cómo fue, lo que decían. Vino el Rey, Pablo Casado antes de Pedro Sánchez, que dijo que el Gobierno no les daría la espalda y un año después no llegaron. Sí hay en el texto ese aprovechamiento de las desgracias para obtener rédito político, cuando en sus manos estaría hacer más de lo que hacen. Ahora en la obra no hay tanto de eso que sí lo había en el texto, pero lo que me ha pesado más son dos cosas: las vivencias personales de los protagonistas y la memoria colectiva. Y es que el archivo municipal, que no estaba digitalizado y estaba en el juzgado de paz, que se inundó. Esta es una idea esencial incluso a nivel escenográfico.
--¿Cree que olvidamos bastante ese mal que le hemos hecho al territorio y luego pagamos las consecuencias?
--Este es uno de los grandes temas de este siglo porque hemos llegado a un punto de no retorno. La manera en que nos hemos cargado la Tierra es de una bestialidad inmensa. Era evidente que no podíamos continuar de esta manera, cargándonos el territorio, siendo tan poco respetuosos con la naturaleza y que esto es como nuestro hijo. Hemos de cuidar la especie porque sino la Tierra reventará, que nos lo merecemos.
--Aun así, hay quien niega eso.
--Yo no entiendo que a estas alturas haya gente que niegue el cambio climático, me parece de una soberbia y ceguera espectacular. Está clarísimo, todos los datos nos indican que no podemos seguir así, que cada vez son más frecuentes los desastres naturales, que hay un calentamiento global y todo eso tiene unas consecuencias. No se entiende que haya gente que lo niegue y se le dé cobertura. Por eso la ecología es ahora uno de los temas del teatro.
--Por último, ¿diría que, en cambio, es la más luminosa de sus obras? Porque aquí se subraya la solidaridad de un pueblo.
--No lo sé (ríe), porque es verdad que tengo tendencia a hablar de enfermedades. Pero incluso en ellas hay un punto de amor a la vida, de resiliencia y de tirar hacia adelante. Esta también, pero tampoco podría decir cuál es la más luminosa de todas.