C.B. Yi: "Hay hombres que ejercen la prostitución por necesidad, para sobrevivir"
El director taiwanés retrata la dura realidad del colectivo LGTBIQ+ en la China rural, dominada por una "rígida moral"
11 julio, 2022 00:00C.B. Yi no quiere andarse por las ramas en su primer largometraje, Moneyboys. La película va sobre un tema no muy tratado en el mundo del cine, la prostitución masculina, que "se representa poco en comparación" con la femenina. Pero no se limita a retratar la violencia implícita en el ejercicio, sino que indaga sus causas.
El retrato que hace el cineasta de la homosexualidad en la China rural es demoledor. Ocultación, violencia, mentiras e incluso matrimonios tapadera para hacer feliz a la familia. Una felicidad cuyas consecuencias son terribles.
Retrato y preguntas
El protagonista de la cinta, Fei, no sólo vive el desamor y la violencia de la prostitución, también la de los suyos. ¿Pero de quién es la culpa? ¿De la sociedad? ¿Del peso de la familia y su voluntad de mantenerla? ¿Debe fingir ser quien no es?
Visibilización
"Quería dar visibilidad a mis héroes escondidos, mostrarles mi solidaridad y apoyo. Así como lanzar el mensaje que debemos aceptarnos a nosotros mismos y que es necesario estar bien mental y físicamente para poder ayudar a los demás y sacrificarse por su familia, su país, su religión", confiesa el cineasta en una entrevista a Crónica Global.
Nacido en Taiwán pero formado y nacionalizado austríaco, quería mostrar la realidad que se vive en China, pero que, como bien dice, puede suceder en muchos pueblos de Europa y de Occidente. La presión social fuera de las urbes coarta en muchos casos la sexualidad y la libertad de las personas LGTBIQ. Recuerda que es general: "El ojo crítico de cómo se comporta uno siempre está allí y más en un pueblo, porque existe un contacto muy estrecho de la familia y los vecinos, no puede escapar de las críticas".
Pueblo vs. ciudad
"Es cierto que en una gran ciudad en China es habitual ver a gente del mismo género dándose la mano, además, todo el mundo es anónimo", lo mismo que en cualquier gran urbe. "En cambio, en los pueblos es imposible porque existe una moral muy rígida y una gran presión social hacia las familias".
Uno de esos momentos "lo vemos en la escena de la cena del pueblo en el que el padre no dice nada", señala. Se trata de un momento de la película en el que el protagonista, Fei, se sienta en la mesa con su tío, su primo y su progenitor y tiene que escuchar los reproches del primero.
Reputación
El familiar le critica al protagonista que no haya formado una familia, que no se le conozca una novia y que sea "una vergüenza para tu padre", en palabras del personaje. Fei no dice nada, pero su padre tampoco. Ni tan sólo se levanta de la mesa cuando el tío agrede directamente a su hijo.
En este tipo de sociedad más local "sólo se acepta el matrimonio como estilo de vida y no hay espacio para la comunidad LGTBI", subraya Yi. Es por eso que muchos huyen de los pueblos y se van a las grandes ciudades para poder vivir su vida en libertad. Claro que allí la vida no es tan fácil.
El peso de la familia
En la city no sólo la vida es más cara, sino que la soledad se hace más patente. Eso lleva a Fei a refugiarse primero en una pareja y luego en el sexo, a través de la prostitución, un trabajo que usa no sólo para sobrevivir, sino para ayudar a su abuela enferma. Y es que para el personaje, como para la mayoría de la cultura oriental, "la familia es la estructura más importante de la sociedad", indica el director.
"Esa construcción, sumada al confucionismo, que le dice que lo más importante es honrar a los padres, abuelos y familia, hace surgir la pregunta de ¿para qué vive el ser humano en este mundo?". El mismo C.B. Yi se responde. "En la sociedad occidental es para el desarrollo individual de uno mismo, pero en China, no, todo el mundo aprende que la familia es lo más importante".
Vías de escape
Ese peso lo siente Fei, pero también el espectador al ver la película. Supone toda una carga, una losa para su libertad. Eso hace que muchas personas prefieran vivir una vida ficticia, de mentira. Al menos, de cara a la galería y, en particular, con su familia. Fei oculta que se dedica a la prostitución, su padre no dice nada de su condición sexual, y es que su hijo envía parte del dinero que gana a los suyos.
La cámara de C.B. Yi muestra la prostitución de forma algo estetizada, sin caer en lo sórdido, pero sin dejar de lado la violencia que ella supone para quienes la ejercen. Del mismo modo, no ignora las razones que pueden llevar a una persona a caer en este mundo.
Modelos de sociedad
"Es curioso que en una sociedad tan heteropatriarcal como la china, donde muchos se preguntan por qué lo hacen" sea una práctica que no es tan rara. "Hay personas que lo hacen por necesidad, para poder sobrevivir", lamenta. Ya sea para ayudar a su familia como para poder pagar su vivienda.
Yi es consciente de que esa no es la única salida, pero muestra otra también dolorosa para el colectivo: los matrimonios de conveniencia. Fei descubre que, a su alrededor, personas LGTBI optan por casarse a modo de tapadera. Él mismo se lo plantea.
Ficción como modo de vida
"Es una realidad que existe", apunta Yi, por eso "quería mostrar que esta es una salida para muchas personas homosexuales". Y por mucho que parezca retrógrado o de otra época, él no lo tiene tan claro. "Creo que vamos a vivir un aumento de estos casos, porque China necesita más hijos de cara al futuro y la comunidad LGTBI no siempre quiere hijos y va en contra de la necesidad del país", advierte.
Las palabras del cineasta, como las vivencias de los protagonistas de su ópera prima, son demoledoras, pero no tanto como la realidad. Yi opta por no mostrar la parte más turbia, mantiene la cámara alejada, pero eso llega a hacer incluso más real lo que observa al espectador. Esté preparado o no.