Horacio Alcalá es un director mexicano, criado en Alemania y residente en Madrid. "Un director del océano", como él mismo se autodefine. Su última película también tiene el nombre de otro país, Finlandia, un lugar que no es tal. "Todos tenemos una Finlandia en la cabeza, para mí significa el fin de la tierra", apunta.
El país nórdico es el lugar donde supuestamente reside una de las parejas de una de las muxes protagonistas de las películas. Por eso, "no es un país, ni una visión, sino un nirvana". "Todos alguna vez hemos querido ir a un sitio, da igual cuál sea, donde podamos ser lo que queremos ser", asegura, como estas muxes, muchas veces discriminadas en su propia tierra, México.
Muxes y más
¿Cuesta sentirse cómodo en el mundo, entonces, si todos tenemos ese lugar soñado? "No es que no estemos cómodos es que a veces nuestro entorno es muy hostil que nos obliga y empuja a buscar un lugar imaginario en otro sitio, a lo mejor lleno de nieve, a lo mejor sólo mar", responde el cineasta en una entrevista con Crónica Global.
A algunas protagonistas de Finlandia les sucede eso. "Ellas no se sienten parte del colectivo LGTBI, sino que es un tercer género", lejos de las etiquetas y las siglas señala la protagonista del film, Andrea Guasch. Son muxes, una cultura mexicana con sus tradiciones, vestimentas y concepción de sí mismas que no se enmarcan dentro del binarismo hombre-mujer, pero tampoco en la comunidad trans.
Conflictos sociales
Con el retrato de esta cultura, en todo caso, el relato trasciende y tiene ecos muy obvios en otras realidades sociales y culturales de todo el planeta. "Evidentemente la película hace referencia a todas aquellas personas que resisten y no lo han tenido tan fácil", apunta Guasch, "todo el mundo puede sentirse identificado porque hace referencia a muchas personas de esta sociedad".
Su responsable, por eso, tampoco quiere que se deje de hablar de las muxes. "Siempre hay que reivindicar que las muxes existen y que otras posibilidades de género existen". Pese a todo, reconoce, "es cierto, que los que les pasa a ellas puede reflejarse en nuestra sociedad como un niño que quiere ser libre y su madre no lo deja o alguien que tiene un padre abusador o que está falto de cariño", como le sucede a algunos de los personajes.
Rodaje en el campo
La película no es una ficción absoluta, es un híbrido. Los actores mexicanos los elegí sin hacer casting, porque conozco su trayectoria. Pero sí, lo interesante es que uno no sabe quién es muxe y quién no", remarca el director. Para ello se desplazaron hasta la zona donde residen. O cerca.
"El Juchitán está totalmente destrozado por el terremoto porque el seísmo que se ve en la película realmente sucedió. Tuvimos que rodar en localidades cercanas para reproducir un poco la zona", recuerda. Una situación que impresionó un poco a Guasch, "pero al conocer a su gente me enamoré", confiesa. "Es muy interesante conocer cómo trabajan, cómo viven y qué normalizado está en la sociedad y que atrasados estamos nosotros", considera.
Dificultades y reconocimiento
El trabajo no fue del todo fácil. Desde que se inició el proyecto hasta que se terminó de grabar pasaron tres años y una pandemia de por medio. De hecho, las escenas rodadas en Madrid se rodaron tras los primeros meses de confinamiento.
El resultado, por eso, ha merecido la pena. Ha llevado a su director a una veintena de países y recibir varios reconocimientos por su trabajo. "Es un film pequeñito, de bajo presupuesto, pero que nos está dando buenos resultados", avanza antes de su estreno en España este 10 de junio.
Origen
¿Cómo llegaron cada uno a este proyecto? La actriz, "por una alineación de los astros. Un amigo te dice que crees que encajarías en el proyecto de un conocido que está haciendo una película. Me pasaron el guion me reuní con Aitor, uno de los productores, y Horacio y todo encajó perfecto".
Su máximo responsable por algo parecido. "Un amigo me contó de la existencia de las muxes, no las conocía y pensé que era ficción. Luego investigué y vi que sí, que existían, me interesó mucho y me aventuré a hacer esta película", relata Horacio.
Cultura desconocida
Ambos confiesan que "no todo el mundo, ni siquiera en México" conoce la existencia de esas muxes. Por eso consideran "importante" hablar de ellas y contar su realidad, que no siempre es fácil.
"La mayoría de gente en el Juchitán vive, convive y respeta a las muxes, pero siempre hay alguien que no está de acuerdo con las cosas. La película retrata todos los puntos que viven las muxes", afirma Alcalá.
Investigación y guion
Trabajar con actores profesionales y naturales fue fácil. "Además, el guion tenía unos diálogos muy básicos, sólo se contaba lo que sucedía, pero los diálogos se desarrollaron con los actores. También es una película de silencios porque así lo decidieron los actores, los diez primeros minutos y los diez últimos no hay diálogos", señala el cineasta.
Eso no implica que no haya una árdua labor de investigación detrás: "Hablamos con las muxes y algunas tenían vidas muy felices; otras. muy tristes. Lo que hemos hecho es fragmentar las historias y reunidas de nuevo para hacer el guion".
Plagio
El texto, no sólo aborda el tercer género, como apuntan, sino que también pone sobre la mesa un tema muy polémico: el plagio y la apropiación cultural. Guash interpreta a Marta, una joven diseñadora a la que su jefa envía a México a robar los diseños de las muxes.
"No hay ninguna marca que haya copiado los diseños de las muxes, pero sí ha pasado en otras culturas. Horacio ha querido meter esa parte documental y mi personaje trae una historia no 100% verídica pero que pasa no sólo en la moda, sino también en la música y otros espacios", matiza la actriz.
El cine como herramienta
Su director ratifica las palabras de la española. "He usado a las muxes para poner el tema del plagio sobre la mesa. No juzgo si está bien o mal, sino que lo saco para comenzar este diálogo". Un diálogo que es casi la base de su cine. Una manera de entenderlo. Su manera.
El cine, "para mi, es una idea que me entra en la cabeza, no me deja dormir y quiero compartir. La única manera que yo tengo de compartir esa idea es el audiovisual. Tanto el documental como la ficción son maneras de dialogar. El mismo guion de Finlandia empezó de una manera y terminó de otra", asevera Alcalá.
Fotografía
El director admite que se deja "llevar por la localización". En este caso, "hemos cambiado cosas para adaptarnos a Oaxaca y a lo que allí había, la música se hizo sobre la marcha y, al final, el resultado es muchísimo mejor de lo que esperábamos".
Aunque también ha habido mucho estudio. "El director de fotografía, David Palacios, y yo hicimos un viaje, una investigación visual sobre los pintores flamencos, como Van Dyck o Vermeer, por ejemplo, que usamos mucho para los interiores. Para los exteriores, no hay nada que nos haya inspirado en concreto, pero el 95% de la película está hecha con luz natural. Lo que sí te puedo decir es que los colores que se ven son tal cual, no los hemos alterado. Oaxaca es así, con esos colores", detalla.
Futuro
¿Y tras esto? Varios proyectos. Para ambos. A Horacio le esperan mínimo dos. Acaba de rodar Hasta el alba, "un documental con la Compañía Nacional de Danza sobre la puesta en escena de Giselle de Joaquín de Luz". Asimismo, en enero y febrero de 2023 rodará en México Sobre las olas, "un falso biopic que empieza con una cantante que imita a Sara Montiel y acaba creyéndose que es ella", protagonizado por Roko, a quien le ha dirigido su último video No vayas por ahí.
Andrea Guasch, por su parte, se ha reencontrado con la música. "Con Hotel Flamingo tenemos un concierto el 27 de junio" y tiene en marcha un nuevo proyecto, Laurel Birds, un grupo creado "para hacer covers de grupos que nos gustan: Eaggles, Johnny Mitchel..." . Y por si fuera poco, está en el teatro con Ladies football club de Sergio Peris-Mencheta. "empezamos gira en agosto y regresamos a Madrid en septiembre a los Teatros del Canal y hay otras cosas que están por ahí".