'Letra Global' presenta su segundo número con un debate sobre Barcelona como capital editorial
Santiago Roncagliolo señala lo enriquecedor que es no sentirse de un único lugar, mientras que Nora Catelli rechaza que se pueda hablar de la literatura latinoamericana como unidad
15 enero, 2020 00:00¿Barcelona, como capital editorial en lengua española? ¿Hasta cuándo? Este martes se inició el curso en Casa América Catalunya con la presentación del segundo número en papel de Letra Global, el suplemento cultural de Crónica Global, un diario digital de ámbito general, pero que presta particular atención a todo lo que tiene que ver con la cultura, con un debate sobre la capital catalana y la literatura y la cultura latinoamericanas, con la participación del escritor peruano Santiago Roncagliolo, y la crítica literaria, Nora Catelli.
Desde Letra Global, subrayaba su director, Manel Manchón, se intenta ir mucho más allá de la tradicional agenda cultural, se busca indagar en lo que pasa en el panorama cultural. Letra Global nació en el mes de junio 2017 y se consolidó en marzo del año siguiente cuando tuvo web propia.
Presentación del número 2 de la revista Letra Global / CG
“En dos años y medio hemos publicado 1.240 artículos, entre los cuales cabe destacar cien entrevistas y cien dosieres”, señaló a continuación Carlos Mármol, coordinador de la revista, haciendo énfasis en el hecho de que Letra Global es un producto cultural que va a contracorriente: nace en el mundo digital y a la vez reivindica el papel. Y esta reivindicación se materializa en los volúmenes monográficos. Si el primer número tenía como eje central la figura de Don Quijote en Barcelona, este segundo número quiere “analizar qué ha pasado en el mundo del arte y la creación en los primeros veinte años del siglo XXI” y, al mismo tiempo, apuntó Mármol, “analizar cómo la tecnología ha irrumpido en el consumo cultural, pero también cómo ha influido en la creación”.
Esta parte monográfica está acompañada por una serie de tribunas, “todas políticamente incorrectas”, matiza Mármol, entre las que cabe destacar el texto de Eva Moll sobre cómo ser indie en el cine, el de Vidal Folch que se pregunta si procede o no procede el juicio moral a la hora de analizar el arte, el de Valentí Puig que reivindica el pensamiento hard frente al pensamiento inane, el de Mercedes de Pablo que se interroga si el feminismo se está excediendo en sus reivindicaciones o el de Ramón de España, quien defiende que pensar en libertad no implica ofender. Asimismo, como ya se hizo en el primero, en este segundo número en papel de Letra Global se recuperan artículos y entrevistas ya publicadas en la web. El lector podrá encontrar entrevistas con Enrique Vila-Matas, Andrés Trapiello o Jorge Herralde, un texto homenaje a Claudio López de Lamadrid firmado por Andreu Jaume, una reivindicación de Manuel Alcántara, así como otra de Gabriel Ferrater.
Barcelona y la literatura latinoamericana
Si en su número de papel Letra Global quiere reflexionar sobre el nuevo escenario de la producción cultural, su presentación quiso ser una oportunidad para conversar de la mano de la profesora de Teoría de la literatura en la Universidad de Barcelona Nora Catelli y del escritor peruano afincado en la capital catalana Santiago Roncagliolo sobre la relación de la ciudad de Barcelona con la literatura latinoamericana, desde aquellos años, quizá bastante mitificados, del llamado Boom hasta el presente.
Para centrar un debate imposible de resumir en la hora y media que duró el acto, Manel Manchón preguntó a los dos ponentes cómo nos vemos desde un lado y el otro y, sobre todo, cómo ha ido cambiando la percepción que Latinoamérica tiene de Barcelona, una ciudad que, como recordaba Roncagliolo a partir de la figura de José Donoso, de quien está adaptando al teatro la obra El jardín de al lado, para muchos escritores era sinónimo de consagración literaria. “Para Donoso era inconcebible volver a Chile sin haber publicado en Barcelona, sede de editoriales como Seix Barral o Lumen”, señalaba Roncagliolo, para quien la ciudad gozaba de una posición estratégica porque “estaba cerca de Francia, pero no estaba sometida al rigor cultural franquista”, de ahí que se convirtiera gracias a Carmen Balcells en lugar de encuentro de escritores”.
¿Qué pasó con el Boom?
Para Catelli, que llegó a Barcelona en 1976, la ciudad de entonces no tenía nada que ver con la de hoy. Sin embargo, relativiza mucho el relato que se ha construido en torno al llamado Boom latinoamericano y al papel tanto de la ciudad como de Balcells, a quien define como una “gestora del éxito de escritores latinoamericanos que llegaron a Barcelona habiendo ya publicado en su país de origen” y, como es el caso de García Márquez con Cien años de soledad, habiendo triunfado. “Balcells no dio el éxito a nadie”, puntualiza Catelli, “como mucho se lo dio a Vargas Llosa que, sin embargo, ya había publicado en la revista Sur de Victoria Ocampo. Lo que hizo Balcells fue gestionar estos éxitos y favorecer la traducción en otras lenguas de todos estos autores”.
A la pregunta de cuándo comenzaron a cambiar las cosas, Catelli señaló los años noventa como un punto de inflexión, en cuanto “las nuevas generaciones de los escritores peninsulares quisieron romper con la tradición literaria española y con lo latinoamericano y comenzar a escribir como si fueran ingleses”. Por este renovado interés se explican novelas como Todas las almas de Javier Marías, por ejemplo. En esos años, además, “los editores españoles se dan cuenta de que no les basta el mercado español y, durante el segundo gobierno de Felipe González, se comienzan a interesar por el mercado latinoamericano”. Es entonces cuando Herralde empieza a prestar atención a la literatura hispanoamericana, hecho, recuerda Catelli, que llega muy tarde si se tiene en cuenta la labor de editores como Carlos Barral o Esther Tusquets, que fue la primera en publicar en España los relatos de Onetti.
Identidades
Si hacemos un salto desde los ya pretéritos años noventa hasta el presente, nos encontramos con dos factores para tener en cuenta: por un lado, la concentración editorial que se materializa en el Grupo Planeta y en Penguin Random House y, por el otro, en el aumento del público lector en países latinoamericanos. “Solo ahora Perú ha conseguido lo que Europa consiguió hace muchas décadas: que todos estén escolarizados”, comentó Roncagliolo, destacando cómo en países como Perú, Chile o Colombia se ha ampliado de forma espectacular el número de lectores al mismo tiempo que se ha creado una red muy potente de editoriales independientes.
En México, Chile o Argentina han surgido un gran número de sellos independientes que, apunta Catelli, “refuerzan la tradición nacional”, es decir, apuestan principalmente por la literatura nacional. En este sentido, a diferencia de Roncagliolo, Catelli sostiene que la conciencia nacional es también muy fuerte en Hispanoamérica, que no es solo un tema europeo. Prueba de ello es que “un estudiante chileno que llega a Barcelona para hacer el doctorado quiere dedicar su tesis al estudio de la poesía chilena postpinochet y, por tanto, no aprovecha su estancia en Barcelona para estudiar, por ejemplo, la recepción de la poesía chilena en España. El interés”, insistía Catelli, “es siempre nacional. Con la aparición de pequeñas editoriales, el circuito nacional tiene mucha fuerza. Hay un arraigo que tiene que ver con la fuerza de las tradiciones nacionales”, concluyó la profesora la Universidad de Barcelona, que reconoce no creer demasiado en la posibilidad de hablar de literaturas transnacionales.
A la pregunta de qué puede hacer Barcelona para recuperar esa centralidad perdida, no hay respuesta. Evidentemente la situación política no ayuda, pero, para Roncagliolo, hay que tener en cuenta que “no es solo la sociedad catalana la que está preocupada por su propia identidad, sino toda Europa”. La cuestión nacional afecta a todo el continente. “Es evidente que Cataluña no tiene el sitio que tuvo”, terminó por afirmar el escritor peruano, “pero no depende solo de ella, sino que es resultado de todo lo que está sucediendo en Europa”. Más escéptica con el supuesto papel de Barcelona en el pasado, Catelli sostiene que hay que aceptar el nuevo contexto político y económico y la redefinición del campo literario. Asimismo, a modo de conclusión, hizo hincapié en que sería un error pensar que la centralidad de la Ciudad Condal pasa por pensar que es posible controlar la producción literaria latinoamericana.