Futuro incierto para los artistas en Badalona

En el año 2014 el Ayuntamiento de Badalona expropió el edificio de una antigua fábrica de básculas y balanzas, Mobba, ya que los terrenos se catalogaron como zona verde. El Consistorio, entonces dirigido por el Partido Popular (PP) y con Xavier Garcia Albiol como alcalde, pagó por las instalaciones un total de cuatro millones de euros y decidió que lo mejor era derribar la fábrica por considerarlas como peligrosas por sus malas condiciones.

Mucho antes de las gestiones entre el Ayuntamiento y el antiguo propietario, las instalaciones se habían convertido en un centro de creación artística y cultural. Cinco años después la amenaza de que el derribo se ejecute obliga a los artistas que allí trabajan a buscar un nuevo emplazamiento.

Lugar privilegiado

Situado en el centro de Badalona y muy cerca de su playa y de su estación de tren, el edificio de Mobba ha pasado de ser una fábrica de básculas y balanzas a ser el epicentro de producción artística de la ciudad en catorce años. Tras el cierre de la empresa en el año 2003 y gracias a un acuerdo con el anterior propietario, muchos artistas locales reconvirtieron los pisos y las salas de la fábrica en su lugar de trabajo.

Tres legislaturas después del traspaso de la titularidad de la propiedad, el derribo sigue sin llegar, aunque advierten a los artistas de que está muy próximo. El Ayuntamiento no les ha planteado una alternativa ocupacional para continuar con su trabajo.

Artistas de reconocimiento

En la antigua fábrica Mobba se encuentran compañías de referencia en el ámbito del arte y la cultura catalana. La Industrial Teatrera, reconocida con diversos galardones de la industria del teatro; el pintor y escultor Ramón de los Heros, que ha sido el encargado en elaborar el Domini de Badalona para la edición de la cremada de este año.

En una situación parecida se encuentra la compañía teatral Xirriquituela, puesto que representa a algunos de los artistas que en la actualidad trabajan en esta antigua fábrica. Muchos de ellos, no saben adónde irán una vez que se haga efectiva la orden de derribo que dictara el Ayuntamiento de Badalona hace ya cinco años.