Centre de Conservació i Restauració filmoteca Barcelona
La cara oculta de la Filmoteca de Catalunya: el lugar “donde se mantiene la memoria”
El centro de conservación y restauración de Terrassa almacena más de 200.000 rollos de películas que cuentan la historia de un país
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Los amantes del cine saben que una película es historia. Sea ficción o documental, un filme es fruto de su tiempo, habla de las preocupaciones de un presente que ya es pasado en el momento en que se ve y se proyecta al futuro. Si se puede.
Si uno puede encender la televisión y las plataformas y recuperar películas de otras épocas es gracias a unas personas a las que muchos ignoran y que hacen una labor fundamental para que otros disfrutemos de ellas. Incluso cuando se guardan en enormes discos duros. Simplemente, mantenerlos tiene un precio. Guardar este material requiere de grandes equipos de refrigeración, pero sobre todo, humanos.
Centre de Conservació i Restauració filmoteca Barcelona
Luego están las cintas de toda la vida. La película como material. Esos rollos donde quedaron impregnadas las imágenes que luego se guardan en nuestras retinas al verlas proyectadas. Películas que nos hacen viajar a otros mundos, a otros tiempos.
En Cataluña, los guardianes de la historia en soporte fílmico son un grupo de mujeres y hombres que, desde hace años, trabajan de manera incansable a las afueras de Terrassa. Sin llamar la atención. Sin que nadie les preste atención. Y no es que no la merezcan.
Centre de Conservació i Restauració filmoteca Barcelona
Sin ir más lejos, de aquí, del Centre de Conservació i Restauració de la Filmoteca de Catalunya (2CR) ha salido la última película de Charles Chaplin presentada en Cannes, La quimera del oro.
Los restauradores de esta institución recuperaron del Fondo Pere Tressera una cinta en 9mm. de la versión que el genio del cine mudo rodó en 1925 y, junto con otros fragmentos de otras filmotecas del mundo, lograron presentar la última restauración de una de las historias más brillantes y emotivas del mítico Charlot.
La cinta se ha estrenado de vuelta en las salas con motivo del 125 aniversario de su estreno. Y así, una vez más, millones de espectadores de todo el mundo han vuelto a viajar en el tiempo de la mano de Chaplin.
La nave que permite este viaje se encuentra en un lugar muy especial. El 2CR se encuentra al lado del antiguo Hospital del Tórax, un edificio cargado de historia y de misterios, como los que se esconden en las cintas que se recopilan en el centro de la Filmoteca.
Centre de Conservació i Restauració filmoteca Barcelona
Allí llegan todo tipo de material encontrado en casas, pisos, cines antiguos o archivos personales. Algunos mejor conservados que otros. Saberlo conlleva un duro trabajo. “Primero hay que saber cómo están”, matiza Rosa Cardona.
“Cuando la bobina o la lata está degradada, hay que vigilar” indica. Recuerda que las cintas de los primeros años del cine están hechas de nitrato, un material tan sensible como inflamable. Por eso “vamos con un transporte acondicionado a buscarlo” y, cuando llega a las instalaciones, “se pone en una nevera para aclimatar”, detalla.
Centre de Conservació i Restauració de la Filmoteca de Cataluña Barcelona
Estas neveras se encuentran a la entrada del 2CR. Están numeradas y parecen cabinas de una nave espacial propia de 2001. Una odisea en el espacio. Una zona de aclimatación necesaria para emprender el viaje hacia otro tiempo. La vida impregnada en estas películas. La historia conservada en nitrato, acetato y celulosa y poliéster.
Aquí además se clasifican también por años. “Las del periodo de 1895 a 1900 son muy frágiles”, señala Mercè Aguilà. “El sistema de captura es muy delicado, porque no puede ser arrastrado por máquinas, ya que se pueden romper”.
Centre de Conservació i Restauració filmoteca Barcelona
No son los únicos, especiales. Las películas de 1900 a 1914 no tienen tanta fragilidad, pero, como toda la colección Cine de los Orígenes, pasan por el escáner Northlight 1 de FilmLight, que tiene una resolución de hasta 6K, combinado con un sistema de arrastre muy respetuoso con las películas. “Hace capturas de alta calidad y se duplica en cinta de 35mm.”, detalla Aguilà.
Por último, están las películas del periodo que va de 1914 a 1950. “Las que se pueden ver”, matiza Aguilà. Y es que, a veces, aquí llegan cintas en tan mal estado que son irrecuperables.
Centre de Conservació i Restauració filmoteca Barcelona
El proceso tras la recepción de las latas es el siguiente En la sala de positivos, se inspeccionan y catalogan. Lo hacen en dos mesas de visionado, una mesa de inspección manual, un sistema de extracción de gases y una unidad de catalogación.
Allí es cuando se cambian las latas y otros envoltorios en los que vienen las películas para ponerlos en cajas de colores. Las cintas de nitrato van en una caja roja, las verdes son para las copias de proyección y las negras para negativos reversibles, detalla Cardona.
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Esta clasificación aplica a nivel internacional y permite determinar cómo debe ser conservada la historia. Vuelven a las máquinas del tiempo, a esas neveras de la entrada y vuelven a aclimatarse para su nueva vida en las neveras que guardan en un sótano.
Tardan unos 15 días en entrar y salir de allí. Luego, las latas verdes y negras se conservan en depósitos que están entre uno y tres grados y a 40% de humedad; las rojas, en cambio, están directamente a en un búnker y tres grados bajo cero. En todas hay extintores y extractores para limpiar las salas de virus, bacterias y demás organismos que puedan perjudicar las películas.
Centre de Conservació i Restauració filmoteca Barcelona
En el búnker de las cintas de nitrato, en cambio, blindado con una enorme puerta, no hay nada para extinguir el fuego. El nitrato, si se inflama, no se apaga con ningún líquido, solo se debe dejar consumir, de allí que en este rincón del almacén haya unas ventanas con cristales que estallan a partir de cierta temperatura.
Y es que conservar la historia no es fácil. Requiere tiempo, esfuerzo y vista. Iolanda Ribas, trabajadora del 2CR da cifras orientativas. “Tratar una cinta nueva y digitalizarla puede ser cuestión de dos semanas, pero hay trabajos que pueden durar hasta un año”, indica. Incluso recuerda que Érase una vez en América llevó unos 8 años, porque estaba en 16mm., requirió tratar el color, el sonido y demás. Sólo para hacerse una idea, las máquinas de escaneo van a seis segundos por fotograma.
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“Primero has de saber de qué material se trata”, recuerda Cardona. Luego se cuida, se analiza, se clasifica y cuando se empieza a trabajar llega la parte más complicada. Muchas vienen oxidadas, con humedades o con algún defecto. En las salas de conservación activa se puede ver a gente con pinceles varios, limpiando las películas recibidas, con lupas de gran tamaño y capacidad de ampliación para ver qué se oculta en ellas y luego, en la sala de digitalización, tratan de descubrir que trozo de la historia hay allí dentro.
“Es un trabajo muy artesanal”, confiesa Mercè Aguilà. Y se nota. Todos llevan gafas, de tanto trabajar. Se trata el material con guantes y solo cuando el trabajo está digitalizado empiezan las grandes pantallas.
Centre de Conservació i Restauració filmoteca Barcelona
Cuando Crónica Global acude al 2CR están observando el trabajo realizado para el rescate de una bobina encontrada en uno de los pasos del exilio republicano. En ella, se encontraba una película del sistema Pathé Baby que fue encontrada, 86 años más tarde, por Lluís Bassaganya, gestor de la exposición permanente La retirada de l’Espai Cultural Cal Marquès del Ayuntamiento de Camprodon
Allí se ve cómo llegó la cinta de mal conservada y cómo, tras el trabajo de cuidado y digitalización, pudieron detectar ciertas figuras humanas. Allí había algo. Una vez más, una película había capturado una parte de la historia que ahora se destapa. Un pasado llegado al futuro que se revela en este presente. Un éxito más de los trabajadores del 2CR que apenas ha tenido el eco que merece, cuando ellos lo que hacen “es mantener la memoria”, sentencia Aguilà.
Lo hacen en silencio, pero en equipo. El Centre de Conservació i Restauració de la Filmoteca de Catalunya está conectado con otros centros como ellos. Juntos hacen posible contar la historia de la humanidad contenida en estas cintas.
Aquí, en Cataluña, se conservan todas las películas rodadas en la comunidad autónoma que, por ley, han de ofrecer una copia a la Filmoteca, pero también todo aquel material que se encuentre en las fronteras de la autonomía o aquel material cedido.
Centre de Conservació i Restauració filmoteca Barcelona
Es así como han podido restaurar cintas de Orson Welles rodadas en Cataluña o la copia de La quimera del oro que conservaba Pere Tressera. Y es que aquí, toda película que llega se vacía, se digitaliza y se comparte en una base de datos internacional y así pueden rescatar a nivel mundial cintas como la de Chaplin.
Estos son sólo dos ejemplos, pero hay muchos más. Bajo tutela de la Filmoteca hay 19.000 ítems digitales y 203.000 rollos, de los cuales cerca de 60.000 latas son negativos. En total son 40.000 títulos catalogados. Y los que quedan por catalogar. Historia que impregnada en película. Historia que se conserva en Cataluña. Historia que espera a ser descubierta. Historia muchas veces olvidada. Lamentablemente.
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