Imagen del centro de Madrid iluminado de noche, una de las ciudades con mayor contaminación lumínica de España / EFE

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El riesgo financiero une a Madrid y Barcelona

Ambas obtienen un rating de calidad media-alta, con buenas perspectivas de crecimiento pero con riesgos de desigualdad, en el caso de la Corte, y de envejecimiento respecto a la urbe catalana

27 junio, 2019 00:00

El mismo riesgo financiero, aunque tengan características económicas diferentes. Madrid y Barcelona tienen parecida calificación de rating, según el análisis de Axesor rating, que comparte la escala de calificaciones de las grandes agencias, como Standard and Poor’s. Las dos ciudades principales de España logran una ‘A’ con perspectiva estable, lo que se traduce en una calidad media-alta, a partir del crecimiento económico, y de sus fortalezas y debilidades. Eso se debe poner en relación con la calificación que ha realizado la agencia Fitch sobre España, con un ‘A-’ y perspectiva estable, lo que equivale a un notable bajo.

Madrid se ha convertido en el motor de España, con un crecimiento superior a la media española, mientras que Barcelona crece a la par que esa media del conjunto del país. Ese crecimiento será del 2,6% en 2019 y del 2,3% en 2020 respecto al conjunto español. Madrid lo superará con el 3,3%, mientras que Barcelona se quedará en ese 2,6% de la media.

La evolución de la deuda en Madrid

Pero, ¿qué ocurre con la deuda? Las diferencias son notables. La capital catalana presenta un mejor comportamiento en este capítulo. La deuda es de 837 millones de euros, por los 2.677 millones de euros de Madrid. Lo que sucede es que el esfuerzo en la reducción de la deuda, en los últimos años, de la capital española ha sido enorme, y eso explica esa mejor perspectiva para Madrid. Desde 2015 ha menguado en 4.760 millones de euros. En el caso de Barcelona la estabilidad ha sido la norma, con una deuda manejable. Tras ese esfuerzo, la deuda viva de Madrid se queda en 2.761 millones de euros, lo que representa algo más del 54% de los ingresos corrientes liquidados en 2018. Eso significa el 1,9% del PIB y 857 euros por habitante, por los 517 euros por habitante en Barcelona.

Se valora más lo que podrá ser Madrid, su continuo desarrollo, que lo que es actualmente, que es mucho, a partir del análisis de la agencia Axesor ranting. Lo más significativo ha sido esa reducción de deuda, que le ha permitido a la ciudad, gobernada en los últimos cuatro años por Manuela Carmena, un recurrente superávit con el que amortiza anticipadamente deuda, hasta dos tercios inferior a 2015, con lo que mejora la liquidez.

Comparativa de la deuda de las principales ciudades de España

Comparativa de la deuda de las principales ciudades de España

Más presión fiscal

Pero, ¿qué debilidades tiene? La tasa de paro supera la media regional --11,4%, por el 10,2% de Barcelona--, con “un marcado problema de temporalidad e incidencia juvenil por su mayor dependencia del sector servicios”.

El mayor nivel de renta significa, sin embargo, una mayor polarización social, que se agravó con la crisis económica y que no se ha solventado al salir de ella. Y una cuestión sorprendente, o no tanto --depende de la visión y perspectiva de cada uno—, es que Madrid mantiene la presión fiscal por habitante más elevada de las grandes ciudades españolas, con un nivel de gasto e inversiones por habitante que, “sin embargo, se encuentra por debajo de sus comparables”.

Inestabilidad política

Madrid dedica una sexta parte de su presupuesto a hacer frente a la carga financiera de una deuda que, pese a la reducción, lidera el ranking local nacional, “situación que se mantendrá en próximos años dada la alta concentración de vencimientos programados”.

Desde el punto de vista político, Axesor ranting señala que el gobierno en minoría “incrementa el riesgo de inacción del consistorio, dificultando la aprobación del presupuesto para el próximo año”. Y es que el acuerdo entre el PP, Ciudadanos y Vox todavía no se ha cerrado, con una denuncia por parte de Vox de incumplimiento de los supuestos pactos previos, que dieron la alcaldía a José Luis Martínez-Almeida.

Las principales magnitudes de Barcelona y Madrid y otras ciudades españolas

Las principales magnitudes de Barcelona y Madrid y otras ciudades españolas

Barcelona y su menor deuda

En el caso de Barcelona, el dinamismo es la característica principal. La combinación del sector servicios con la industria, lo que se ha traducido en una menor tasa de desempleo, el 10,2%. Las finanzas se presentan equilibradas, con un elevado ahorro bruto y superávit presupuestario, lo que le ha permitido al consistorio una cifra de inversiones por habitante de las más elevadas de España.

El endeudamiento se mantiene estable, sobre el 30% de los ingresos corrientes, con un vida media de 6,4 años y un coste por debajo del coste ponderado del Estado, con lo que cumple con el objetivo de sostenibilidad financiera. Sus niveles de liquidez se consideran aceptables y suficientes para hacer frente a los vencimientos de su deuda a corto plazo.

Las tensiones "geopolíticas"

Pero, ¿qué falla en Barcelona, mientras el equipo de la alcaldesa Ada Colau sigue negociando con el equipo del socialista Jaume Collboni para formalizar las distintas responsabilidades en el consistorio?

Una de las debilidades es, precisamente, la fragmentación política, que “podría prorrogar la inestabilidad gubernamental de la última legislatura”. Y se mantiene la incertidumbre respecto a las tensiones “geopolíticas”, que han tenido “un efecto negativo sobre su tejido empresarial, siendo la provincia española que ha registrado el mayor número de traslados de sedes sociales”.

Una comparativa entre Barcelona y Madrid a partir del gasto por políticas

Una comparativa entre Barcelona y Madrid a partir del gasto por políticas

Envejecimiento e inseguridad

Pero el problema a medio plazo viene dado por el envejecimiento, un proceso más acelerado que en Madrid, por la inseguridad en sus calles y por la desigualdad social. La ciudad tiene una tasa de dependencia próxima al 53%, casi igual a la media española, que es del 53,8%. Sin embargo, si tomamos la población mayor de 65 años, esa tasa es del 32,9%, frente al 24% de hace 30 años. Y, aunque tiene una renta bruta por habitante de casi 36.050 euros, de las más altas, la población en riesgo de pobreza y exclusión social es del 24,4%. Y en 2018 encabezó el ranking de las ciudades en las que más se incrementaron las infracciones penales.

Como punto negativo aparece que en el último año ha incumplido la regla del gasto, lo que podría “implicar la necesidad de elaborar un plan económico encaminado a su cumplimiento”.

Las dos principales ciudades españolas, por tanto, comparten la misma calificación, el mismo riesgo, aunque tengan componentes económicos distintos y una situación financiera de partida totalmente opuesta. Todo dependerá ahora de cómo sus gestores municipales afronten los próximos años.