Mariano Rajoy, Artur Mas, Felipe VI y Carles Puigdemont inauguran el AVE Barcelona Figueres / EP

Mariano Rajoy, Artur Mas, Felipe VI y Carles Puigdemont inauguran el AVE Barcelona Figueres / EP

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Del pujolismo y los socavones al veto de Francia: diez años del AVE de Figueres

Una década después, la línea de alta velocidad que generó conflictos políticos tanto en Barcelona como en Madrid aún no ha llegado a su destino, París

8 enero, 2023 00:01

El AVE de Barcelona a Figueres cumple diez años. El 8 de enero de 2013, Artur Mas y Mariano Rajoy inauguraron junto a Carles Puigdemont la línea ferroviaria de alta velocidad. El momento fue capturado en una fotografía que ha pasado a la posteridad.

Mariano Rajoy, Artur Mas, Felipe VI y Ana Pastor en el viaje inaugural del AVE Barcelona Figueres / EP

Mariano Rajoy, Artur Mas, Felipe VI y Ana Pastor en el viaje inaugural del AVE Barcelona Figueres / EP

Inicialmente, esta línea debía unir Barcelona con Madrid y París, pero las desavenencias políticas retrasaron este proyecto y complican aún a día de hoy la conexión entre España y Francia mediante tren. En su día, fueron las diferencias entre Barcelona y Madrid el principal punto de conflicto, mientras que hoy lo es el veto del Elíseo a Renfe.

Artur Mas, Mariano Rajoy y Felipe VI inauguran junto a Carles Puigdemont la línea ferroviaria de alta velocidad en Figueres / Casa de S.M. el Rey - Borja Fotógrafos

Artur Mas, Mariano Rajoy y Felipe VI inauguran junto a Carles Puigdemont la línea ferroviaria de alta velocidad en Figueres / Casa de S.M. el Rey - Borja Fotógrafos

Retrasos

"Es sorprendente que no se conectasen antes las dos principales ciudades de España", explica Salvador Guillermo, secretario general adjunto de Foment. El representante empresarial considera que hacer este tramo fue "muy acertado", ya que ha absorbido gran parte de la demanda del puente aéreo.

Los motivos de este retraso fueron principalmente técnicos y políticos. En 1992 se inauguró el primer AVE, el Madrid-Sevilla. En 2003, llegó a Zaragoza, Huesca y Lleida, en 2007 a Málaga y Valladolid y no fue hasta 2008 que llegó a Barcelona, completándose en 2013 la unión con la frontera francesa, que ya había sido retrasada por el Ministerio de Fomento del 2009 al 2012.

Un tren AVE a su paso por Figueres, Cataluña / EFE

Un tren AVE a su paso por Figueres, Cataluña / EFE

El enviado de Zapatero a BCN

La exministra Magdalena Álvarez, titular de Fomento con Zapatero, intentó dar un impulso a las obras para que se inaugurasen a la vez los tramos de Barcelona, Málaga y Valladolid. "Pero el exministro Villar Mir le hizo la cama desde la constructora OHL y, además, Maleni Álvarez tenía muy mala relación con los hermanos Nadal". En aquella época, Quim Nadal, ahora consejero de Universidades, ocupaba la cartera de Obras Públicas en el Govern.

A ello hay que añadir las dificultades técnicas para construir los túneles subterráneos en una ciudad con tanta agua como Barcelona. En la época abundaron las noticias de los socavones, hundimientos que postergaron aún más la anhelada inauguración. La exministra Álvarez llegó a enviar a su secretario de Estado, Víctor Morlán, a vivir seis meses a la capital catalana para solucionar todos estos reveses.

Un tren del AVE en la estación de Sants de Barcelona / EFE

Un tren del AVE en la estación de Sants de Barcelona / EFE

Conflicto con Francia

En la actualidad, todavía no se ha podido enlazar Madrid con París vía Barcelona. Hasta ahora los trenes de Renfe llegaban a Marsella y Lion, pero Francia ha alegado motivos técnicos y económicos para expulsar a los trenes españoles. Fuentes consultadas en Renfe lamentan que la operadora francesa SNCF haya tomado la "decisión unilateral" de liquidar la sociedad compartida con la compañía española una vez la gala Ouigo ya está consolidada en el mercado español.

Además de la gran asignatura pendiente del Corredor Mediterráneo, tanto el empresariado como el sector reclaman al Gobierno de Pedro Sánchez que aproveche la cumbre de Barcelona para presionar a Emmanuel Macron para que el AVE pueda llegar finalmente a París. Creen que tanto el Ejecutivo como la Unión Europea deben presionar para que se desarrolle el mercado único ferroviario, con nuevas infraestructuras pero también permitiendo que operadores como Renfe puedan trabajar en Francia.