Meliá ME Terramar en Sitges / CG

Meliá ME Terramar en Sitges / CG

Business

'Pinchazo' del nuevo Meliá ME de Sitges

La cadena dirigida por la familia Escarrer oculta los datos de resultados de su nuevo hotel propiedad de Blackstone, que no ha cumplido con las expectativas generadas

25 marzo, 2019 00:00

Tropiezo del grupo Meliá tras la inauguración de su primer ME en la costa catalana el pasado año en la localidad de Sitges (Barcelona). Se trata de la división de lujo de la cadena de hoteles, del que sólo tienen tres en toda España: uno en Madrid, otro en Ibiza y el del mencionado municipio barcelonés, donde el grupo opera como gestor a través de su prestigiosa marca ME by Melià.

Fuentes del sector señalan que, de momento, el primer año de vida del ME Terramar ha sido un auténtico fracaso. Según los mismos medios, el establecimiento no ha logrado alcanzar las expectativas generadas, ya que ha obtenido unas cifras de facturación más bajas de lo esperado. Fuentes internas no oficiales de la cadena señalan que “lleva un año abierto y todavía está en período de ramp-up hasta estabilizarse. Falta tiempo para ver cómo va evolucionando el negocio”.

Cerrado en invierno

La cadena no ha querido responder a las preguntas formuladas por este medio. La única información pública que consta por parte de la empresa es una pequeña mención en el informe de resultados anuales de 2018. En concreto, se habla de los resultados “destacados” de otros hoteles en España como el “Gran Meliá palacio de los Duques, con un crecimiento en RevPAR de 18,91%, el Innside Palma Bosque con +93,68% de ingresos, Meliá Lebreros (+15,53% RevPAR) o Meliá Sevilla (+26% de ingresos), junto a hoteles como el Me Sitges Terramar y el Calviá Beach The Plaza, (Magaluf) entre otros". Es decir, ninguna mención en todo el informe a los resultados del flamante hotel en Sitges, pese a que en el resto de casos sí que se habla de cifras. En el informe anterior, sobre los resultados trimestrales de septiembre de 2018, la firma dirigida por Gabriel Escarrer reconocía la pérdida de un 24% de los ingresos en Cataluña debido a "las incertidumbres políticas y económicas" en la región.

Otro de los factores que ha sorprendido a la competencia es que el establecimiento haya estado cerrado durante varios meses de invierno. Según fuentes internas del hotel, el cierre se ha debido a unas pequeñas obras en el edificio. No obstante, antes de reinaugurarse bajo la marca Meliá, el edificio fue reformado de forma integral --tanto el interior como el exterior-- antes de abrir sus puertas en 2018.

Malos resultados en Sitges

Fuentes del sector señalan que, en realidad, este último cierre pudo deberse a la baja demanda que los gestores previeron durante los meses de invierno. “Han apostado por ofrecer un servicio lujoso y caro sin pensar que podían caer en la estacionalidad. Es difícil llenar el hotel ahora en primavera, por ejemplo, con precios por habitación de casi 200 euros en un emplazamiento como Sitges”, indican.

De hecho, la cadena hotelera dirigida por la familia Escarrer también ha visto cómo su otro Meliá ubicado en Sitges no levanta cabeza. En su informe de resultados de 2018 la cotizada asegura que “el Meliá Sitges fue el único hotel que no fue capaz de mejorar los resultados del cuarto trimestre de 2017” durante el año siguiente. Una situación que contrasta con el resto de negocio en Barcelona, donde sus "hoteles han comenzado a revertir la situación y tendencia negativa que han venido mostrando en los últimos meses, ya que el RevPAR creció un 14,5% en la ciudad en el cuarto trimestre de 2018 frente al mismo periodo del año anterior".

Cambios de propietarios

El ME Terramar, con 213 habitaciones, se define como un “hotel distinctive lifestyle que destaca por su oferta gastronómica”. Una de las partes del negocio que refuerza esta visión es su chiringuito de playa, abierto únicamente en verano. Gestionado el pasado año por el grupo Beso Beach, la sociedad asegura que en 2019 volverán a repetir como gestores.

El actual ME Terramar ha cambiado de propietarios en más de una ocasión en estos últimos años. Antes de estar gestionado por el grupo Meliá, los dueños del hotel eran la familia Marcet, que lo vendieron al Banco Sabadell por 23 millones de euros en marzo de 2016. Un año más tarde, el fondo Blackstone compró al Sabadell sus activos hoteleros, gestionados por su filial HI Partners, por un total de 630 millones.