Una protesta de Greenpeace por las energías renovables / EFE

Una protesta de Greenpeace por las energías renovables / EFE

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Greenpeace entra en el cuerpo a cuerpo contra el reciclaje de envases

La oenegé monta una campaña contra los contenedores amarillos y azules, pese a las dudas sobre la alternativa: el polémico sistema de retorno

23 febrero, 2021 00:00

Cuerpo a cuerpo. Greenpeace ha orillado otras luchas por el medio ambiente y ha entrado a golpe de chequera al barro contra Ecoembes, la organización ambiental decana en el reciclaje de envases de plástico en España. La oenegé ha armado una colosal --y cara-- campaña contra el circuito de los contenedores amarillos y azules, pese a las sombras sobre su la alternativa: el polémico sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR). 

Han avisado de ello fuentes del sector publicitario, indicando su sorpresa por el alcance de la campaña Ecoembes miente. El reciclaje no es suficiente. La acción de concienciación es omnipresente en las redes sociales, incluyendo Youtube, Facebook y Twitter. Incorpora una página landing propia [ver aquí] y su coste, según algunas fuentes, podría alcanzar los 600.000 euros. 

Greenpeace: "El momento es crucial"

En conversación con este medio, Julio Barea, responsable de la campaña de Greenpeace, ha defendido que la acción comunicativa multimedios "es necesaria porque el momento es crucial". Se refiere a la tramitación de la nueva Ley de residuos, pendiente de salir del Consejo de Ministros y que sustituirá a la de 2011. "El sistema de reciclaje de envases no funciona; engañan a las empresas y a la ciudadanía, y se contraviene la normativa comunitaria", sostiene Barea.  

Según el activista, los recursos publicitarios contra el reciclaje "han tenido más acogida que otras campañas, pero no son especiales". Revela el ambientalista que Ecoembes miente está generando más respuesta. "Un solo post en las redes sociales genera un montón de comentarios", avanza. ¿De qué información parten? "De los datos de las autonomías, y de nuestra propia investigación. No se está reciclando ni el 70% ni el 80% de los envases, apenas se llega al 30%", asegura la misma fuente. ¿Y el resto de causas? "Estamos en ellas. Estamos en Salvemos el Mar Menor, pero se ha parado con la pandemia", admite el también doctor en Geología. 

El 20% del gasto anual

El envite de Greenpeace contra el sistema de reciclaje de envases en España ha movilizado ingentes recursos propios de la oenegé. ¿Cuántos? Si la cifra de 600.000 euros por una campaña es válida como noción, la entidad ecologista habría gastado el 20% de su presupuesto anual en una sola acción comunicativa. Cabe recordar que Greenpeace España dedicó 2,9 millones de euros en relaciones públicas y publicidad en 2019, últimas cuentas disponibles

Ahora, la entidad ecologista echa el resto y embiste contra la organización sin ánimo de lucro que pilota el conocido sistema de recuperación de envases de plástico. Ello es así pese a que otras causas, como la emergencia climática, la propia transición en la producción energética o industrial, la contaminación en las ciudades o la protección de espacios naturales están en la agenda del ecologismo nacional e internacional. Pese a ello, Greenpeace se está centrando en los envases de plástico en los últimos compases de la pandemia. "Están vinculados a la emergencia climática", defiende el jefe de campaña a preguntas de este medio. 

La alternativa, opaca

La ligazón puede ser tal, pero lo cierto es que la alternativa no está tan clara. Desde Greenpeace defienden que el sistema de retorno de envases "no existe en España", como sí ocurre en otros países. "Antes de reciclar y recuperar, hay que reutilizar", defienden. Abogan abiertamente por el sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR), un circuito "que funciona" en otros países europeos. Este método, no obstante, ha topado en España con la oposición de los comerciantes, que alertan de que la carga económica recaerá sobre ellos. 

Asimismo, las pruebas piloto del SDDR han generado dudas en el terreno de la eficiencia. Tampoco menor es el hecho de que una multinacional, la noruega Tomra, que fabrica las máquinas de recuperación, vierte cuantiosas cantidades de dinero sobre el lobi que impulsa un sistema que le beneficia. De hecho, sector privado, sector público y filantropía se mezclan a menudo en el sistema SDDR, tal y como avanzó este medio. Pese a las sombras del sistema, Greenpeace se ha volcado en defenderlo. Ha comenzado por una dura campaña que entra en el cuerpo a cuerpo con el reciclaje.