En primer plano, el consejero delegado de Ferrovial, Ignacio Madridejos (izq.), y el presidente, Rafael del Pino, en la junta de accionistas de 2021 / EP

En primer plano, el consejero delegado de Ferrovial, Ignacio Madridejos (izq.), y el presidente, Rafael del Pino, en la junta de accionistas de 2021 / EP

Business

Ferrovial espera ofertas por su filial británica Amey en los próximos días

La compañía quiere cerrar antes de fin de año una desinversión que se unirá a la anunciada recientemente de los negocios medioambientales en España y Portugal

12 agosto, 2021 00:00

Ferrovial recibirá en los próximos días las propuestas económicas dentro del proceso de venta de su filial británica Amey, que forma parte de su desinversión global en el área de negocio de servicios.

La compañía cubre así otra etapa de la operación, que fue reactivada a comienzos de este ejercicio después de que la pandemia paralizara por completo el proceso. Como adelantó Crónica Global, la empresa controlada por la familia Del Pino se puso en manos de la banca de inversión para volver a la carga por una maniobra por la que espera ingresar algo más de 2.000 millones de euros.

Sigue la desinversión

En concreto, Morgan Stanley fue la entidad elegida para reactivar la venta, de acuerdo con la información de Sky News. El final de esta semana o los primeros días de la próxima serían la fecha límite para hacer llegar a Ferrovial las ofertas por parte de los interesados.

La intención de la empresa española es acordar la venta antes de que concluya el presente ejercicio, en el que ya ha logrado atar la desinversión en su negocio de medioambiente en España y Portugal.

Plusvalías

Merced a esta última transacción, Ferrovial percibirá 1.133 por los activos que comprará PreZero, sociedad del grupo europeo Schwarz, propietario entre otros negocios de la cadena de establecimientos de distribución Lidl. Las plusvalías que calcula Ferrovial por esta venta son de 317 millones.

La compañía ya apuntó entonces que el resto de desinversiones en los mercados donde opera en el área de servicios, Reino Unido, Chile y EEUU, proseguía su camino.

Obstáculos y pérdidas

Desde que el grupo español de concesiones y construcción decidió vender su división de servicios por parte, Amey ha sido uno de los elementos más apetecibles. Sin embargo, su venta en el mercado se ha visto complicada por las pérdidas en las que ha incurrido la compañía británica en algunos de sus contratos más destacados, especialmente en el área de mantenimiento de carreteras.

Esta circunstancia hizo, sin ir más lejos, que Amey cerrara 2020 con pérdidas de 98 millones de libras (unos 117 millones de euros) y que Ferrovial se viera obligada a un refuerzo financiero con la conversión de parte de la deuda intragrupo en capital por un valor aproximado de 140 millones de euros al cambio.

Venta de activos

En este periodo de transición, Amey se ha deshecho de su negocio de residuos urbanos, con la venta de seis contratos a Urbaser, antigua filial de ACS, a finales del pasado año.

Además, ha procedido a una reestructuración interna, que ha derivado en su división en tres áreas: infraestructuras de transporte, infraestructuras de seguridad y servicios de consultoría.

Cambio de estrategia

Junto a la mencionada venta de los negocios en la Península Ibérica, Ferrovial también logró deshacerse de la empresa australiana Broadspectrum, que fue adquirida a mediados de la pasada década, poco antes de que la compañía optara por un cambio de estrategia con el fin de centrarse en el negocio concesional y de construcción, plasmado en su actual plan estratégico, denominado Horizon 2024.

En cambio, Amey ha permanecido bajo el control de Ferrovial en los últimos 20 años. A comienzos del presente siglo, el grupo español aprovechó la delicada situación financiera de la empresa británica, que se encontraba el borde de iniciar un proceso concursal, por un precio de 100 millones de libras.

Una inversión de 20 años

El principal atractivo de Amey en aquellos momentos era la concesión de uno de los grandes contratos para la remodelación del metro de Londres, cuyo desarrollo entrañaba numerosas dificultades debido al volumen de las tareas.

De hecho, años después de que se realizara la transacción, Ferrovial terminó por sacar a Amey de ese contrato. Para entonces, ya había hecho de la empresa su principal puntal en Reino Unido, con una cartera de pedidos que supera ampliamente los 5.000 millones de euros.