Empresas: el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet (en el centro) durante la presentación de la encuesta sobre la estabilidad política y la economía en Cataluña / CÁMARA DE COMERCIO

Empresas: el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet (en el centro) durante la presentación de la encuesta sobre la estabilidad política y la economía en Cataluña / CÁMARA DE COMERCIO

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El 59% de las empresas catalanas rechaza la independencia

Los empresarios catalanes se muestran convencidos de que la estabilidad política impactaría positivamente en la economía

5 septiembre, 2018 13:28

Más de la mitad de los empresarios catalanes creen que el futuro político de Cataluña pasa por continuar siendo una comunidad autónoma española. Concretamente, el 58,5% de las personas encuestadas rechazan la independencia del territorio frente al 11,7% que apoyan la senda secesionista.

Dentro de los empresarios de Cataluña que quieren que el territorio continúe dentro de la senda constitucional, hay una división de opiniones entre aquellos que ven necesaria más autonomía y los que no, con preeminencia de los primeros. El 39,7% de los participantes de la encuesta --realizada por Sigma Dos para la Cámara de Comercio de España-- apoyan una mayor descentralización del Estado frente al 18,3% que prefieren que la situación siga siendo la misma que en la actualidad. Un 7,3 de los encuestados creen que el procés conducirá a un estado de mayor centralismo político y un 21,3% no sabe o no ha contestado a esta cuestión.

Estabilidad política y mejora económica

El tejido empresarial catalán tiene claro que un marco político estable es lo ideal para potenciar el crecimiento económico-laboral en todos los ámbitos y sectores incluidos en la encuesta. Por el contrario, si el escenario de incertidumbre política prosigue en la comunidad, el 36,8% de los empresarios catalanes cree que la economía empeorará, un 35% piensa que seguirá igual y un 20,2% valora que mejorará. Los indicadores más afectados por la inestabilidad serían, según los empresarios, los precios de consumo y la seguridad jurídica y estabilidad regulatoria.

El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, ha asegurado que Cataluña era líder de la economía de España hasta la "anomalía" política del proceso independentista. "Cataluña no ha retrocedido en su PIB pero ha perdido la relevancia y la posición de liderazgo que le corresponde", ha añadido, aunque ha matizado que los efectos negativos del procés pueden ser revertidos. Esta razón es la que esgrime para pedir al presidente de la Generalitat, Quim Torra, que no rechace el diálogo con Pedro Sánchez.

Traslado de sedes

El 8% de los empresarios de Cataluña asegura haberse planteado la deslocalización de su sede si se mantiene la incertidumbre política, a pesar de que la mayoría de compañías catalanas cree que hay poco o ningún riesgo de que haya traslados de centros de decisión empresarial hacia otras zonas fuera de la región.

A este respecto, Bonet ha querido destacar la "buena noticia" de que la empresa de aguas Agbar vuelva a establecer su sede social en Barcelona y ha dicho esperar que haya más empresas que sigan estos pasos al considerar la posibilidad de que la independencia "tiende a cero". Sin embargo, esta idea tiene matices. El presidente de la Cámara descarta que las entidades financieras regresen porque no pueden correr "el más mínimo riesgo" de salir de la Unión Europea en el caso de que se produjera la independencia.

Comparación entre CCAA

En el estudio han participado 1.226 empresarios, de los cuales 826 son empresas de Cataluña, por lo que se ha podido realizar una comparativa entre la opinión de los catalanes sobre la evolución político-económica de la comunidad frente a lo que piensan los empresarios de otras zonas del país.

En un contexto de calma política, el tejido empresarial catalán se muestra más optimista con respecto a la evolución de la dotación para infraestructuras y servicios públicos, la inversión en I+D+i y las exportaciones. El resto de comunidades autónomas, por su parte, creen que el coste del transporte, la energía y las materias primas; la inversión en general; el consumo y la presión fiscal mejorará más de lo que creen los catalanes si la estabilidad se implanta en el territorio.

Por el contrario, en un contexto de inseguridad política, la mayor parte de estos indicadores se verían afectados negativamente tanto en opinión de las empresas de Cataluña como de otras zonas de España. Ambos grupos coinciden en que, en el contexto citado, aumentarían la presión fiscal y el coste del transporte y la energía.