A la izquierda, el presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, afronta el legado envenenado de su predecesor, Francisco González

A la izquierda, el presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, afronta el legado envenenado de su predecesor, Francisco González

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¿Denunciará el BBVA a Francisco González, como él hizo con Emilio Ybarra?

Descontada la dimisión o cese de FG como presidente de honor del banco por la crisis del espionaje, queda por ver si el nuevo jefe del banco llevará a los tribunales a su mentor

16 enero, 2019 00:00

Tras la filtración mediática de las escuchas ilegales y servicios de espionaje encargados por BBVA, bajo presidencia de Francisco González, al excomisario José Manuel Villarejo, el edificio de La Vela, sede del banco en Madrid, se ha convertido en un polvorín.

Y todos miran hacia el nuevo presidente del banco, Carlos Torres Vila, quien, dos semanas después de acceder al cargo, ha visto cómo la bomba que llevaba tiempo activada ha estallado dejando una onda expansiva cuyo alcance está por ver.

Todo un papelón al que Torres Vila tiene que enfrentarse. De momento, ante el escándalo provocado y las presiones recibidas de organismos supervisores y de los grandes accionistas del banco, el nuevo presidente de BBVA salía al paso este lunes con la remisión de una carta a los empleados en la que, en un tono de aparente indignación, reconocía la contratación de los servicios de Villarejo, pero no tener constancia documental de que los mismos llevaran a cabo “seguimiento e intervención de comunicaciones privadas”, como ponían de manifiesto en las informaciones publicadas.

Dimisión de FG como presidente de honor

A partir de aquí, según todas las fuentes consultadas por Crónica Global, se da por descontado que Francisco González dimitiría de manera inminente de la presidencia de honor del segundo banco de España o, como muy tarde, sería cesado el próximo lunes, en el primer consejo de administración que presidirá Torres Vila, el delfín al que González aupaba a la presidencia el pasado 26 de septiembre, en medio de la tormenta interna que ya entonces se estaba viviendo en el seno del banco.

La toma de decisiones por el escándalo ha adquirido, además, el carácter urgente para Torres Vila, toda vez que, un día después de su primer consejo, tiene previsto acudir a la Cumbre de Davos 2019, junto al consejero José Manuel González-Páramo, y el 1 de febrero deberá dar la cara ante accionistas y analistas para hacer balance de las cuentas del banco al cierre del ejercicio 2018. Dos eventos trascendentes en los que Torres Vila se estrena como presidente y a los que llega en medio de una crisis institucional de calado.

Disyuntiva de Torres Vila

A partir de aquí, la disyuntiva a la que se enfrenta es clara. O limita el asunto a la salida de su mentor de la presidencia de honor, arriesgándose a que aparezcan nuevas filtraciones y se agrande la crisis reputacional de BBVA, o rompe completamente con el legado envenenado de Francisco González y lleva el tema a los tribunales, denunciando por administración desleal al que fuera su mentor para intentar esclarecer los pormenores de los trabajos oscuros llevados a cabo por Villarejo a instancias del expresidente de BBVA.

Si Torres Vila se atreviera a dar este paso y se pusiera frente al que ha sido su valedor para auparle a la presidencia del banco, se encontraría en una situación similar a la que el propio González vivió cuando en el 2000 y, para quitarse de enmedio a Emilio Ybarra, copresidente de la entidad, no dudó en denunciarle ante el Banco de España --presidido entonces por Jaime Caruana, quien desde el pasado junio se sienta en el consejo de BBVA--, por la existencia de unas cuentas secretas en el paraíso fiscal de Jersey.

Emilio Ybarra, condenado y absuelto

Con aquellos depósitos se contrataron fondos de pensiones para los consejeros del antiguo Banco Bilbao Vizcaya (BBV), por los que se embolsaron 19,2 millones de dólares, llevándose el propio Ybarra casi tres.

Las pensiones implicadas en el denominado caso Alico --en referencia a la entidad American Life Insurance, donde se abrieron los fondos con el dinero procedente de cuentas secretas del BBV en Jersey-- pretendían "compensar" por la merma en retribuciones que iban a sufrir los consejeros del BBV tras la fusión con Argentaria.

En noviembre de 2005, la Audiencia Nacional condenaba a Ybarra a seis meses de cárcel por un delito de apropiación indebida, a raíz de la constitución de fondos de pensiones en Alico a favor de consejeros del BBV.

Pero, un año después, el Tribunal Supremo rectificaba y anulaba la condena, al entender que el consejo de BBVA había otorgado a Ybarra plenos poderes, en enero de 2000, para crear esos fondos después de que los sueldos de los exconsejeros del BBV fueran rebajados tras la fusión con la banca pública Argentaria.

Pensión vitalicia de 80 millones, en el alero

Sea o no el banco el que se persone en los tribunales contra Francisco González, lo cierto es que las querellas contra la entidad y contra su expresidente parecen aseguradas, a la vista de la gran cantidad de personas ‘espiadas’ por el excomisario Villarejo.

Y, en virtud de las responsabilidades futuras que pudieran derivarse de las denuncias, cabría incluso la posibilidad de que, si se demostrara la administración desleal por parte de González, este corriera el riesgo de perder los 80 millones de euros que le corresponden de pensión vitalicia.

Al margen de las demandas que se pudieran presentar contra BBVA y Francisco González, este martes la policía, a instancias del juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, ha requisado en los diarios El Confidencial y Moncloa.com todo el material de que disponían relacionado con la contratación por BBVA al Grupo Cenyt, pro­piedad del ex­co­mi­sario José Manuel Villarejo, en re­la­ción con la ope­ra­ción que quiso rea­lizar la cons­truc­tora Sacyr para tomar el con­trol del banco en 2005.