Espectacular desplome de Bimbo-Donuts
La compañía ha perdido más de mil millones de euros en el mercado español durante los últimos diez años
22 noviembre, 2019 00:00La conocida empresa de bollería industrial Bimbo-Donuts no levanta cabeza. Por el contrario, es un pozo insondable de números rojos. Todas las estrategias puestas en marcha hasta hoy han resultado un fiasco considerable. La compañía lleva una década consecutiva registrando abultados quebrantos.
Sus gestores se las ven y desean para darle la vuelta a una situación deficitaria que parece no tener fin. El 2017 el grupo realizó la enésima reestructuración, mediante la fusión de las filiales Breadco Iberia, Bakery Products y Bakery Donuts Conveniencia, con el propósito de rebajar gastos de estructura.
Pérdidas a porrillo
El año pasado dio otro viraje. Bimbo-Donuts asumió las funciones de facturación a los clientes finales, que hasta entonces realizaba la sociedad holding del conglomerado.
Tal medida ha disparado las ventas. Estas pasan de 200 a 394 millones, con un alza de casi el 100%. El aumento permitió reducir el déficit de explotación de 70 a 22 millones.
Pero esta sensible mejora quedó lastrada por el último plan de ajuste, que ha ido acompañado de nuevos despidos y provisiones varias. Por ello, las pérdidas finales casi se doblan de 22 a 43 millones.
Rosquillas ruinosas
Con este alud de tinta roja, el balance de Bimbo suma ya la friolera de 950 millones en quebrantos pendientes de compensar.
Las pérdidas totales encajadas desde 2009 superan con creces los mil millones de euros. Es difícil hallar una firma alimentaria catalana que haya sufrido tamaña ruina en las últimas décadas.
Para rematar la faena, la empresa volvió a cerrar otro año más con fondo de maniobra negativo, en esta ocasión de 31 millones. Tal circunstancia y la reiteración de resultados pésimos constituyen una clara incertidumbre sobre la capacidad de continuar como empresa en funcionamiento.
Apoyo en el corto plazo
La memoria anual reseña que Bimbo-Donuts sigue contando con el apoyo de su accionista mejicano, también llamado Bimbo. Este ha manifestado expresamente que prestará todo el apoyo financiero necesario para garantizar el cumplimiento en el “corto plazo de las obligaciones económicas y financieras y las operaciones de la sociedad en el futuro”. El respaldo se ha materializado desde 2012 en unas aportaciones de 160 millones.
El grupo tiene su sede española en Madrid, aunque las oficinas centrales se encuentran en Barcelona. De Bimbo-Donuts depende la subsidiaria establecida en Portugal. Esta firma, de talla modesta, es asimismo otro agujero negro.
El año pasado perdió 4,5 millones y la Bimbo española hubo de inyectarle 5,7 millones para mantenerla a flote, tras haberle insuflado 9,3 millones en 2017. Para rematar la faena, Bimbo-Donuts contabilizó en su balance un deterioro de 17 millones en su firma lusitana.
La lupa de Hacienda
La tabla anexa muestra la evolución de Bimbo-Donuts en los últimos ejercicios. El beneficio de 2016 no tuvo carácter ordinario, sino puramente contable.
Año | Ventas | Resultado |
2018 | 394 | -43 |
2017 | 200 | -22,6 |
2016 | 219 | 27,3 |
2015 | 260 | -5,8 |
2014 | 258 | -5,3 |
2013 | 297 | -75 |
Al margen de los lamentables resultados, Hacienda ha comunicado a Bimbo-Dounts el inicio de actuaciones inspectoras en relación con el impuesto de sociedades de 2014 a 2016 e IVA y retenciones de 2014 a 2016.
Bimbo-Donuts fue comprada por el grupo mejicano Bimbo en 2011, tras permanecer en el regazo del gigante estadounidense Sara Lee desde 2001. La apuesta de los aztecas por el mercado peninsular se redobló en 2015, cuando se hicieron con Panrico –que giraba en la órbita del fondo buitre Oaktree–, por 190 millones. El acuerdo excluyó el pan de molde de Panrico para evitar el veto de las autoridades de competencia. Panrico le aportó las marcas Donuts, Donettes, Bollycao, La Bella Easo y Qé!