La compañía barcelonesa MartiDerm continuó en pérdidas en 2021, por importe de 484.000 euros. Se trata del segundo ejercicio de números rojos. En el pandémico 2020 había declarado un déficit de 1,5 millones.

Al margen de los avatares víricos, el desempeño de Grupo MartiDerm se ve lastrado por la mala evolución de sus tres filiales comerciales extranjeras, sitas en Portugal, Francia y México. Dichas firmas registran pérdidas desde hace cuatro años y como consecuencia de ellas sus estados contables arrojan patrimonio negativo.

Inversiones dañadas

La concatenación de números rojos obligó en 2021 a provisionar el valor de esas subsidiarias. Así, el balance consolidado de MartiDerm contabilizó un impacto negativo de 600.000 euros.

Sin ese apunte, la matriz habría registrado un pequeño resultado positivo. De hecho, obtuvo beneficios de explotación, cifrados en 373.000 euros.

Crecimiento frenado

MartiDerm llevaba a sus espaldas una racha de crecimiento impresionante, gracias a la cual embalsó unas ganancias de 65 millones.

El periodo de expansión se truncó con la irrupción del coronavirus. Sus secuelas hundieron las ventas un 37%, hasta 27,8 millones. Dos años después seguía un tercio por debajo de las magnitudes previas a la pandemia.

GRUPO MARTIDERM (en millones de €)
Año Facturación Resultado
2021 31,1 -0,48
2020 27,8 -1,5
2019 44 7,1
2018 50 17
2017 38 13

Dividendos a porrillo

En 2021 los propietarios de la casa quedaron huérfanos de dividendo. No había ocurrido así durante los cursos anteriores. Pese al quebranto sufrido, los amos acordaron el reparto de 14 millones en 2020, con rebaja sobre los 16,7 millones del año anterior.

Tras la cuantiosa salida de recursos, MartiDerm cuenta ahora con un patrimonio de 8,9 millones. Las deudas bancarias a corto y largo plazo suman 16,6 millones.

Dueños

Los accionistas principales son Carmen Mas Ollé, titular del 28% del capital; en orden descendente figuran sus hijos Javier, Montserrat y José Martí Mas, con unos paquetes respectivos del 18%, 17% y 14%; por último, es socia la sobrina Elisa Suñer Ollé, con el 8%.

La compañía familiar tiene a sus espaldas una trayectoria de más de treinta años, aunque sus raíces son anteriores. Se remontan a la farmacia que regentaba en los años cincuenta Josep Martí Tor, abierta en la calle Aragón de Barcelona. El boticario abordó la producción a pequeña escala de cremas para el tratamiento de la piel. Con el curso de los años, aquel negocio primigenio devino MartiDerm.

Factoría

La planta industrial del consorcio MartiDerm se encuentra en el municipio de Cervelló, a pocos kilómetros de Barcelona. En ella fabrica cremas y ampollas dermo-cosméticas, destinadas a cuidados intensivos, envejecimiento, acné, arrugas, contorno de ojos, labios, cuello, escote y cabello. Dicho centro fabril y las filiales foráneas emplean en conjunto a 240 colaboradores.