GBI Serveis, involucrada en el caso Pujol, tiene 40 millones en caja
La empresa de recogida de basuras de Gustavo Buesa financió a Convergència y mantuvo negocios suculentos con Jordi Pujol Ferrusola
23 octubre, 2021 00:00La compañía GBI Serveis, de Lloret de Mar, dedicada a la recogida y tratamiento de residuos, constituye una lucrativa actividad que se asienta sobre un negocio asegurado de principio a fin: las concesiones administrativas. Gracias a las que se adjudicó en Cataluña y que tiene en su cartera de activos, el amo de la casa Gustavo Buesa Ibáñez ha amasado una fortuna de gran volumen.
El propio Buesa reconoce en la memoria de sus cuentas anuales que “la evolución del negocio de GBI Serveis apenas presenta riesgos, dado que las principales áreas de negocio son concesiones administrativas, con una duración concreta”.
Conglomerado de 26 compañías
La corporación de Buesa se titula GBI Monic Promocions. Su cuartel general está situado en la avenida de Las Alegrías, de Lloret de Mar.
El grupo de Buesa posee 14 compañías filiales, de las que controla entre el 65% y el 100% del capital. Ocho de ellas se dedican a la recogida de desperdicios y su traslado hasta las plantas de reciclaje. Este es el renglón más rentable de GBI Monic. Las restantes seis filiales son inversoras inmobiliarias. En conjunto, las 14 sociedades emplean a 500 trabajadores.
Espectáculos, urbanismo y lavado de coches
El conglomerado alberga también participaciones en doce entidades que oscilan entre el 25% y el 50%. En esta variada lista aparecen Diggers Music y Barcelona Events Musicals, promotoras de espectáculos; Ecoserveis Urbans, asesoría urbanística en Figueres; La Ballena, autolavado de Barberà del Vallès; Telwesa, de depuración de aguas residuales, sita en Llagostera; y por último, una mercantil que compra y vende derechos de emisión de CO2.
Casi 70 millones en inmovilizado
Las magnitudes económicas que maneja GBI Monic son cuantiosas. Los activos consolidados se cifran en 110 millones. La rúbrica más abultada es el inmovilizado material, por importe de 69 millones. De esta cantidad, el valor atribuido a los inmuebles suma 16 millones; el resto son las instalaciones técnicas y la maquinaria.
En el activo también destaca la tesorería, contabilizada en 40,5 millones.
Ganancias
GBI Monic declaró a Hacienda el pasado ejercicio una facturación de 50,3 millones, con baja del 17%. El descenso se trasladó a todas las partidas de los resultados.
El beneficio de explotación menguó de 8,4 a 5,2 millones. Y finalmente, el neto después de impuestos cayó un 54%, hasta 2,1 millones.
Dividendos
GBI no detalla en su balance quién es su accionista, pese a que se trata de una sociedad limitada unipersonal administrada por su dueño Gustavo Buesa. La prensa publicó en su día que cedió una participación del conglomerado al hoy procesado Jordi Pujol Ferrusola. Uno y otro compartieron varios negocios muy lucrativos.
GBI Monic repartió el año pasado 888.000 euros en concepto de dividendo, contra los 2,6 millones distribuidos en 2019.
Tras efectuar el desembolso, los fondos propios de la sociedad holding quedan escriturados en 88 millones. GBI Monic solo debe 7 millones a los bancos.
Andanzas con Pujol Junior
Gustavo Buesa y GBI aparecen profusamente en el sumario de supuesta corrupción política que afecta a la familia Pujol. Este se juzgará en breve en la Audiencia Nacional, tras siete años de instrucción.
GBI abonó como mínimo 243.000 euros a una mercantil de Jordi Junior, por unas fantasmales asesorías prestadas en Méjico.
En otro lance, GBI resultó adjudicataria de un centro para el tratamiento de basuras en Lloret de Mar, que le permitió propinar un pelotazo de 16 millones.
Donaciones caritativas y Buesa en el calabozo
A continuación de dicho negocio, en un gesto desprendido, Buesa decidió contribuir con varias donaciones por importe de 550.000 euros a tres fundaciones de Convergència Democràtica de Catalunya y Unió Democràtica, los partidos que formaban la coalición Convergència i Unió.
En julio de 2016, la Guardia Civil detuvo a Buesa frente a su domicilio y lo alojó una noche en el calabozo. Según el instituto armado, las empresas de basuras de Buesa habrían resultado adjudicatarias de contratas oficiales en Cataluña por valor de 80 millones.