Instalaciones de Menaes / CG

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Confidente VIP

Fiasco del constructor de moldes Menaes

La empresa de Granollers presenta concurso de acreedores

9 julio, 2020 00:00

El Juzgado Mercantil número 2 de Barcelona ha declarado la suspensión de pagos de Menaes SL, de Granollers, especializada en la producción de moldes y matrices. El despacho Addvante Forense es el administrador concursal. En su nombre, Oriol Ripoll Pañella gestionará el expediente.

Menaes se fundó en 1983. Se dedica a matricería, soldadura, estampación y mecanizados, para clientes de los sectores de la automoción, motocicletas, ferrocarriles y calefacción.

Gestores

La compañía ocupa unas instalaciones de casi 8.000 metros cuadrados en Granollers, con una plantilla de medio centenar de trabajadores.

La empresa gira 9 millones anuales.

Según el último balance publicado, la deuda ronda los 4 millones, frente a un activo de 5 millones. Los administradores de la entidad son Miguel Almendro Pineda y Alejo Singla Obiols.

Más suspensiones de pagos

Al margen de este percance, en otras plazas anotamos los fallidos de Nexco Barcelona, comercial de prendas de moda, con sede en la Ciudad Condal. Gerente, Mercedes Pagés Font.

Ticat Neo, de Sant Cugat del Vallès, fabricante de moldes de inyección. Administrador, Valentín Estivill Pérez-Caballero.

Zemag Internacional

Egara de Ovillos, de Terrassa, comercial mayorista de fibras textiles brutas y otros productos semielaborados. Socio único, Ramón Ollé Soriano.

Zemag Internacional, distribuidora de productos audiovisuales, informáticos y de telecomunicaciones. El domicilio se encuentra en la calle Diputació de Barcelona y su principal centro de intereses en Calafell. El propietario del negocio es Carlos Gámez Corchero, por medio de la sociedad de cartera Padi Market.

Power Train Services

Por último, en Oviedo ha quebrado Power Train Services International SA, dedicada al montaje de maquinaria y estructuras. Sus fundadores y máximos ejecutivos son Juan Carlos Rodríguez Fernández y Carlos Fernández Osoro.

El descalabro se debe a la condena por competencia desleal que le obliga a indemnizar con 7,2 millones a la ingeniería Duro Felguera, por haberse apropiado de sus archivos informáticos y manuales de calidad.