Alud de pérdidas en el golf madrileño Olivar
La sociedad que lo explota reduce su capital un 95% para absorber los quebrantos acumulados
3 enero, 2020 00:00La compañía Desprosa SA, de Madrid, ha recompuesto su situación patrimonial mediante una operación “acordeón” contable.
Tal apunte supone rebajar el capital social de 20,3 millones de euros a 1 millón, con el propósito de enjugar los números rojos arrastrados en el balance y restablecer el equilibrio patrimonial.
Déficit continuado
La medida implica volatilizar el 95% del valor nominal de los 3,389 millones de títulos en circulación, que queda reducido a 0,2952 euros.
Desprosa es la gestora del campo de golf Olivar de la Hinojosa, de 27 hoyos, situado en el municipio de Alcalá de Henares. La excelente ubicación no ha impedido su mala marcha económica.
Desde que Desprosa lo tiene a su cargo, las pérdidas superan los 12 millones.
Además, los ingresos no acaban de despegar. Rondan los 5 millones, un 60% de los cuales corresponde al negocio del golf.
Empresario polémico
El negocio del hotel aporta medio millón y el tenis y el pádel son meramente testimoniales. En las instalaciones trabajan 80 personas.
Desprosa está presidida por el empresario Joaquín Molpeceres, de 87 años, que a comienzos de los años 80 fue presidente de la Federación de Tenis de Madrid.
Molpeceres, amigo de la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre, fue objeto de pesquisas en el caso Gürtel, por presuntas donaciones ilegales al PP. Asimismo se le investigó en la operación Lezo, acusado de actuar supuestamente como testaferro del también expresidente de la comunidad Ignacio González.
Chollos públicos
El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón sobreseyó las actuaciones del caso Lezo contra Molpeceres.
Este empresario figura entre los grandes favorecidos de la comunidad de Madrid. Sus empresas recibieron contratos públicos por valor de 300 millones.
Una de sus sociedades que más encargos recibió de la comunidad es Licuas. Esta entidad es precisamente uno de los accionistas de referencia de Desprosa, la compañía que acaba de “achatarrar” el valor de sus acciones.