El abogado Juan Ignacio Sardá Antón, en quiebra necesaria
Este jurista, expresidente del Club Liberal de Cataluña, ha protagonizado varios tropezones con la justicia desde 1967
1 mayo, 2018 00:00El Juzgado Mercantil número 2 de Barcelona ha declarado en concurso necesario a Juan Ignacio Sardá Antón, con domicilio en la calle Muntaner de la capital catalana. Se ha nombrado administrador concursal a Ignacio Alonso-Cuevillas Fortuny. Se ha suspendido a Sardá de las facultades para administrar su patrimonio.
El concursado cuenta 81 años de edad. Se licenció en Derecho en 1958. Es un personaje de largo recorrido. Estuvo estrechamente vinculado a la Caja de Crédito Popular de Cataluña (CCPC). Esta entidad se constituyó en Girona en 1957 y poco después se trasladó a Barcelona. Tenía por objetivo servir de instrumento crediticio y de financiación de las cooperativas surgidas bajo el amparo del sindicalismo franquista.
Banco en Suiza
La Caja se extralimitó en sus funciones y se lanzó a captar ahorro mediante la apertura de cuentas e imposiciones a la vista y a plazo de personas no asociadas.
También tenía vedada la tenencia de participaciones en empresas. Pero CCPC soslayó esa prohibición mediante la transferencia de copiosos fondos a Sociedad Andorrana Financiera, de Andorra, que sí las poseía. Por medio de ella adquirió, entra otras, la suiza Banca de Viesca.
El escándalo estalla en 1967. Un año después, la Caja entra en quiebra con un pasivo de 800 millones de pesetas, una auténtica fortuna en aquella época. El número de clientes afectados asciende a 12.000. En 1975, el ministerio fiscal imputa a Sardá los delitos de falsedad y estafa. Así mismo se acusa a Antonio Federico Correa-Véglison, militar y falangista, que sucesivamente ocupó los cargos de gobernador de Girona, Navarra, Jaén y Barcelona. Correa-Véglison fallece sin dar cuenta ante la justicia.
Más embrollos judiciales
La celebración del juicio se eterniza. En 1982, se procesa a Sardá por el descalabro de la Caja de Crédito. A la sazón ocupa la presidencia del Club Liberal de Cataluña, adscrito a la federación nacional que encabezaba el abogado Antonio Garrigues Walker.
No es ese el único encontronazo que nuestro personaje tiene con la justicia. En 1987 se le incoa sumario por un presunto delito fiscal cometido entre 1984 y 1985. A la sazón, su empresa Gastronomía Barciao, que suministraba comidas a empresas, colegios y hospitales, ha dejado de ingresar 12 millones de pesetas del Impuesto de Tráfico de Empresas (ITE).
Es la última ocasión en que Juan Ignacio Sardá se asoma a los medios de comunicación. Ahora, 31 años después de tal episodio y cuando van transcurridos nada menos que 51 años de las vicisitudes de la Caja de Crédito Popular de Cataluña, torna a reaparecer en el ámbito judicial, con motivo de su flamante declaración en concurso necesario.