Vanity Fair, de moda íntima, sigue en pérdidas
Comercializa productos de corsetería y baño por medio de una red de tiendas y espacios en El Corte Inglés
21 diciembre, 2017 00:00La compañía VFB Lingerie Europe, con sede central en Hospitalet de Llobregat, ha estado sometida los últimos años a un drástico proceso de reconversión. Con él pretende dejar atrás definitivamente las pérdidas que arrastra desde hace largo tiempo.
El ajuste ha consistido en reducir la plantilla, transformar la red comercial y abandonar algunas marcas locales, para centrarse sobre todo en Vanity Fair, Variance, Bestform, Lou, Belcor y Gemma.
Firmas del grupo producen lencería y ropa de baño en varias plantas fabriles situadas en Túnez. Luego las distribuyen por medio de su red de filiales, que abarcan España, Francia, Bélgica, Italia y Portugal. El entramado de España incluye corners en El Corte Inglés y otros centros, así como varias tiendas propias bajo el rótulo de Tulip.
Despidos
Entre 2015 y 2016 la empresa acometió dos expedientes de regulación de empleo, que supusieron un coste cercano a los 3 millones. Ahora la plantilla consta de 141 personas, la tercera parte de la fuerza laboral que tenía en 2014.
Pese a los esfuerzos desplegados, las cuentas siguen ancladas pertinazmente en la senda de los números rojos. El año pasado las pérdidas bajaron de 9,8 a 3,9 millones. Con dicho resultado, los fondos propios quedan en 1,7 millones, muy por debajo de la mitad del capital social, cifrado en 15,4 millones. Ello significa que la empresa entra en causa de disolución, a no ser que se recomponga el equilibrio patrimonial mediante la ampliación o reducción del capital.
VFB Lingerie facturó casi 17 millones, un 12% más. El 80% de las ventas corresponden a corsetería y el 20% restante, a prendas de baño.
Final aciago
Los orígenes de VFB arrancan de la histórica firma textil Vives Vidal Vivesa, fundada en 1949 por José María Vives Vidal en Igualada. En 1992, este empresario y sus familiares vendieron sus sociedades textiles al grupo norteamericano Vanity Fair Corporation, en un pelotazo de 154 millones de euros. Previamente, sus asesores le habían diseñado un complejo sistema de ingeniería financiera, para escabullir a Hacienda los impuestos correspondientes a la transacción. Pero el montaje fue descubierto y en 2003 el Tribunal Supremo sentenció a Vives a 14 años de cárcel por delito fiscal.
Finalmente, hace siete años VF Corporation traspasó el negocio al consorcio norteamericano Fruit of the Loom. Y éste, por último, la vendió al fondo francés Perceva.