La entrada de la factoría de Gallina Blanca en Sant Joan Despí, que se convertirá en la sede central de Agrolimen / GOOGLE

La entrada de la factoría de Gallina Blanca en Sant Joan Despí, que se convertirá en la sede central de Agrolimen / GOOGLE

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Agrolimen baja la persiana de la mítica Gallina Blanca de Sant Joan Despí

La factoría cumplía 60 años en marcha y se rehabilitará para albergar la sede corporativa del grupo tras trasladar la producción a Huesca

4 agosto, 2019 12:46

El municipio de Sant Joan Despí (Barcelona) ha pedido este fin de semana una de sus factorías icónicas. Agrolimen ha bajado de forma definitiva la persiana de la planta que abrió hace 60 años en la localidad para empezar a fabricar sopas instantáneas de la marca Gallina Blanca, el producto con el que la familia Carulla empezó a construir un imperio en que sólo los fondos propios de esta sociedad rozan los 1.000 millones de euros.

Las instalaciones estuvieron en marcha por última vez este viernes. A partir del lunes, será la planta de Ballobar (Huesca) la que se encargará de asumir la fabricación de las pastillas de caldo comercial y las sopas instantáneas que se iniciaron en los años 50. El archivo municipal del municipio conserva toda la documentación del proyecto inicial, el que desarrolló Lluís Carulla Canals en 1955.

Fundación de la empresa

El empresario fundó Gallina Blanca en plena Guerra Civil. En ese momento, 1937, se denominaba Gallina d’Or y tenía la sede en el Paseo de Gràcia de Barcelona. El negocio nació con los cubitos de caldo concentrado, cuya producción era artesanal y habían aprendido de otro ejecutivo de Estrasburgo en Llívia (La Cerdanya). Toda la familia participaba en ello, incluso María Font, la mujer de Carulla. La acogida del público fue enorme y empezó la expansión del negocio, con la apertura de un centro de trabajo más grande en la calle Aragón de la misma ciudad.

Artur Carulla, presidente de The GB Foods / EFE

Artur Carulla, presidente de The GB Foods / EFE

Las instalaciones de Sant Joan Despí implicaron la verdadera industrialización del grupo y el inicio de la fabricación de otra referencia que se ha convertido en una marca clásica para el consumidor español, el caldo Avecrem. El crecimiento no ha cesado desde entonces, con una internacionalización que se inició en 1979 y que en los últimos tiempos ha implicado la adquisición de Continental Foods por más de 500 millones. La operación que pilotaron los dos máximos ejecutivos actuales de la compañía, los hermanos Lluís y Artur Carulla Font.

Sede de Agrolimen

Pero la expansión del grupo, hoy llamado GB Foods, llevó al cierre de su factoría histórica. Se anunció en diciembre y generó un conflicto laboral con los 70 trabajadores que aún trabajaban en ella. Dos meses y una huelga indefinida después, se pactaron las condiciones de las jubilaciones anticipadas y la recolocación de empleados en otros centros de trabajo cercanos.

Tras el cese de la producción y el traslado de las últimas maquinas, los Carulla iniciarán otras obras en las instalaciones. Sant Joan Despí se convertirá en la nueva sede corporativa del grupo Agrolimen, que incluye marcas como Affinity, El Pavo, BioCentury o las cadenas de comida rápido Pans & Company o Bocatta. Se había especulado con el intento de vender a un tercero los terrenos, pero finalmente continuarán en la compañía.

Familia opaca

La familia Carulla es una de las más ricas de España, aunque no es precisamente transparente con sus negocios. Les gusta el perfil bajo y en los últimos años se han prodigado lo justo y necesario. Han salido del accionariado del periódico nacionalista Ara y tienen un papel más limitado en el Círculo de Economía, donde Artur había llegado a ser vicepresidente.

Quizá es Mariona Carulla la que mantiene un papel más público al seguir al frente del Palau de la Música, la institución de la que asumió el mando tras el escándalo del saqueo de Félix Millet y sus colaboradores y la red de financiación ilegal para nutrir las arcas de CDC.