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La seguridad privada del metro de Barcelona va a la huelga indefinida en el inicio de La Mercè

Los 500 trabajadores del servicio están llamados a secundar el paro

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Las fiestas de La Mercè comienzan con un gran obstáculo: la seguridad privada del metro de Barcelona irá a la huelga de forma indefinida. Una fecha donde los 500 efectivos son pieza clave para gestionar el tráfico de personas que inunda el subsuelo durante las jornadas más festivas de la ciudad. 

El centro de trabajo del Ferrocarril Metropolità de Barcelona se movilizará a partir del 23 de septiembre, a las 00.00 horas, en busca de mejoras laborales que se materialicen dentro del sector y, al mismo tiempo, renovar el convenio colectivo. Así lo ha manifestado el comité empresarial de Securitas Seguridad España, SA, a la administración.

Compromisos

Además, el sindicato ADN Sindical Seguridad y Servicios de Cataluña pide que se cumplan con los compromisos adquiridos en los plenos de los ayuntamientos de Barcelona, L'Hospital de Llobregat y Santa Coloma de Gramenet para confeccionar un plan especial de seguridad en el metro. 

Sin embargo, no ha habido acuerdo entre las partes, ya que la empresa defiende que sí se da cumplimiento a los requerimientos de la plantilla, tanto en el contrato administrativo como en el convenio colectivo sectorial. Una cuestión que no aceptan los sindicatos. 

Mediación sin resultados

La última mediación se dio el pasado 16 de septiembre, pero se concluyó sin que hubiera avances. A las puertas de la fiesta insigne de la Ciudad Condal que durante cinco días llenarán de espectáculos, actividades y eventos las calles catalanas, quedó en manos del Departamento determinar las condiciones de seguridad.

La Conselleria de Empresa y Trabajo, dirigida por Miquel Sàmper, ha previsto unos servicios mínimos dada la importancia de la seguridad privada en el transporte público. En un escrito al que ha tenido acceso este medio, se prevé que se garantice el 75% del operativo habitual.

Derechos

Una cifra que se sostiene en que la seguridad privada es la encargada en el metro de Barcelona de vigilar y proteger a la ciudadanía, al igual que apoyar a los cuerpos de seguridad en operativos que persiguen la delincuencia y, también, proceden a la identificación de personas.

Por tanto, su interrupción "afectaría derechos constitucionalmente protegidos", se establece. Así, Barcelona sufre en menos de un año una segunda huelga de la seguridad privada en el metro. La primera ocurrió el 26 de enero y se convocó a raíz de la agresión que sufrió uno de los trabajadores durante el servicio, quien perdió horas después un ojo como consecuencia del ataque. 

Segunda huelga

En tal ocasión, CCOO denunciaba que se habría podido evitar tal ataque si hubiera una correcta dotación de personal, equipos adecuados y un dimensionamiento del servicio. Por ello, enviaron una carta a la presidenta de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Laia Bonet, para ponerle al tanto de las condiciones de precariedad e inseguridad que denunciaban. 

Como recogía Metrópoli Abierta, Bonet defendió en que se activaron las pertinentes unidades de seguridad para atajar la batalla campal que se había dado en el metro, motivo por el que se requirió de la presencia de los Mossos d'Esquadra.

Sin embargo, los sindicatos persisten en que se debe avanzar en una mayor retribución y una implicación de la administración para garantizar que posean los recursos suficientes. En este sentido, ADN Sindical consideró "imprescindible" dotar con sprays de pimienta a los vigilantes.

Cumplir lo pactado

Esta organización tilda de "vergonzoso" que la empresa TMB no atienda a lo pactado en los plenos municipales, en donde, entre otros puntos, se estableció que se aumentaría la presencia física de los vigilantes, garantizando dos miembros en los intercambiadores y en los andenes de las estaciones, especialmente las más conflictivas.

También, se acordó promover una formación adecuada, con el apoyo de los cuerpos policiales, y revisar los protocolos de actuación ante las diferentes situaciones de riesgo que se viven cada día en el metro.