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El auge de los supermercados 24 horas en Barcelona: abre uno nuevo cada semana

El Ayuntamiento de la ciudad alerta de que una parte significativa de estos establecimientos no cumple su función original de comercio de proximidad

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Barcelona, una de las ciudades más vibrantes de Europa, parece no dormir nunca. Sus calles llenas de vida, el constante flujo de turistas y el ritmo acelerado de los residentes han impulsado la aparición de nuevos modelos de consumo que se adaptan a esta dinámica urbana.

Así, entre ellos, destacan los supermercados 24 horas. Establecimientos que responden a la necesidad de comprar en cualquier momento del día o de la noche.

Lo que comenzó como una rareza puntual se ha convertido en un fenómeno en expansión: en los últimos años, estos locales han crecido de manera exponencial y hoy forman parte del paisaje cotidiano de la ciudad.

Un fenómeno imparable

En los últimos años, Barcelona ha vivido una transformación silenciosa: la proliferación de supermercados 24 horas que se abren prácticamente a diario.

Según datos municipales, desde 2015 se han inaugurado unos 1.400 establecimientos de este tipo, de los cuales 657 se pusieron en marcha en los últimos cinco años y medio.

Y solo en los primeros seis meses de 2025 se abrieron 26 nuevos supermercados de conveniencia que operan sin pausa. 

Este ritmo de crecimiento, que equivale a la apertura de un nuevo súper cada semana, no es casualidad. Encontramos detrás una mezcla de demanda turística, vacíos legales, zonas saturadas por apartamentos turísticos, e iniciativas del Ayuntamiento para intentar poner cierto orden.


Turismo como motor de la expansión

Estos supermercados no están pensados principalmente para los residentes del barrio. Se han diseñado más bien para el turista: bebidas refrigeradas individuales, snacks, fideos instantáneos, souvenirs, imanes, camisetas de equipos de fútbol, maletas de mano, fundas de móvil, pulseras, entre otros.

En muchos casos, estos locales se instalan en calles céntricas y de alto tránsito (Gran Via, Consell de Cent, Aragó, Balmes, Diagonal, Rambla Catalunya, Travessera de Gràcia…). Allí donde hay turistas o visitantes nocturnos, hay negocio potencial para un “súper express” que nunca cierra.

Proliferación descontrolada

El Ayuntamiento de Barcelona alerta de que una parte significativa de estos establecimientos abiertos 24 horas no cumple su función original de comercio de proximidad. Algunos operan sin licencia, carecen de puertas automáticas o usan locales que deberían ajustarse a otras normativas urbanísticas y de paisaje urbano. Desde el año pasado se ha desplegado, dentro del Pla Endreça, una campaña de inspecciones integrales para frenar las irregularidades en este tipo de negocios. En menos de una semana de junio de este año se controlaron 39 establecimientos en Ciutat Vella, se levantaron 361 actas de infracción y se decretó el cierre de 10 locales. Entre las principales deficiencias detectadas figuran problemas de salud pública --suciedad, falta de agua corriente y presencia de plagas--, así como la retirada de productos en tres comercios por mal estado o por incumplir la normativa de etiquetado.

Las inspecciones se concentran en áreas o actividades sobre las que existen quejas o indicios de infracción. Se revisan, entre otros aspectos, las condiciones higiénico-sanitarias (plagas, estado de los alimentos y mantenimiento de la cadena de frío), el etiquetado, las licencias y el pago de tasas, la situación laboral y administrativa de la plantilla, la ocupación de la vía pública con rótulos o pizarras y la seguridad del local (como el funcionamiento de las salidas de emergencia). En términos generales, se han detectado infracciones relacionadas con licencias, higiene, seguridad laboral, extranjería, obligaciones tributarias y paisaje urbano, además de casos extremos como cucarachas en almacenes, colchones en trastiendas y suciedad acumulada.

Acciones de prevención

Asimismo, los agentes se ocupan de controlar mediante medidas preventivas también. De esta forma, revisan que no haya presencia de alimentos que se encuentre en mal estado, el aforo de cada local, la forma en la que están distribuidos los productos que se venden a granel (frutas o legumbres), la adecuada supresión de residuos, además del cumplimiento de la normativa de prevención de seguidad y riesgos de incendios.

En este tipo de acciones, la Guardia Urbana presta atención, además, a la posibilidad de que estos locales tengan a gente habitando en sótanos o pequeñas habitaciones. Estos podrían ser trabajadores del negocio que se encuentren hacinados y viviendo en condiciones pésimas.

Servicios de consigna irregulares

Otras de las irregularidades que se pueden encontrar tiene que ver con las maletas de los turistas, al prestar el servicio de guarda equipajes a los visitantes que recibe la capital catalana.

Este tipo de acciones es más frecuente en zonas del centro de la Ciudad Condal, principalmente en Eixample, las cuales, al tratarse de una actividad económica no regulada, conllevaría un acta de sanción por parte de la Agencia Tributaria.

Por su parte, la Policía Nacional verifican que los empleados cuenten con los papeles pertinentes en regla: permiso de residencia y de trabajo de manera correcta.

Resistencia de los comerciantes de proximidad

Las asociaciones de comerciantes suelen quejarse de que esta moda del supermercado nocturno está desvirtuando la esencia del comercio de barrio.

Al tratarse de locales con horarios continuos, muchas veces ubicados en zonas con alta densidad de visitantes, pueden competir con ventaja frente a los pequeños comercios tradicionales, que no tienen esa flexibilidad operativa ni la capacidad logística de esos supermercados express.

El Ayuntamiento, consciente de esta tensión, ha intensificado las inspecciones, especialmente en Ciutat Vella, Eixample y Sant Martí. En las últimas campañas, se han interpuesto más de 2.300 infracciones, se han abierto cientos de expedientes administrativos y se han cerrado cautelarmente una docena de establecimientos.


Medidas tomadas

Para contener esta situación, el Ayuntamiento de Barcelona ha activado un paquete de medidas en tres frentes: inspección, planificación urbana y ordenación del modelo 24/7. Inspecciones multidisciplinares. El gobierno municipal, en coordinación con la Generalitat y el Estado, realiza operativos que no se limitan a verificar licencias: también revisan el cumplimiento laboral y tributario, la normativa de extranjería y las condiciones higiénico-sanitarias. En estos controles se han detectado desde infracciones leves hasta situaciones insalubres o inseguras --cucarachas en almacenes, uso irregular de espacios, obras sin licencia, entre otras--.

Revisión del plan de usos: una línea clave es la actualización del plan de usos, especialmente, en Ciutat Vella. El objetivo es que no se base solo en distancias entre locales o criterios urbanísticos, sino que incorpore pautas de convivencia, diversidad de oferta comercial y calidad del entorno. Además, el Ayuntamiento prevé eliminar todas las licencias de pisos turísticos en 2028, con la expectativa de que una menor presión alojativa reduzca también la demanda que alimenta a estos comercios 24/7.

Ordenación del modelo de negocio: la concejala de Comercio, Raquel Gil, ha subrayado que no se pretende suprimir la actividad 24 horas, sino regularla: que estos establecimientos conserven su vocación de proximidad, cumplan la normativa, garanticen condiciones laborales dignas y no saturen el espacio público. Barcelona atraviesa así una transformación comercial que va más allá del horario: la proliferación de supermercados 24 horas es el síntoma de un fenómeno complejo —globalización del turismo, vacíos normativos y tensiones con el comercio de barrio—. El Consistorio ha respondido con inspecciones, expedientes y reformas normativas para reequilibrar el modelo. Falta por ver si estas medidas bastarán para ordenar el fenómeno antes de que deje una huella irreversible en el paisaje nocturno de la ciudad.