El presidente de Telefónica, Marc Murtra, durante una intervención en el Cercle d'Economia / EP

El presidente de Telefónica, Marc Murtra, durante una intervención en el Cercle d'Economia / EP

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Los inversores respaldan los seis primeros meses de Murtra al frente de Telefónica

Las acciones de la operadora avanzan un 13% desde el nombramiento del ejecutivo, que trabaja en un nuevo plan que permita a la operadora liderar el necesario proceso de consolidación del sector en Europa

Más información: Murtra: “Telefónica está lista para liderar la consolidación en Europa pero no todo va a ser fácil ni bueno”

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Marc Murtra cumple este viernes seis meses como presidente de Telefónica. A lo largo de este periodo muchas han sido las novedades en torno a la operadora pero, en términos generales, la labor del ejecutivo ha sido respaldada por los inversores. Como prueba, la subida muy próxima al 13% que ha experimentado el valor en bolsa desde el pasado 18 de enero, cuando el consejo de la compañía aprobó, en sesión extraordinaria, su nombramiento. 

El avance de los títulos de Telefónica en estos seis meses contrasta con el experimentado por el sector de las telecos en Europa, en torno al 6%. El comportamiento de las acciones también resiste de forma notable la comparación con el del Ibex 35 en el periodo indicado, que supera ligeramente el 17%. 

En este sentido, cabe tener en cuenta que el índice selectivo de la bolsa española cerró recientemente su mejor primer semestre de lo que va de siglo, con una revalorización cercana al 21%.

Telefónica llega al final de los primeros seis meses bajo la presidencia de Murtra en el entorno de 4,5 euros por acción. Sin embargo, apenas hace unos días, la compañía cerró en 4,73 euros, que representa sus máximos de los últimos tres años. Si se tiene en cuenta esta referencia, la trayectoria de Murtra se hubiera saldado con un avance de algo más del 19%.

El precio de la acción de Telefónica, en las pantallas de la Bolsa de Madrid / EP

El precio de la acción de Telefónica, en las pantallas de la Bolsa de Madrid / EP

Sin duda, lo más destacado hasta ahora de esta nueva etapa ha sido la venta de numerosas filiales de Latinoamérica. Un proceso que puso en marcha su antecesor en el cargo, José María Álvarez-Pallete, a comienzos de 2020, poco antes del estallido de la pandemia.

El objetivo era reducir al máximo la exposición al riesgo en mercados con un entorno inestable y un tipo de cambio volátil que complicaba en muchas ocasiones la lectura de los resultados de la compañía. Y, al mismo tiempo, reforzar la apuesta por los mercados estratégicos en el plano internacional, principalmente Brasil, Reino Unido y Alemania

Las ventas en Hispam

El planteamiento, inicialmente de venta en bloque y, posteriormente, por países ante la falta de interés en el mercado por el negocio conjunto, no terminó de cristalizar en unas operaciones que se han acelerado de forma notable tras la llegada de Murtra. 

Así, en este corto periodo han sido cinco las ventas realizadas por Telefónica en su división Hispam. A las ya cerradas de Argentina y Perú, cabe añadir las de Colombia, Uruguay y Ecuador, que se encuentran a la espera de superar los habituales trámites regulatorios en este tipo de transacciones.

En paralelo, Telefónica se ha reforzado en el mercado que más aporta a su cuenta de resultados, como es el brasileño. La compra del 50% de FiBrasil ha otorgado a la operadora española el control total de la empresa que desarrolla el negocio de la red de fibra en el país.

Al margen de estas operaciones, Murtra ha focalizado su trabajo desde la llegada a la presidencia de Telefónica en la revisión del plan estratégico aprobado por la compañía a finales de 2023, con el objetivo último de ser protagonista del proceso de consolidación que el sector europeo demanda desde hace tiempo. 

El CEO de Telefónica, Marc Murtra

El CEO de Telefónica, Marc Murtra Telefónica

En sus reiteradas comparecencias públicas, Murtra ha insistido en que todos los avances tecnológicos que han revolucionado el mundo en los últimos 25 años han llegado desde EEUU y China. Mientras, Europa se ha quedado atrás, lastrada por un mercado excesivamente atomizado. 

Durante su primera junta de accionistas al frente de Telefónica, celebrada el pasado abril, Murtra alertó de la dependencia tecnológica que padece el Viejo Continente en segmentos tan capitales como las redes sociales, las comunicaciones satelitales y la inteligencia artificial.

El ejecutivo expresó en la asamblea su deseo de no resignarse a que Europa se mantuviera como un mero cliente de los gigantes chinos y norteamericanos, cuyas dimensiones les habían permitido invertir e ir por delante en este terreno.

Invertir o ser dependientes

“O desarrollamos nuestra propia tecnología o no participaremos en las decisiones capitales durante los próximos años”, apuntó. Durante la junta, que ratificó su nombramiento con el apoyo de más del 90% de los votos, Murtra avanzó que antes de comenzar a consolidar el sector en Europa, debería realizarse este mismo proceso en cada mercado nacional. 

Con estos elementos, toda la atención del mercado se centra en conocer los detalles del plan estratégico, que Telefónica estima presentar en la recta final de 2025. Aunque apenas han trascendido detalles de la futura hoja de ruta de la compañía, Murtra sí ha avanzado que se tratará de un programa algo más ambicioso y con un componente de riesgo algo más elevado de lo habitual en empresas de este tamaño. 

Entorno crítico

El también patrono de la Fundación Bancaria La Caixa considera el actual entorno geoestratégico como crítico para el futuro de todo el continente. En este punto, Murtra defiende que la salida que le resta a Europa en ningún caso debe pasar por mantener el actual escenario.

Han sido seis meses de mucha actividad pero, sobre todo, de altas expectativas ante un cambio que se antoja necesario. Hasta la llegada de las novedades, Telefónica ofrece una rentabilidad por dividendo del 6,7%. Un guarismo atractivo para los inversores, especialmente en momentos de inestabilidad geopolítica y tensiones comerciales como el actual.