
Tatxo Benet, presidente y CEO de Mediapro, y la sede del grupo
Tatxo Benet ficha a uno de los cerebros del 'Fifagate'
El CEO de Mediapro capta a su exsocio Gerard Romy, que fundó el grupo con él y Jaume Roures, pese a que la Fiscalía trata de reabrir el caso
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Tatxo Benet, presidente y consejero delegado de Mediapro, ha recuperado a su exsocio Gerard Romy, el que fuera uno de los cerebros del escándalo Fifagate. Oficialmente, el directivo catalán -que cofundó el grupo audiovisual con Benet y Jaume Roures- es "asesor personal" en nuevas tecnologías del alto directivo, explica la empresa.
Lo han detallado fuentes internas del grupo, que han criticado que Benet se acerque a Romy "cuando aún no se ha aclarado del todo el escándalo de los pagos a cambio de derechos deportivos". De hecho, el pasado enero, la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York pidió reabrir la causa, como explicó Crónica Global.
Si el Tribunal de Apelaciones aplicara el criterio del ministerio fiscal y reactivara la investigación, a Romy, que estuvo imputado en la misma, le cogería asesorando al presidente y CEO del mayor grupo audiovisual de España.
"Asesor personal" de Benet, según la empresa
¿Qué dice la empresa? Oficialmente, Grupo Mediapro ha reconocido que Gerard Romy "es actualmente asesor personal del consejero delegado en temas de innovación y nuevas tecnologías".
Eso sí, desde la firma subrayan que Romy "no trabaja" en la compañía. Es, pues, un consiliario personal del CEO.

Sede de Mediapro en la avenida Diagonal de Barcelona
Otras fuentes: "Exigido internamente"
Otras fuentes del sector tienen una opinión distinta. Aseguran que Romy ha regresado a la constelación Mediapro -aunque sea en calidad de asesor- que dejó en 2016 "por exigencias de algunos de los accionistas".
Según estas voces, se ha planteado el retorno del directivo al perímetro del grupo audiovisual por "algunas reservas" que despierta la gestión de Benet desde que se despidiera a Jaume Roures, socio gestor, en octubre de 2023.
¿Futuro problema de 'compliance'?
Estas voces alertan de que si se reactivara el caso Fifagate -y, aparejado a ello, el último escrito de acusación contra sus investigados, incluido Romy- "se podría generar un problema de cumplimiento para Mediapro".
Sobre todo, alertan, desde el lado de la multinacional WPP Group, que retiene un 7% en el conglomerado pese a la venta de una posición mayoritaria a Orient Hontai en 2018. "¿Pasaría un Romy reimputado el compliance de WPP?", se preguntan.
Una polémica entrevista
Cuestiones hipotéticas aparte, lo factual es que en algunas de las últimas apariciones públicas de Benet, como esta entrevista en Ara, trata de quitar hierro al caso de pago de comisiones ilegales en Estados Unidos.
En esa intervención pública, el CEO alega que es un caso "liquidado desde hace más de cinco años", aunque la vista celebrada el pasado enero no va en la misma dirección.
Y es que aunque Mediapro pagó una multa de 21 millones de dólares en 2016, la Fiscalía emitió un segundo escrito de acusación en 2020 en el que implicaba directamente a Gerard Romy en aplicación de la ley anticriminal. El mismo año, consideraba "fugado" de Estados Unidos al ahora asesor del consejero delegado.

Gerard Romy, cofundador de Mediapro, en su antiguo despacho
Contumaz Fiscalía
Hace menos de tres años, en 2022, la Fiscalía aún investigaba el caso. Emitió una nota con los logros conseguidos, incluida la imputación de 50 personas y sociedades mercantiles. Uno de ellos, Romy.
Pero el caso se desmoronó en septiembre de 2023 por el cambio de interpretación del Tribunal Supremo de Estados Unidos del delito de fraude electrónico. Provocó la revocación de tres condenas.
Desde entonces, la Fiscalía está intentando reactivar el Fifagate. La decisión, por ahora, no está tomada.
Beneficios
El nombramiento de Romy llega cuando Mediapro volvió a cortejar a la Fifa in situ en el sorteo del Mundial de Clubes en diciembre de 2024, como avanzó Crónica Global.
Lo hizo pocas semanas después de declarar beneficios en 2023, último ejercicio cerrado. Arrojó un excedente de 12 millones de euros, frente a las pérdidas de 69 millones del año anterior.
Por su parte, los ingresos llegaron a 1.204 millones, un incremento del 2,2%. Se trata de una mejoría, pero aún no alcanza el guarismo de 2019, previo a la pandemia del coronavirus, cuando el conglomerado se anotó una facturación de 1.776 millones.