
Tatxo Benet en una de las salas del Museu de l'Art Prohibit
Una rebelión sindical cierra el 'museo prohibido' de Tatxo Benet: "Te cagaré encima"
La galería de arte censurado del presidente y CEO de Mediapro baja la persiana para "proteger las obras de arte" tras las amenazas por parte del sindicato SUT
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El Museu de l'Art Prohibit del CEO y fundador de Mediapro Tatxo Benet, obligado a cerrar de forma provisional. El excéntrico proyecto cultural en la Casa Garriga-Nogués del Eixample de Barcelona ha sido objeto de "acoso" del sindicato SUT (Solidaridad i Unidad de los Trabajadores) desde que la institución decidiera rescindir un contrato con la empresa subcontratada Magmacultura.
La huelga comenzó este pasado miércoles por la mañana, durante la habitual apertura matinal de puertas del museo. Fue entonces cuando los sindicalistas de SUT comenzaron a increpar a visitantes y empleados fijos del museo, con insultos, gritos y amenazas.
Ataviados con silbatos, los rebeldes de SUT pitaban al oído de los asistentes a la galería de arte o les impedían el paso.
Con el paso de las horas, el conflicto subió de tono, e incluso uno de los manifestantes (que no era un trabajador en huelga, sino un sindicalista) amenazó con "cagarse encima" de una de las responsables de la empresa si ésta no le dejaba acceder al lavabo.
Por ello, desde el museo explican que han decidido cerrar las puertas por precaución. "Nuestra obligación es velar por la seguridad de las obras de arte y de la plantilla y no podemos tolerar coacciones e injurias", explican fuentes internas.

Huelga en el 'museo prohibido' de Tatxo Benet
El origen del conflicto, según SUT
Del origen del conflicto laboral hay varias versiones. Desde el sindicato se quejan porque el museo decidió prescindir de siete trabajadores de Magmacultura cuando estos convocaron una huelga indefinida para pedir mejoras en sus condiciones.
Entre otras cosas, los empleados denunciaban que los convenios aplicados no se correspondían con sus funciones, que la climatización no era la adecuada y que pasaban muchas horas de pie.
El museo se explica
Por su parte, desde el museo explican que no fue un despido, "sino una rescisión a una subcontrata", una cosa habitual. "Nadie ha despedido a los trabajadores, siguen formando parte de Magmacultura, pero ya no en este museo", apuntan.
Ahora, el asunto se dirimirá en los tribunales, tras las "injurias, calumnias y amenazas" recibidas. Y mientras la huelga avanza y el ánimo se caldea, las obras de arte permanecen cerradas al gran público sine die.
En el año en que este producto cultural único en el mundo debía consolidarse, Benet se ha encontrado con una huelga violenta que no le permite abrir las puertas. Paradójicamente, las obras rescatadas de la censura ahora vuelven a no poder verse.
El proyecto es una aventura personal de Tatxo Benet al margen de Mediapro. El empresario catalán también opera en solitario una librería (L'Ona) y una plataforma de distribución de melocotones.
Buenas críticas
Aunque la censuroteca ha congregado entre un 3% y un 18% de asistentes menos de los previstos en su primer curso abierto, las críticas en Google Maps, Booking y TripAdvisor son muy positivas. También convenció al crítico y experto en la escena cultural Ramón de España, colaborador de Crónica Global. Otros opinadores fueron más críticos desde primera hora.
La galería de Barcelona acoge, entre otros, Amén, de Abel Azcona, que vincula la Iglesia católica y la pederastia; Piss Christ, de Andrés Serrano; Not dressed for conquering, de Inés Doujak -donde se sodomiza al Rey emérito- o Silencio rojo y azul, de Zoulikha Bouabdellah, que carga contra el machismo del Islam.