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La OPA de BBVA sobre Banco Sabadell entra en su fase decisiva y lo hace con los títulos de este último en todo lo alto. Tras un inicio de 2025 muy positivo, la cotización de la entidad que preside Josep Oliu roza ya los dos euros por acción. Una cifra muy próxima a la cota más alta que ha alcanzado desde el primer anuncio de la oferta, del que este jueves se cumplieron ocho meses.

Además, la prima que incluye la contraprestación del oferente se ha reducido en las últimas semanas. Tras el cierre de la última sesión, la diferencia entre lo que BBVA está dispuesto a pagar a los socios del Sabadell que acudan a la OPA y lo que ofrece el mercado es de apenas un 2%.

La clave ha sido el buen arranque de año en bolsa que ha mostrado Banco Sabadell. El valor es el segundo del Ibex 35 con mejor comportamiento en lo poco que va de ejercicio, con avances próximos al 6,5%. Tan sólo Caixabank, que sube más de un 7%, mejora su rendimiento.

En general, el sector financiero ha acaparado las compras en estas primeras sesiones de 2025. Sin embargo, Banco Sabadell ha tenido tiempo para revalorizarse casi un punto más que BBVA en el arranque del año.

Una pantalla en la Bolsa de Madrid con información sobre el Ibex 35 / EP

Un movimiento que confirma la tendencia que el mercado ya observaba en las últimas semanas. En un plano algo más amplio, los títulos del banco opado suben algo más un punto y medio porcentual que los del oferente en las últimas cuatro semanas. 

Mientras que el Sabadell ha elevado su precio un 5% en un mes, BBVA ha avanzado algo menos de un 3,5%. 

4.200 millones menos

Estas diferencias en la evolución de los títulos ha provocado que la prima incluida en la OPA se contraiga y se aproxime a sus mínimos. Desde que el mercado fue conocedor del nuevo acercamiento de BBVA a su competidor para negociar una fusión, sus acciones se dejan cerca de un 9% mientras que las del Sabadell han subido un 13%. 

La suma de las capitalizaciones de ambas entidades continúa por debajo de la que alcanzaban antes de conocerse la propuesta de BBVA. No obstante, la diferencia se sitúa en la actualidad en torno al 5,5%. En términos absolutos, la capitalización agregada de las dos entidades implicadas en la operación es algo más de 4.200 millones de euros inferior a la que presentaban antes de que trascendiera la oferta.

El presidente de BBVA, Carlos Torres, en su viaje a México BBVA

Aunque la brecha todavía es considerable, cabe tener en cuenta que desde el anuncio de la OPA hostil llegó a superar por momentos los 12.000 millones de euros.

Como ha sucedido durante otros momentos desde el lanzamiento de la OPA, la cotización de BBVA se ha visto afectada por la incertidumbre en torno a la situación económica en México. Este mercado es el de mayor aportación a la cuenta de resultados del banco que preside Carlos Torres.

En concreto, la victoria de Donald Trump en las elecciones de EEUU ha acrecentado los temores a que la economía azteca se resienta más de la cuenta por las políticas proteccionistas que tiene pensado instaurar el líder republicano.

Por otra parte, han transcurrido casi dos meses desde que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) decidió trasladar el caso de la fusión bancaria a la Fase II. El regulador apreció posibles riesgos para el buen funcionamiento del mercado y la oferta de servicios financieros tanto a particulares como a empresas.

Aunque este paso abría la puerta a la participación de los numerosos grupos de interés impactados por la operación, el organismo decidió tener en cuenta únicamente las alegaciones de los bancos. La CNMC estudiará igualmente los informes que encargó a los gobiernos regionales de Cataluña y Comunidad Valenciana, los territorios más afectados por una eventual fusión. 

De ahí que la operación haya entrado en una fase decisiva, que tendrá como uno de sus hitos más relevantes las presentaciones de los resultados anuales. En unas semanas, BBVA y Banco Sabadell ofrecerán no sólo el balance de 2024 sino también más detalles sobre sus planes para remunerar a los accionistas. 

Un factor que se incluye entre las claves para determinar el éxito de una operación en la que incluso el Gobierno podría tener una última palabra.

La presidenta de la CNMC, Cani Fernández / EFE

Este jueves, BBVA anunció una pequeña modificación en las condiciones de la OPA, al reducir el porcentaje de aceptación mínima. A partir de ahora, éste ya no será del 50,01% sino del 49,3%, que representa "más de la mitad de los derechos de voto efectivos".

De esta forma, el oferente excluye el porcentaje de autocartera de la entidad con sede en Alicante. Los derechos de voto correspondientes a las acciones propias de una compañía están suspendidos, conforme contempla la Ley de Sociedades de Capital.

Con este ajuste, BBVA busca "un trato más favorable" para los accionistas de Banco Sabadell, que son los destinatarios de la oferta.

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