Grífols vuelve a ser pasto de fondos especuladores tras el fiasco de la OPA de Brookfield
- La reciente emisión de bonos y los cambios en el consejo no han contribuido lo suficiente a la estabilidad del valor, en el que algunos socios vuelven a ser activos en el préstamo de acciones
- Más información: Grífols sube con fuerza en bolsa tras refinanciar deuda con bonos por 1.300 millones
La inestabilidad ha regresado al día a día de las acciones de Grífols. Tras la confirmación de que Brookfield no seguiría adelante con sus planes para lanzar una OPA por el 100% del capital, el valor ha vuelto a entrar en una espiral de volatilidad y elevados volúmenes de contratación que no se daba desde la pasada primavera.
El escenario de incertidumbre en el que se encuentra el productor de hemoderivados ha atraído de nuevo a numerosos fondos especuladores. La pesadilla de las posiciones cortas ha regresado a Grífols, aunque con menor intensidad que durante las semanas siguientes al duro ataque protagonizado por Gotham City a primeros de año.
Sin embargo, la actividad ha sido suficiente para provocar notables bandazos en la cotización de la compañía, cuya sensibilidad a las novedades en su entorno ha vuelto a elevarse de forma notable.
Para muestra, la fuerte diferencia entre los precios mínimo y máximo intradía de las últimas cuatro semanas, que se va por encima del 26%. Grífols ha pasado en poco menos de un mes de volver a cotizar cómodamente por encima de los 11 euros, algo que no hacía desde el pasado enero, a hundirse por debajo de 8,30 euros.
Además, también se ha dado una circunstancia que no se producía desde los peores momentos de la crisis generada por aquel demoledor informe de Gotham publicado el pasado 9 de enero. Se trata de la actividad de préstamo de valores a cargo de accionistas de referencia de la farmacéutica.
En este caso, ha sido Capital Group, que tiene declarada una participación de algo más de un 8% en el valor, el que ha protagonizado algunos de estos movimientos.
Bajistas al acecho
A través del fondo Europacific, Capital ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) diversas operaciones de préstamo de valores en los últimos días. Se trata de una operativa habitual de los inversores que abren posiciones en corto, a través de acciones prestadas que proceden a vender de inmediato.
En el caso de que la apuesta por el retroceso bursátil de la compañía salga bien, la operación se completa con la compra de los títulos prestados para su retorno al titular, a un precio más barato.
Al contrario de lo que sucedió durante las primeras semanas de 2024, ninguna posición corta ha sido del suficiente volumen para ser comunicada al supervisor. Sin embargo, fuentes del mercado relacionan la notable volatilidad de Grífols en las últimas sesiones con la actuación, aun a pequeña escala, de este tipo de inversores.
El valor no ha logrado estabilizarse pese a la rápida reacción de la compañía tras el desistimiento de Brookfield de lanzar la oferta conjunta que negociaba desde comienzos de julio con la familia fundadora y primer accionista de la farmacéutica.
Respiro financiero
La emisión de bonos por valor de 1.300 millones de euros que permite amortizar la deuda con vencimientos más cercanos y despejar el horizonte financiero de la empresa no ha llevado la calma a la cotización del productor de hemoderivados; tampoco ha tenido tal efecto la incorporación al consejo de administración de los fondos accionistas más críticos con la gestión y la gobernanza de la compañía.
De la misma forma, las mejoras de recomendación y precio objetivo publicadas en los últimos días por diversas firmas de análisis y bancos de inversión no han rebajado la volatilidad de las acciones de Grífols. Éstas no han vuelto a aproximarse al precio de 10,5 euros que Brookfield trasladó hace algo más de un mes al comité de transacciones de la empresa, como indicativo de la OPA que, por entonces, planteaba.
Tanto este organismo como el consejo de administración manifestaron su oposición a una eventual oferta que llegara por esta cuantía al entender que minusvaloraba el potencial de Grífols.
Este miércoles, Moody’s anunció que retomaba la calificación de la deuda de la compañía, aunque la noticia sólo hizo enjugar algo los descensos que por entonces acumulaba Grífols en una jornada que cerró con descensos del 1,2%, hasta 9,65 euros.