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La nueva emisión de bonos de Grífols por 1.300 millones de euros, anunciada tras el cierre del pasado miércoles, catapultó a la compañía en la siguiente sesión, en la que avanzó un 8,4%. Una circunstancia que aprovechó el director financiero de la farmacéutica, Rahul Srinivasan, para adquirir un paquete de acciones de la empresa por algo más de 50.000 euros

El ejecutivo realizó la operación en mercado y durante los primeros instantes de la sesión, cuando el valor ya había iniciado su particular escalada, con avances del 3,8%.

De acuerdo con la comunicación que figura en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la adquisición de los 5.500 títulos de Grífols por parte de Srinivasan se efectuó a un precio de 9,17 euros por acción. Una cifra que se corresponde con los primeros cambios de la jornada, dado que posteriormente el valor no volvió ni a aproximarse a esa referencia.

De hecho, el primer cruce de la sesión fue en 9,166, lo que suponía una subida del 3,75% respecto al cierre del miércoles. Este precio de apertura coincidió con el mínimo intradía

Una pantalla en la Bolsa de Madrid con información sobre el Ibex 35 / EP

Posteriormente, Grífols comenzó a dispararse hasta alcanzar alzas del 12,3%, poco después de media sesión. El precio de cierre fue de 9,58 euros, un 8,4% más que en la sesión precedente y un 4,5% por encima del de la operación del director financiero de la compañía.

Los detalles de la emisión de bonos habían sido comunicados en la tarde del miércoles, con la bolsa española ya cerrada. Sin embargo, una primera respuesta positiva de los inversores llegó en la Bolsa de Nueva York, que sí se encontraba operativa entonces. 

El anticipo de Wall Street

Tras la comunicación, Grífols subió con fuerza hasta cerrar con alzas de algo más del 7%, cerca de sus máximos intradía. 

La emisión de bonos ha supuesto un alivio financiero para el productor de hemoderivados, dado que le permitirá amortizar la deuda pendiente para 2025 y extender vencimientos significativos hasta 2027.

La medida fue muy bien acogida por los inversores, que habían castigado de forma notable al valor días atrás, cuando Brookfield confirmó que abandonaba los planes para lanzar una OPA por el 100% del capital. El fondo canadiense negociaba esta operación junto a la familia Grífols, primer accionista de la empresa, desde comienzos del pasado mes de julio.

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