Los fondos accionistas y críticos con la gestión de Grífols han ganado una de las batallas que mantienen con la compañía, al lograr el puesto en el consejo de administración que solicitaban. El órgano de gobierno del productor de hemoderivados ha aprobado este lunes el nombramiento de dos nuevos vocales con el fin de cubrir las vacantes existentes.
Uno de ellos será Paul Herendeen, la persona que había sido propuesta por el grupo de fondos que lidera Mason Capital y que aglutina una participación próxima al 8%.
Arrecian las críticas
Estos accionistas solicitaron formalmente el pasado mes de octubre un puesto en el consejo de administración de Grífols, en atención a cubrir una de las vacantes y aportar a la gestión de la empresa y la mejora del gobierno corporativo.
Tras decaer el intento de lanzar una OPA conjunta por parte del fondo Brookfield y la familia fundadora, las críticas de este grupo de accionistas arreciaron a través de varias cartas en las que se requería, entre otros aspectos, que el consejero Tomás Dagá abandonara el órgano ejecutivo de la compañía.
Un experto financiero
Además de Herendeen, cuyo nombramiento definitivo está pendiente de que lo acepte de manera forma, también se unirá al consejo Paul Ravery, que cuenta con tres décadas de experiencia en los ámbitos de banca de inversión y finanzas corporativas.
Tras desempeñar varios puestos en Goldman Sachs y JP Morgan, Ravery fundó su propia consultoría, denominada Lakeside Capital Advisors, en la que ejerce como consejero delegado.