Marc Murtra, presidente de Indra

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Murtra ata el blindaje de Indra con más de un 50% del capital en poder de la industria española

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El incremento de la participación de Grupo EM&E (Escribano) en Indra hasta el 14,3% va más allá del impacto en la pujante empresa familiar, que se ha hecho un hueco entre los principales contratistas de Defensa. Supone alcanzar un hito para la considerada como una de las compañías más estratégicas del país, como es el hecho de que más del 50% de su capital esté en manos tanto del Estado como de socios industriales de capital español. 

Un escenario que no se daba desde que culminó la privatización de Indra, a finales de los años 90, cuando la realidad de la compañía era muy diferente. En la actualidad, el contexto geopolítico es radicalmente distinto.

Los programas de tecnologías de Defensa suponen un coste que supera las posibilidades de los Estados. E Indra se ha convertido en un referente ya no sólo español sino europeo del sector, gracias a su posición de liderazgo en varios programas auspiciados en el Viejo Continente.

Con el movimiento accionarial anunciado este jueves, algo más del 50% de Indra está controlado por el Estado (un 28%, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales -SEPI), y dos de los principales contratistas españoles: EM&E (14,3%, tras la compra de un 6% adicional) y SAPA Placencia (con un 8%).

Javier Escribano Ruiz, presidente de Escribano Mechanical & Engineering, en una imagen de archivo

Javier Escribano Ruiz, presidente de Escribano Mechanical & Engineering, en una imagen de archivo Europa Press

La estructura accionarial ha cambiado de forma radical en apenas tres años y medio. En la primavera de 2021, la participación pública era del 18%. El otro accionista de referencia era Corporación Financiera Alba, la sociedad de cartera controlada por la familia March, que poco después comenzaría a colocar el poco más del 10% que mantenía.

El panorama comenzó a modificarse cuando el Gobierno propició el cambio en la cúpula de Indra. El entonces presidente, Fernando Abril-Martorell, fue relegado y sustituido por Marc Murtra, que aterrizó sin poderes ejecutivos y con una gestión que descansaba en dos consejeros delegados.

A finales de 2021, SAPA se convirtió en socio industrial de referencia al adquirir un 5% de Indra a Corporación Financiera Alba. El 3% que le restaba a la sociedad de inversión encontraría pronto un comprador de excepción. En febrero de 2022, el Consejo de Ministros autorizó a la SEPI a elevar su participación hasta el 28%.

La decisión se justificó por la necesidad de dotar a Indra de una estabilidad accionarial ante la llegada de desafíos como el programa del avión de combate europeo (FCAS), en el que Indra participa como uno de los líderes y al frente de la aportación industrial española. 

Por aquel entonces, los títulos de Indra cotizaban a poco más de 9 euros. En este periodo han acumulado una revalorización del 88%, el doble que la registrada en este tiempo por el Ibex 35, que ha avanzado un 43,5% y cotiza en máximos de los últimos 15 años.

Creciente gasto en Defensa

Escribano ha sido el último en llegar pero el que más ambición ha demostrado a la hora de ganar peso en Indra. Su primera incursión, con apenas el 3%, se ha multiplicado casi por cinco, hasta llegar al actual 14,3%. 

Junto al Estado y SAPA, constituye un núcleo duro en el que se decidirá el futuro de Indra en un escenario tan complejo como el actual, con un creciente gasto en Defensa en los contextos de la Unión Europea y de la OTAN en los que se encuentra España.

Marc Murtra (izq.), presidente de Indra, saluda al nuevo consejero delegado, José Vicente de los Mozos / EP

Marc Murtra (izq.), presidente de Indra, saluda al nuevo consejero delegado, José Vicente de los Mozos / EP

Ya con poderes ejecutivos, y con un plan estratégico a tres años aplaudido por el mercado y diseñado por el equipo que lidera su consejero delegado, José Vicente de los Mozos, Murtra ha rearmado en tiempo récord a Indra para asumir los desafíos y, al mismo tiempo, ha blindado a la compañía de posibles intereses externos. 

Con sus actuales socios comparte numerosos proyectos y está involucrado en importantes contratos del Ejército. La suma de fuerzas y alianzas está, además, en línea con la estrategia establecida por De los Mozos desde su llegada a mediados de 2023, proveniente de una industria también con creciente componente tecnológico, como la automoción.

Ésta pasa por que Indra tenga un papel dinamizador de la industria, que sume fuerzas e incorpore a los diferentes actores a los proyectos en los que participa, en lugar de proceder a fagocitarles y crecer de forma inorgánica.

Con la mayoría asegurada en la junta de accionistas, el próximo desafío de Murtra será encontrar el adecuado equilibrio de poderes en el consejo. En la actualidad, tanto SAPA como Escribano cuentan con un representante, igual que Amber Capital, que es socio financiero más estable. El primer accionista de Prisa cuenta con algo más de un 7% del capital y tiene autorización del Consejo de Ministros para alcanzar el 9,99%.

Equilibrio en el consejo

Tras el incremento de participación, Escribano podría optar a un segundo vocal, aunque esto podría suponer otorgar también uno adicional a la SEPI, dado que mantiene tres pero con el doble de participación. 

La entrada de Escribano en el consejo supuso ampliarlo a 16 miembros, uno por encima de lo establecido en las recomendaciones de buen gobierno corporativo. Dado que actualmente el capital flotante ha quedado reducido al entorno del 30%, Indra podría optar por reducir el número de consejeros independientes.