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Operación salvamento en el Club Joventut de Badalona. La familia Grífols, accionista mayoritaria de la sociedad, acometerá una reestructuración en su capital para evitar que la continuada merma de su patrimonio causada por las pérdidas acabe con la mítica Penya en causa de disolución. Y todo ello tras haber inyectado algo más de 7,3 millones de euros al club de baloncesto desde que le rescató de las garras de la quiebra, allá por 2018. 

Los primeros accionistas de la farmacéutica cotizada que lleva su nombre llevarán a cabo una operación simultánea de reducción de capital a cero y ampliación. Conocida en el argot financiero como operación acordeón, es uno de los recursos para restablecer el equilibrio patrimonial de una sociedad cuando ha entrado en causa de disolución. 

Los Grífols aprovecharán para capitalizar la deuda que el Joventut mantiene vencida y exigible, en su doble condición de acreedores y propietario, a través de la mercantil Scranton Enterprises B.V., radicada en Países Bajos. 

Para los próximos 19 y 20 de diciembre está fijada la celebración de una junta de accionistas en la que el club aprobará la citada maniobra. La sociedad procederá a reducir a cero su actual capital, fijado en 8,61 millones de euros y, de forma simultánea a aumentarlo hasta un máximo de 717.685 euros.

Sede de Grífols en Sant Cugat DAVID ZORRAKINO EUROPA PRESS

 

La ampliación será de carácter mixto y se articulará en dos tramos. Por un lado, uno de aportación no dineraria, destinado en exclusiva a Scranton para la compensación de créditos por valor de algo más de 616.000 euros. De este modo, la sociedad neerlandesa podrá transformar la deuda exigible al Joventut en capital.

Por otro lado, el resto de socio podrá suscribir la parte que le corresponde en la ampliación a través de aportaciones dinerarias, por un montante total de algo más 104.000 euros, hasta completar el máximo previsto.

Posible aumento de participación 

La cifra que suscribirá Scranton mediante la compensación de créditos equivale al 86% del capital que pasará a tener el Club Joventut de Badalona tras la operación y que se corresponde con el que ostenta en la actualidad. 

Esta proporción aumentará en el caso de que el tramo dirigido al resto de socios no sea suscrito en su totalidad.

Pabellón Olímpico de Badalona, sede del Club Joventut

En la citada junta también se aprobará el destino de las reservas existentes a compensar las pérdidas acumuladas, como paso previo a ejecutar la operación acordeón. Los números rojos que ha cosechado la sociedad en los últimos años, próximas al millón de euros por cada ejercicio, han hecho mella en el haber de la compañía, esto es, su patrimonio neto. Hasta el punto de poder entrar en causa de disolución.

Tal extremo sucede cuando el patrimonio neto se reduce por debajo de las dos terceras partes del capital social y transcurre un ejercicio sin que esta circunstancia se haya resuelto. Para evitarlo, la compañía debe elevar la primera variable o reducir la segunda, incluso hasta cero, como será el caso del Joventut.

Dos ampliaciones

En este último supuesto, la legislación mercantil obliga a incrementar de forma simultánea el capital, dado que en ningún caso éste puede estar por debajo del mínimo para la constitución de una sociedad. En el caso de las S.A., este límite se sitúa en 60.000 euros.

Los Grífols entraron en el capital de la Penya en 2018, a través de una ampliación de capital que salvó al club de la desaparición. Ese primer desembolso, de algo más de 3,6 millones de euros, se vio posteriormente incrementado con una partida similar en una segunda ampliación aprobada tras la pandemia.

El nuevo salvavidas que Scranton lanza a la emblemática escuadra llega en mitad de un proceso que determinará el futuro de los Grífols en la compañía que fundó. Desde comienzos del pasado mes de julio, los empresarios negocian con el fondo Brookfield la posibilidad de lanzar una OPA conjunta por el 100% de la compañía.

Una operación que, en el caso de resolverse con éxito, derivaría en la exclusión de bolsa del productor de hemoderivados y la recuperación del control ejecutivo por parte de los Grífols, apartados actualmente de tales funciones por la presión de los inversores para mejorar la gobernanza de la empresa.

La crisis de Gotham 

Desde comienzos de año, Grífols se ha sumido en una profunda crisis provocada por un fuerte desplome bursátil del que aun está lejos de reponerse. La causa principal fue la publicación del informe de Gotham City Research en el que se ponía en duda el valor de la empresa y se hacían demoledoras críticas sobre la contabilidad de la sociedad y su gobernanza.

La situación aceleró el proceso de separación entre propiedad y gestión que Grífols había iniciado un año y medio antes, con la designación de un presidente ejecutivo ajeno a la familia fundadora por primera vez en su historia.

El hecho de que bajo la lupa del informe de Gotham también se colocaran las operaciones con partes vinculadas, particularmente con Scranton, precipitó la finalización de la citada separación.

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