Audax Renovables ha admitido finalmente que vendió sin permiso el Mozura Wind Park, su primer parque eólico en Montenegro. La empresa de energía del empresario catalán José Elías colocó en 2015 la fallida inversión a Cifidex, una firma-pantalla con sede en las islas Seychelles. El enclave era entonces un paraíso fiscal a ojos de la Unión Europea y el comprador, una offshore controlada por un magnate imputado ahora por asesinar a la periodista que investigó la operación.
Lo demuestra una respuesta del equipo legal de Audax en un pleito en Barcelona que mantienen con uno de los intermediarios del proyecto. Según la contestación de la cotizada a la que ha accedido este medio, una empresa ahora integrada en el grupo, Fersa, no pidió "autorización" para vender las acciones de Mozura "por entender que no era necesaria".
Pero lo cierto es que Mozura era una concesión del gobierno montenegrino, por lo que a autorización sí era necesaria, según la normativa nacional.
Dos cesiones: el contrato y las acciones
En su exposición, el equipo legal del grupo de Elías argumenta que la venta del parque, que le reportó 2,9 millones de euros, se dividía en dos. Por un lado, el contrato de arrendamiento, que sí contaba con permiso. Y dos, la transmisión de acciones, por la que no se pidió la citada "autorización".
En cualquier caso, los abogados de Audax rechazan de plano "irregularidades administrativas" y recuerdan que la empresa no está citada en ningún procedimiento penal, ni en España ni en otros países.
"Si hubo corrupción, no lo sabíamos"
Es más, en caso de que hubiera habido "corrupción pública o privada" en las transmisiones posteriores a la venta de Mozura, Fersa "no fue en ningún momento conocedor de ello", aduce Audax.
Negro sobre blanco, la energética de Elías alega que nada indica que la venta del parque montenegrino es "nula", como indica el intermediario que les ha llevado a los tribunales en Barcelona.
Una sociedad-pantalla en Seychelles
Lo cierto es que la venta del complejo eólico fue altamente anómala. Porque la antecesora de Audax la colocó a Cifidex, una empresa-pantalla que pendía de un entramado en las Islas Seychelles. En 2015, ese archipiélago era considerado un paraíso fiscal a ojos de la Comisión Europea. Lo dejó de ser en 2023.
Pero es que después de comprar el parque por 2,9 millones, Cifidex, el comprador, lo colocó a su vez a Enamalta, la energética pública de Malta, por 10,3 millones sólo unas semanas después. Ganó de una tajada 7,4 millones con una sola operación. Todo ello a costa del contribuyente de Malta, un estado comunitario de la Unión Europea.
Un magnate imputado por matar a una periodista
Hay otro dato inquietante. El dinero a Cifidex para comprar Mozura Wind Park lo aportó Black Ltd, una sociedad con sede en Dubái --según destaparon Times of Malta y Reuters en una investigación periodística conjunta--. Black era una firma controlada por Yorgen Fenech, un magnate maltés que ahora está en prisión, acusado de ordenar el asesinato de la periodista de investigación maltesa Daphne Caruana Galizia, que hurgó en el asunto. Fiscalía le pide cadena perpetua.
Culpable o no, la firma de Fenech financió la compra y se quedó la diferencia como "bonus", según se supo después. El diferencial lo puso Enemalta de su presupuesto público.
Dos investigaciones en marcha
Preguntado oficialmente por Crónica Global, la Fundación Daphne Caruana Galizia de Malta, que continúa el trabajo de la reportera asesinada, ha preferido no comentar el asunto, pues está judicializado. Fuentes cercanas a la oenegé han confirmado que la venta del parque eólico "está investigada en estos momentos, y por partida doble". Por un lado, se examina si Fenech mató a la periodista que investigaba el trato.
Por el otro, el gobierno de Malta analiza la compraventa en sí, en la que el erario público perdió 7,4 millones de euros.
Lo confirma una auditoría
Antes, un informe interno del auditor de Enemalta elaborado en 2020 confirmó el monumental desfalco. El dictamen, divulgado por la Fundación tras acceder a él, corrobora que la energética sabía que estaba comprando el parque construido por la española a un precio muy por encima del que pagó Cifidex.
Asimismo, el forensic afea la falta de control sobre la compraventa, en la que hubo serias debilidades en, por ejemplo, la due diligence pertinente.
"Asunto del pasado", pero su directiva sigue
Como en anteriores ocasiones, Audax no ha contestado a las preguntas de este medio sobre si tenía permiso o no para vender su fallida inversión en Montenegro. Anteriormente, el propio presidente de la cotizada, José Elías, ha defendido a Crónica Global que el asunto es algo "del pasado" anterior a su tenencia como chairman, que empieza en 2016. Asimismo, el directivo de Badalona ha subrayado que cuando tomó posesión ordenó investigar el caso internamente, sin hallar anomalías.
Otras fuentes conocedoras lo niegan, y alertan que Audax conocía el riesgo reputacional de la operación. Lo que es indiscutible es que la directora de operaciones de Fersa que firmó la venta, Anabel López, no solo continúa en la energética, sino que fue ascendida al consejo de administración y a la dirección de dos áreas, incluida compliance, como explicó este medio.
Doble denuncia a Anticorrupción y a la CNMV
Hay otra hebra de actualidad: un tercer intermediario ha presentado querella contra Audax por este mismo asunto ante la Fiscalía Anticorrupción en la Audiencia Nacional. El ministerio público aún no ha admitido a trámite el escrito, aunque sí lo ha recibido oficialmente. También ha recibido copia de la denuncia la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), regulador bursátil, al ser Audax una cotizada.
Si se abrieran diligencias de investigación penales o administrativas, se sumarían a las que hay en marcha en Malta y a la investigación que prometió hacer el Parlamento de Montenegro en 2021 ante los indicios de irregularidades. La venta del parque eólico, pues, puede terminar potencialmente en la diana de tres países distintos.