Casa Tarradellas ha cerrado el balance del 2023 con una facturación de 1.378 millones de euros, una cifra que representa un incremento del 18% en comparación con el año anterior. En este sentido, el grupo alimentario con sede en Gurb (Osona) ha realizado una inversión de 40,8 millones (+25,2%), principalmente destinada a proyectos de I+D y sostenibilidad. "Los resultados de 2023 son un reflejo de la confianza de los consumidores en la calidad de nuestros productos y el esfuerzo diario de toda la compañía”, apunta la directora de comunicación de Casa Tarradellas, Miquelina Saborit.
En 2022, el conglomerado registró una caída del beneficio en un contexto de dudas sobre la gestión de Josep Tarradellas Falgueras, hijo del fundador de la empresa, Josep Tarradellas Arcarons. Casa Tarradellas justificó el descenso de la rentabilidad por los efectos de la inflación. Para intentar revertir esta situación, el grupo ha llevado a cabo inversiones para lanzar nuevos productos, reforzar la capacidad de producción de harina y promover una planta de energía para el autoconsumo. En los últimos tiempos, Tarradellas también ha sufrido un ataque del ultranacionalismo catalán por etiquetar sus productos en castellano.