Caixabank vuelve a marcar máximos históricos en bolsa a pocos días de dar a conocer al mercado sus resultados de la primera mitad de 2024. La entidad está a punto de alcanzar el hito de los 40.000 millones de euros de capitalización bursátil cuando se llega a los cuatro años desde el primer anuncio de la fusión con Bankia. Una operación que ha tenido a un beneficiario por encima del resto: el Estado.

No en vano, la valoración de la participación que mantiene el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en Caixabank se aproxima actualmente a los 7.100 millones de euros, nada menos que un 264% por encima de la del paquete de acciones de Bankia que el organismo público canjeó en la fusión.

Desde que la unión de ambas entidades se hizo efectiva desde el punto de vista mercantil, a finales del primer trimestre de 2021, la participación pública se ha mantenido invariada, en lo que se refiere al número de títulos. 

De este modo, el incremento de su valor se ha debido en exclusiva a la revalorización de las acciones de Caixabank en este periodo, sin necesidad de que de las arcas públicas haya salido un sólo euro para ampliar la participación.

Sede de Caixabank en la avenida Diagonal de Barcelona EP

 

Sí se ha elevado, en cambio, el peso del FROB en el capital de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri (que también ostentaba la presidencia de Bankia bajo el control del Estado) pero esta variación se ha debido a las sucesivas amortizaciones de las acciones propias que Caixabank ha recomprado en este periodo, con el fin de completar la remuneración a los accionistas. 

Así, el FROB contaba con poco más de un 16% del capital al inicio de la operativa del nuevo Caixabank mientras que en la actualidad, su participación supera el 17,5%.

Dividendos en efectivo

Merced a la buena acogida que tuvo la fusión en los mercados desde el primer momento, el precio de la participación del Estado se ha multiplicado por 3,6 veces en este periodo. 

Una más que notable revalorización a la que cabe añadir los dividendos en efectivo percibidos hasta la fecha y que en el caso del FROB se aproximan a los 1.100 millones de euros. 

Sede del Banco Central Europeo, en Francfort / BCE

La presencia del Estado en el capital de Caixabank, y anteriormente de Bankia, procede de la inyección de fondos públicos por un valor cercano a los 24.000 millones de euros para rescatar financieramente a la entidad, muy impactada por la anterior crisis económica y un balance con elevada presencia de activos tóxicos.

Con el compromiso del retorno a futuro del rescate, el Estado recibió los fondos de la Unión Europea para proceder al saneamiento de la entidad, asegurar su viabilidad y los depósitos de los clientes. Poco después llevó a cabo sendas colocaciones de pequeños paquetes de acciones para empezar a devolver los fondos, aunque la estrategia tuvo que ser interrumpida debido a la notable depreciación que sufrió en bolsa Bankia y, en general, el sector financiero con motivo de la histórica bajada de los tipos de interés de referencia al 0% por parte del Banco Central Europeo (BCE), lo que abrió una etapa de seis años con tipos reales negativos.

Poco más de un año después de la fusión mercantil, una vez culminada la siempre delicada integración tecnológica, el nuevo Caixabank presentó su primer plan estratégico a tres años, que incluyó una primera recompra de acciones por valor de 1.800 millones de euros y el compromiso de un retorno de capital a los socios de 9.000 millones, que posteriormente fue revisado al alza hasta los 12.000 millones, dado que los resultados de la entidad fueron mejores de lo previsto.

Desde entonces, Caixabank ha amortizado un 9,8% del capital como parte de la remuneración al accionista, que incluye una política de distribuir entre el 50% y el 60% del resultado neto, uno de los pay-out más atractivos de la banca en toda la zona euro. 

Una pantalla en la Bolsa de Madrid con información sobre el Ibex 35 / EP

Un factor que, junto a los resultados de la entidad, que ha contado con el viento a favor de las alzas del precio oficial del dinero, como el resto del sector, ha hecho de Caixabank uno de los títulos más atractivos del Ibex 35

Desde que se inició 2024, el banco se ha revalorizado algo más de un 46% en bolsa, lo que le sitúa como el tercer mejor título del índice selectivo, por detrás de los de otras dos entidades financieras: Banco Sabadell, que se dispara más de un 74% y sobre el que BBVA lanzó una opa hostil a mediados de mayo; y Unicaja (+52%), que parece remontar el vuelo tras un tormentoso arranque como entidad resultante de la fusión con Liberbank.

Hasta finales de 2025

A medio plazo, Caixabank también ocupa el tercer escalón del podio de los mejores valor del Ibex, con una revalorización a tres años cercana al 128%, sólo superada por el 279% que avanza el Sabadell y el 165% de Indra.

Por ahora, el Consejo de Ministros ha extendido el compromiso para salir del capital de Caixabank hasta finales de 2025. Una decisión que se ha ido prorrogando de dos en dos años desde hace una década, a la espera de encontrar el momento adecuado para hacer caja y poder cumplir con lo pactado en su día con Bruselas.

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