Pere Aragonès está aprovechando las últimas semanas como president de la Generalitat para vender como un éxito sus políticas económicas. En un acto del Consell General de Cambres de Cataluña, ha mandado un recado al Govern que debería conformarse en los próximos dos meses. "Parte de una buena base", ha espetado el republicano en un discurso --que ha dicho no ser triunfalista-- en el que ha exigido, otra vez, un nuevo modelo de financiación.
Cabe recordar que "avanzar en el concierto catalán" es una de las exigencias de Esquerra Republicana para investir al socialista Salvador Illa. Las conversaciones entre ambos partidos siguen en marcha --con plazo límite hasta el 26 de agosto--, por lo que Aragonès ha pedido aprovechar "la oportunidad" de lograr ese objetivo compartido por el presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Josep Santacreu.
"Es el momento de ser exigentes. No solo se trata de que el Estado nos transfiera más recursos, ni se trata de poner parches temporales, sino que se necesita un cambio de modelo", ha reclamado el mandatario catalán durante su discurso en la Llotja de Mar, donde también se han dejado ver el presidente del Parlament Josep Rull y la consellera de Economía en funciones, Natàlia Mas, y otros representantes políticos y empresariales.
Dardos a Salvador Illa
Aragonès ha dicho que la economía catalana "hace de motor de la economía europea", según indicadores como el crecimiento del PIB, las exportaciones, la inversión extranjera, la apuesta por la innovación o la creación de puestos de trabajo. Hoy, el crecimiento es "más equilibrado y más sólido, y permite afrontar el futuro con muchas más oportunidades".
Por esta razón, ha lanzado un dardo a Salvador Illa, a quien ha acusado de hacer "discursos injustos" que se basan en la "década perdida" del procés. "Tenemos que situar esas declaraciones en la papelera de la historia", ha reprochado un Aragonès consciente de que el socialista tiene todos los números de convertirse en el próximo presidente de la Generalitat si ERC facilita su investidura.
Asimismo, ha pedido al próximo Ejecutivo autonómico que no desatienda desafíos pendientes como la sequía. "Ha llovido y los pantanos se vuelven a llenar, pero no hemos de abandonar el impulso de las infraestructuras para que Cataluña sea autosuficiente en la producion de agua el año 2030", ha dicho, sin mencionar que el territorio ha atravesado uno de los momentos más duros en este sentido durante su mandato.
Santacreu también pide una mejor financiación
Por su parte, el presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Josep Santacreu, cree que la economía catalana "avanza a buen ritmo". En la presentación de la Memoria Económica de Cataluña de 2023, ha apelado al "esfuerzo" de los empresarios para hacer sus compañías más resilientes, si bien ha avisado a la Administración de los "retos pendientes".
De ahí que Santacreu --que es la primera vez que preside este acto anual--, haya reivindicado un Govern que aborde la mejora de la financiación. "Es una prioridad clara, y es el momento de abordar el tema", ha sentenciado ante Aragonès, consciente de que la financiación singular es una de las líneas rojas de ERC para apoyar la investidura del socialista y, así, evitar una repetición electoral.
Los retos pendientes
Pero no es el único desafío pendiente. También ha reclamado reducir todavía más las "trabas burocráticas", así como adecuar la oferta y la demanda en la Formación Profesional, avanzar en energías renovables y repensar el modelo turístico e innovación.
El resumen de la sesión es que la economía catalana ha demostrado "una gran fortaleza" en un contexto europeo de estancamiento económico, tipos de interés muy elevados y conflictos geopolíticos. Según la radiografía presentada por la directora de la Memoria Económica, Carme Poveda, la fase de recuperación postcovid ha sido especialmente intensa en el territorio, con un PIB del primer trimestre del 2024 que ya supera en un 5,9% el nivel del cuarto trimestre de 2019. Unos datos que han comparado con el 3,7% de España y el 3,4% de la zona euro.
Uno de los factores clave es el aumento de población extranjera. Cataluña ha sumado 255.000 habitantes, superando la cifra de los ocho millones a principios de este año. Este crecimiento ha permitido, según Poveda, "impulsar la economía a través de la creación de ocupación y de consumo de los hogares", pero, a su vez, ha tensionado los servicios públicos --sanidad o transporte público-- y ha impactado sobre el mercado de la vivienda.
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