Barcelona y, por extensión, el Barcelonès, son el mayor polo de atracción para empresas y emprendedores de Cataluña. Su competitividad lidera, con ventaja, respecto al resto de comarcas catalanas. No es sólo una percepción, esta afirmación está respaldada por el índice de competitividad comarcal de la Federació Empresarial del Gran Penedès (FEGP), que analiza hasta 50 indicadores distintos de las 43 comarcas de Cataluña.

Los territorios situados en el top de esta lista comparten una serie de factores en los que destacan, los cuales favorecen a generar un entorno beneficioso para el desarrollo de la actividad empresarial. En concreto, las tres cuestiones que tienen en común las cinco comarcas más competitivas son la cualificación de los recursos humanos, la calidad de las infraestructuras de transporte y el despliegue de las redes de telecomunicaciones.

El director del departamento de Estudis i Economia de Foment del Treball, Salvador Guillermo, la presidenta de la Federació Empresarial del Gran Penedès, Neus Lloveras, y el redactor del informe, David Moreno FOMENT DEL TREBALL

Según los resultados del informe del FEGP, el Vallès Occidental, el Baix Llobregat, el Gironès y el Tarragonès siguen al Barcelonès en las primeras cinco posiciones en cuanto a competitividad. A continuación se posicionan el Vallès Oriental, el Segrià, el Maresme, el Garraf y Osona. Estas comarcas también comparten el hecho de tener densidades de población elevadas, por lo que el volumen del mercado también es mayor que en otras zonas de Cataluña.

Educación e innovación

El liderazgo de Barcelona, destaca David Moreno, socio de Activa Prospect y redactor del informe, se debe a la solidez de su mercado laboral, “caracterizado por una elevada calidad de la ocupación” y “una fuerza de trabajo altamente cualificada”. Precisamente es un sistema educativo “excelente” gracias a la alta concentración de universidades e instituciones formativas que le confiere la capitalidad, lo que da al Barcelonès “una ventaja competitiva clave en sectores altamente especializados”.

La segunda y cuarta comarca en este ránking albergan dos de las universidades más importantes del territorio catalán: la Universitat Autònoma de Barcelona, en el Vallès Occidental, y la Universitat de Girona, en el Gironès. Estos emplazamientos no sólo forman a los trabajadores del futuro, también representan centros de innovación y desarrollo en ámbitos muy diversos que atraen inversión y se integran con colaboraciones con el tejido empresarial del entorno.

Transporte y comunicación

Las infraestructuras de transportes que facilitan la movilidad y la conectividad con otros territorios es uno de los activos mejor valorados por los sectores económicos a la hora de establecerse en una comarca o en otra. En este sentido, el Barcelonès y el Tarragonès juegan con la ventaja de tener puertos marítimos de primer nivel en el contexto mediterráneo y europeo, mientras que el aeropuerto de El Prat, situado en el Baix Llobregat, ofrece a esta comarca enlaces directos con los mercados internacionales.

Este es el indicador más débil en el caso del Vallès Occidental y el Gironès, puesto que sólo disponen de una buena conexión a través de la autopista. En el segundo caso, el redactor del informe detecta una “ligera mejora” en las infraestructuras, pero para la primera comarca recomienda “mejorar la accesibilidad de los mercados globales” con, por ejemplo, la “conexión con el eje ferroviario euromediterráneo”.

El despliegue de la red de telecomunicaciones y, en concreto, la fibra óptica y el 5G, son la clave para el desarrollo igualitario de todo el territorio. De hecho, los datos muestran cómo las comarcas rurales han podido acelerar su competitividad gracias a las posibilidades que la digitalización de la economía ofrece, especialmente en cuanto a la diversificación de algunas zonas que, al estar demasiado enfocadas al sector primario y turístico, han tenido dificultades para retener talento y construir modelos de negocio en otros ámbitos.

El desafío del espacio y la sostenibilidad

La falta de suelo para el desarrollo de la actividad económica y la gestión medioambiental son los dos principales retos a los que se enfrenta el territorio catalán en el fomento de la competitividad. La actividad productiva consume recursos “intensamente” y genera residuos que “no son valorizados adecuadamente”, destacan las conclusiones del informe, sobre todas las comarcas del top cinco, a excepción del Gironès, que tiene como “punto fuerte” un destacado “compromiso con el desarrollo equilibrado y sostenible”.

En disponibilidad destacan el Vallès Occidental y el Baix Llobregat, que compiten en este sentido contra su vecina Barcelona. Las comarcas más pequeñas y densamente pobladas ven su desarrollo económico limitado por el espacio, puesto que pueden asumir un volumen de llegada de empresas mucho menor.

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