"Somos un Gobierno business friendly”. Es la frase que ha marcado la última jornada de la 39 Reunión del Círculo de Economía, pronunciada por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez al ser preguntado sobre el papel que tiene el empresariado. Su respuesta arrancó las risas de todos los asistentes, que no se han tomado en serio el mensaje económico del protagonista absoluto de las elecciones catalanas del 12M, por encima de Carles Puigdemont.
Y es que no cabe duda de que, para muchos, en esta corta legislatura ya han surgido iniciativas polémicas que ponen en el punto de mira al empresario del país. Entre ellas, la reducción de la jornada laboral -el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, advirtió de que se va a implementar-, siempre difícil de digerir para el mundo económico.
El 'patinazo' del presidente
La pregunta ha sido formulada por uno de los asistentes como continuidad de uno de los grandes temas planteado en la mesa de debate que precedía la clausura. El presidente de Caixabank, Jose Ignacio Goirigolzarri, pidió realzar la figura del empresario como alguien que "crea riqueza y cambia las reglas del juego".
Haciendo caso omiso a los murmullos que se han escuchado en la sala del Palacio de Congresos de Cataluña por lo que implicaba esta cuestión, el líder socialista ha tuteado a los representantes económicos catalanes y les ha querido hacer un guiño. "Me conocéis personalmente. Es un Gobierno en el que hemos intentado que las principales transformaciones que afectaban al tejido productivo las hiciéramos de la mano de empresarios", ha espetado.
Un posicionamiento al que, no obstante, le ha seguido cierta autocrítica: "Podemos hacer más, sin duda alguna", ha afirmado, consciente de que gran parte de los asistentes no compran algunas de sus políticas, rehenes de su acuerdo con Yolanda Díaz. Algunas voces reconocen a este medio que ha patinado en su discurso: "Tendría que haber dicho que Salvador Illa o el PSOE lo son, pero no el Gobierno... Sumar no lo es", aclaran.
Halagos por la "normalización" de Cataluña
Sin duda alguna, se palpaba que no es el ambiente más afín a Sánchez, pero esta vez se ha sentido como pez en el agua al ser recibido como uno de los grandes triunfadores en las elecciones del 12M. Sus políticas para la "normalización" de Cataluña -los indultos y la amnistía- han dado sus frutos y así se lo ha reconocido el propio presidente del Círculo de Economía, Jaume Guardiola. "Está relacionada con tu acción de gobierno y queremos agradecértelo", ha expresado.
En este sentido, si bien el líder del PP Alberto Núñez Feijóo es un político con más tirada en el mundo económico y empresarial -más por las siglas que representa que por su carisma personal-, en esta ocasión no ha cuajado su discurso duro contra Sánchez. La candidatura de Illa y las políticas de diálogo han tenido como resultado un gran resultado del PSC, por lo que no era la mejor ocasión para volver a cargar contra el proyecto que los socialistas representan en Cataluña, o para deslizar que dejará gobernar a Puigdemont. Es una fórmula imposible.
La confrontación extrema en España
Es por ello que Feijóo ha trasladado su pesimismo sobre la escena política catalana al Congreso de los Diputados, representando un panorama sombrío en el conjunto de España para correr un tupido velo sobre la victoria de Illa y Sánchez el pasado 12M. El político gallego cosechó simpatías en el Círculo por manifestar que él sí que iba a defender el mismo discurso en Madrid que en Barcelona, un gesto que se aplaudió.
Pero el empresariado catalán pide a gritos estabilidad para Cataluña. Ha sufrido el impacto económico de la década del procés y ha visto como, por primera vez en 10 años, los independentistas no suman en unas autonómicas. Y aunque esto sea una cuestión cíclica -"es como salir a faenar, cuando tiras la red algunas veces sacas más peces y otras menos", explicó Feijóo en un símil que también gustó-, no quieren dejar pasar la oportunidad.
Al final, la imagen con la que se quedan los miembros del Círculo es que la confrontación extrema que se ha instalado en la política española no tiene arreglo. Lo único que piden es que este enconamiento en las Cortes no arrase los intereses de Cataluña.
Echan de menos a Convergència
Con todo, un importante número de empresarios y representantes del mundo económico anhelan los tiempos en los que Convergència ocupaba el carril central y canalizaba sus demandas a través de la acción de gobierno. Pero Junts ya no es ese partido, pese a la inclusión de perfiles moderados en las listas del 12M como el exconseller de Territorio, Josep Rull, o el exconseller de Economía Jaume Giró.
En los corrillos era de lo más comentado: el deseo de que los neoconvergentes recuperen el seny que les ha permitido ser el partido del empresariado catalán y que les ha robado el relato de confrontación que defiende el fugado.
Habrá que ver si encuentran en un gobierno en minoría de Salvador Illa, en el caso de que los pactos necesarios se produzcan, un nuevo comienzo para que Cataluña recupere la prosperidad y proyección que fue enterrada por el procés.