Puig, el mayor estreno de la bolsa española en los últimos nueve años, ha concluido su primera sesión en el punto del que ha partido, los 24,5 euros fijados como referencia en la OPV, tras un estreno en el que ha ido de más a menos, hasta el punto de llegar a cotizar con tono negativo en los últimos minutos de contratación.
Tras el fin de la operativa en el parquet, las acciones del gigante de perfumería, belleza y cuidados de la piel han marcado un primer cierre con un tono absolutamente plano.
Más de un 8% al inicio
Un resultado notablemente diferente al que hacía presagiar la trayectoria del valor en sus primeros cambios, que ha marcado pasado el mediodía, tras el tradicional acto de toque de campana, protagonizado por el presidente ejecutivo de la empresa, Marc Puig, en la sede de la Bolsa de Barcelona.
En esos minutos iniciales, las acciones de Puig han llegado a dispararse algo más de un 8% y establecer un máximo intradía de 26,5 euros, que ha catapultado la capitalización bursátil del grupo por encima de los 15.000 millones de euros.
De la euforia a los números rojos
Sin embargo, la euforia inicial no ha tardado en desinflarse, con lo que menos de una hora después, el valor ya cotizaba en torno al precio fijado en la OPV, el más alto de la banda de precios no vinculante.
Una zona que ya no ha abandonado hasta el final de la jornada, aunque en los últimos minutos ha llegado a situarse algo más de un 2% por debajo de esta referencia, con un mínimo intradía de 24 euros.
Estabilizadores al rescate
La actuación de los agentes estabilizadores, que han mantenido bajo control la cotización en todo momento, ha devuelto las aguas a su cauce para propiciar un cierre sin más sobresaltos.
Durante su intervención en el acto de estreno, Marc Puig ha destacado que la gestión de la compañía en los últimos años ha sido ya propia de una cotizada, aunque no estuviera aún en el parquet, y se ha comprometido con los inversores a aplicar una política de "luces largas" para asegurar el mejor futuro para el grupo.