Celsa Group ha presentado un resultado financiero neto de 459 millones de euros. En su primera junta de accionistas tras la salida de los anteriores dueños, la familia Rubiralta, la nueva dirección de la acerera -cuyo valor contable se sitúa ahora algo por encima de los 400 millones- ha mostrado las cuentas consolidadas del grupo, ya auditadas sin salvedades por la consultora EY.
En el ejercicio de 2023, la facturación de la corporación cayó un 22% hasta los 4.765 millones de euros, circunstancia que el nuevo equipo directivo atribuye al descenso de la demanda de acero en Europa, si bien espera una "paulatina recuperación" este año y el que viene. Tras la junta, el nuevo presidente de la empresa, Rafael Villaseca, ha asegurado a la prensa que, tras la toma de control por parte de los antiguos acreedores -los fondos y entidades convertidos en accionistas-, la nueva cúpula ya ha podido comprobar el estado de la firma y entrar en la gestión del "día a día".
Fuera "de la uci"
Villaseca ha señalado que el objetivo de esta nueva etapa es "relanzar la compañía" tras las turbulencias de los últimos años. De hecho, ha reprochado al anterior equipo gestor que protagonizase "sustos" de forma "sistemática".
Para el nuevo presidente, la situación actual en la siderúrgica sigue siendo delicada, aunque se ha podido encauzar: "Fruto del plan de restructuración, la compañía ha salido de la uci, pero sigue en el hospital", ha afirmado.
Fijará el rumbo a partir de verano
Los actuales responsables sostienen que, sin el plan de restructuración que han llevado a cabo, el ejercicio de 2023 se habría cerrado con unas pérdidas de 918 millones de euros. Jordi Cazorla, consejero delegado de Celsa, se ha referido al "exceso de amortizaciones" contables realizadas "en el pasado", que provocaron salvedades en la anterior auditoría y suman una desviación que ha cuantificado en 1.339 millones.
Ha añadido que este agujero hubiese generado unos fondos negativos de 1.339 millones de euros, pero tras el proceso de recapitalización el grupo ha cerrado 2023 en positivo con unos fondos de 326 millones. Los ejecutivos han indicado que en verano presentarán un nuevo plan corporativo, aunque han adelantado que una reducción de plantilla no forma parte de sus objetivos.
Nuevos directivos y accionistas
Uno de los problemas financieros con los que se han encontrado los nuevos gestores ha sido el "crédito incobrable" de 539 millones que Celsa concedió a patrimoniales de los Rubiralta que se han declarado en suspensión de pagos. Villaseca ha dejado claro que "la sociedad no renuncia a esas cantidades", aunque a efectos de contabilidad debe darlas por perdidas.
Bajo la presidencia de Villaseca y la dirección de Cazorla, siete ejecutivos compondrán el nuevo puente de mando. Uno de ellos es Borja-García Alarcón, responsable financiero. También se han incorporado ya a la firma los nuevos responsables de operaciones y recursos humanos, mientras que en mayo se añadirá el director comercial. Los fichajes pendientes, que la empresa espera cerrar en "breve" son los jefes de legal y estrategia.
En cuanto a los cambios accionariales, los principales dueños son ahora Attestor Capital, Cross Ocean, Deutsche Bank, Golden Tree y Strategic Value Partners, todos ellos anteriores acreedores destacados del grupo acerero. Aun así, el orden de los accionistas va cambiando por las "frecuentes transacciones" en el mercado financiero de Londres de las que es objeto la compañía española a pesar de no cotizar en bolsa.