Naturgy celebra la próxima semana su junta general de accionistas en un clima de estabilidad accionarial y en el consejo de administración y un entorno numérico favorable para afrontar la segunda parte de su plan estratégico, que concluye el próximo ejercicio.
La asamblea, que tendrá lugar en Madrid el día 2 de abril, incluirá su orden del día los preceptivos puntos de aprobación de las cuentas anuales y el reparto de dividendos, conforme a la política establecida tras el pasado verano, con un suelo de 1,4 euros por acción.
Inversiones récord
Los accionistas darán luz verde al abono de un pago complementario de 40 céntimos de euro en abril, que servirán para redondear la citada cifra, con cargo a los resultados de 2023, que afloraron un beneficio neto de 1.986 millones de euros, un 20,4% más que el año anterior.
La cifra supuso un máximo histórico, igual que la destinada a inversiones, que totalizó 2.944 millones, que volverá a ser batido en 2024 si la empresa que preside Francisco Reynés hace buenas sus previsiones de destinar más de 3.000 millones de euros a este capítulo.
Escisión varada
Por lo demás, no se esperan novedades acerca del proyecto de escisión de Naturgy en dos filiales de idéntica composición accionarial para separar los negocios regulados y liberalizados, el denominado 'proyecto Géminis'.
A él se refirió Reynés en la presentación de resultados para señalar su vigencia y su sentido estratégico aunque, también, que no se dan actualmente las condiciones para ejecutarlo.
Tras el intento fallido de incorporar un consejero delegado a mediados del pasado año, el consejo se mantiene estable, con los principales socios de la compañía plenamente representados, con la incorporación hace más de un año de Jaime Siles en nombre del fondo australiano IFM, el último en incorporarse al núcleo duro a la energética.