El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, no sabe qué será de los planes de la 'teleco' pública saudí STC cuando están a punto de cumplirse seis meses desde que la compañía de Oriente Medio anunciara que se convertía en el primer accionista de la española.
El ejecutivo ha admitido que no tiene constancia de que Saudi Telecom, cuyo accionista mayoritario es PIF, fondo soberano del país, haya iniciado los trámites para obtener la autorización del Gobierno con vistas a alcanzar el 9,9% del capìtal de la operadora española, que por ahora controla a través de títulos físicos e instrumentos derivados.
SEPI, estrategia pública
En concreto, STC ya tiene en cartera el 4,9% de Telefónica, para lo que no precisa de permiso alguno, pero para sobrepasar el 5% sí necesita el plácet del Consejo de Ministros, aunque Álvarez-Pallete no tiene constancia de que ese proceso haya siquiera comenzado.
Algo similar ocurre con el mandato del Gobierno a la SEPI para tomar un 10% de Telefónica, en respuesta a la ofensiva saudí aunque, en este caso, el máximo responsable de la operadora ha matizado que la estrategia del Ejecutivo es pública y sobradamente conocida por el mercado.
Espera demasiado larga
De esta forma se ha manifestado en su comparecencia ante los medios de comunicación con motivo de la presentación de los resultados anuales de Telefónica, en la que también ha abordado la reciente aprobación por parte de la Comisión Europea de la fusión entre Orange y MasMóvil.
El ejecutivo ha lamentado tanto el hecho de que la luz verde se haya demorado 18 meses como que finalmente haya sido condicionada a que la compañía resultante se deshaga de parte de su espectro.
Conversaciones con Digi
Una circunstancia esta última que podría afectar a la compañía dado que abre las puertas a que el operador Digi, que actualmente da servicio a sus clientes a través de la red de Telefónica, cambie de proveedor en favor de la empresa resultante de la fusión.
En este sentido, el consejero delegado de Telefónica, Ángel Vilá, se ha mostrado confiado en que el operador rumano siga confiando en su proveedor, con el que ya ha iniciado negociaciones con vistas a prolongar el contrato que une a ambas y que expira el próximo 2026.
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