Vivimos en un mundo en el que la demanda energética crece exponencialmente a la vez que las fuentes de energía tradicionales conviven con otras nuevas, y en el que seguir funcionando con los modelos de siempre no es una opción. Es por esto por lo que hay empresas como Grupo Hafesa, que tienen entre sus funciones la de contribuir a garantizar el suministro energético en nuestro país.

A través de la inversión continua en las infraestructuras adecuadas y de su compromiso innegable con la eficiencia y la responsabilidad, este Grupo destaca por su visión a largo plazo y por su contribución al futuro energético.

Historia y misión del Grupo Hafesa

Fundado en 2015, este holding empresarial con capital 100% español nació como resultado de la creación de una operadora y comercializadora de productos petrolíferos. Las actividades de Grupo Hafesa se iniciaron en Motril, localidad granadina con gran actividad portuaria, pero pronto se extendieron a otras zonas de España.

La misión del Grupo es adquirir, almacenar, comercializar y distribuir productos petrolíferos. Cuenta ya con cinco plantas de almacenamiento de dichos productos repartidas por Andalucía, Galicia, Asturias y País Vasco, así como con varias estaciones de servicio en las provincias de Granada, Valladolid, Ciudad Real y Pontevedra.

Con estas instalaciones, el objetivo de Grupo Hafesa siempre ha sido claro: garantizar el suministro energético constante y fiable, asegurando el bienestar de las comunidades en las que opera. Con proyectos ya operativos y otros en fase de desarrollo en diferentes regiones de España, el Grupo se ha situado en muy poco tiempo entre los operadores petrolíferos nacionales más destacados.

Inversiones en infraestructuras energéticas

Invertir en infraestructuras energéticas se ha convertido en una necesidad imperativa para garantizar el suministro continuado de energía. La gran diferencia está entre tener que hacerlo por obligación adaptarse a los cambios para encontrar oportunidades donde otros solo ven restricciones y contratiempos.

Empresas del sector, como Grupo Hafesa, han sabido entender la importancia de estar a la vanguardia en este aspecto. La creación de las infraestructuras adecuadas y la modernización de las que ha ido adquiriendo se unen a la adaptación a nuevas fuentes de energía y a la integración de sistemas avanzados de gestión y distribución, claves para hacer frente a los desafíos del presente y, sobre todo, del futuro energético en España.

Eso sí, la inversión en infraestructuras no solo se refiere a la construcción de nuevas instalaciones o a la mejora de las existentes, sino que también engloba la optimización de los procesos de generación, distribución y consumo de energía. Esta optimización tiene múltiples beneficios, desde la reducción de pérdidas energéticas hasta la posibilidad de integrar fuentes de energías renovables de manera mucho más eficiente.

La planta de Gijón: reservas estratégicas del Estado

Aunque las energías limpias están ganando terreno y llegando cada vez a más empresas y hogares españoles, las reservas estratégicas de petróleo siguen actuando como un seguro para todos los países, garantizando el suministro en situaciones donde la demanda pueda superar a la oferta o en casos de interrupciones imprevistas. Específicamente, las plantas dedicadas a estas reservas deben cumplir con altos estándares de seguridad, eficiencia y capacidad. Es por esto por lo que Grupo Hafesa, en su papel de agente del sector energético, decidió dedicar íntegramente las actividades y la capacidad de almacenamiento de su planta en Gijón, adquirida en el año 2017 a la Corporación de Reservas Estratégicas del Estado español (CORES).

La ciudad asturiana es un punto estratégico en la costa norte española, ya que su emplazamiento geográfico ofrece numerosas ventajas logísticas para el almacenamiento y la distribución de energía. Una planta en esta ubicación ocupa un papel importante en la red energética nacional, ofreciendo respaldo y asegurando la continuidad del suministro en momentos críticos.

Las reservas estratégicas, por tanto, también son una demostración del compromiso de un país o entidad con la seguridad energética. Estas instalaciones, junto con las políticas adecuadas y una gestión responsable, aseguran que tanto las generaciones actuales como las futuras puedan tener acceso a fuentes de energía fiables y de alta capacidad en todo momento, lo que resulta esencial para el desarrollo económico y social de la nación.

Eficiencia y responsabilidad

La eficiencia energética ya no es una opción, sino una necesidad. Con el incremento constante de la demanda mundial de energía y la apuesta por la transición energética, es imperativo que las empresas y naciones busquen maximizar la producción y distribución de energía mientras impulsan la eficiencia en el consumo. Esto se traduce, no solo en ahorros económicos, sino también en la protección del medioambiente y en la reducción de la huella de carbono.

Una responsabilidad de esta naturaleza implica una gestión ética y sostenible de los recursos, lo que abarca desde el cumplimiento de normativas medioambientales hasta el compromiso con las comunidades locales y el bienestar social, pasando por la promoción de prácticas de negocio sostenibles.

Impacto a largo plazo de la garantía del suministro energético

Garantizar el suministro energético es fundamental para el desarrollo sostenible de cualquier nación. Sin un suministro energético fiable, es difícil imaginar un crecimiento económico sostenido o mejoras en la calidad de vida de la población. Por ello, las inversiones y políticas actuales en el sector energético tienen un impacto directo en el futuro de la sociedad.

La apuesta por fuentes de energía diversificadas, la adopción de tecnologías avanzadas y la promoción de prácticas responsables y eficientes garantizan que las futuras generaciones tengan acceso a una energía útil, fiable y asequible. Asimismo, la estabilidad del suministro energético también requiere la reducción de la dependencia de fuentes externas y la promoción de la autonomía energética, factores clave para mejorar la seguridad nacional y el desarrollo independiente. Las decisiones y acciones de las empresas en el presente tienen un profundo impacto en la estabilidad energética futura. En este sentido, es imperativo que las compañías y gobiernos tomen decisiones basadas en el largo plazo para garantizar un futuro energético seguro y más próspero. Por eso es bueno saber que empresas como Grupo Hafesa están comprometidas con el objetivo de asegurar el suministro energético y trabajan a diario para conseguir los mejores resultados, no solo para ella, sino para una sociedad que depende de la energía que les suministran a diario operadores como el holding.

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