Foment del Treball reclama seguridad jurídica para que vuelvan empresas a Barcelona. La patronal catalana ha pedido este lunes al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez que favorezca la creación de un clima de "estabilidad institucional" para favorecer el retorno de las sedes corporativas fugadas durante a partir de 2017 con el procés. En un comunicado, la patronal que preside Josep Sánchez Llibre también ha pedido al Ejecutivo que teja "amplios acuerdos" para fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo, fortalecer la economía productiva y crear puestos de trabajo de calidad, así como para mantener el diálogo social.
Foment ha reclamado asimismo una nueva perspectiva sobre la figura del empresario y la aportación social de las empresas, "evitando cualquier tipo de ataque o descalificación". La patronal ha insistido en su reivindicación de "una fiscalidad competitiva" porque impuestos como el del patrimonio o el de grandes fortunas "no ayudan a hacernos competitivos", ha dicho, y ha apostado por homogeneizarse con la UE, "donde no existen estos tributos".
El riesgo de la viabilidad de las pensiones
Además, considera necesario un "gran acuerdo" en las Cortes que defina un plan de inversiones en infraestructuras que genere certezas y fije prioridades. Propuestas "viables y realistas" para afrontar el acceso a la vivienda en lugar de leyes "excesivamente ideológicas" que no solucionen la situación son otras de las peticiones de Foment.
Además, la patronal ha advertido de que incrementando el gasto en pensiones y subiendo las cotizaciones sociales de las empresas "se pone en riesgo la viabilidad del sistema", y ha reclamado una política industrial "con mayúsculas" que facilite la instalación, creación y desarrollo de la actividad industrial.
Falta integración en Europa
Además, este lunes la patronal ha celebrado el debate Reformar el mercado interior para una Europa más competitiva, un tema que preocupa y mucho en la Comisión Europea. en el que el ex primer ministro italiano Enrico Letta ha llamado este lunes a completar "con urgencia" la integración económica europea, ya que si no la Unión Europea (UE) corre incluso el riesgo de "desaparecer", y ha señalado que este cometido debe llevarse a cabo en los próximos cinco años.
Letta, encargado por la Comisión Europea de elaborar un informe sobre el futuro del mercado único, ha lamentado que en los últimos años haya dominado más la fragmentación de este mercado que no avances en la integración -con la excepción de la política energética tras la invasión rusa de Ucrania-. "Es exactamente lo opuesto" de lo que debería ser, ha dicho, y se explica porque en momentos de dificultad es fácil vender a la población "la idea de que nos debemos proteger con fronteras", una solución a fin de cuentas desacertada, según su visión.
Más competencia internacional
Letta ha defendido que la UE debe ser capaz de hablar con una sola voz en el tablero mundial, porque si no va a competir "sin éxito" frente a potencias como China, India, los Estados Unidos y el club de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y ha destacado el papel jugado por el Reino Unido en el seno de la UE, tan problemático en algunos casos -tanto que ha acabado abandonado la unión- pero que impulsó de forma decisiva la voluntad de avanzar hacia un mercado único. Tan importante es este mercado único que, aunque todavía incompleto, Noruega participa de él, con aportación económica incluida, pese a no formar parte de la UE, ha reivindicado.
Letta también ha dicho que las grandes empresas "cada vez son más grandes" y ha señalado que Europa necesita que sus mayores corporaciones ganen tamaño para competir con los "grandes gigantes" de otras geografías. "Y para hacer esto no basta con la inercia: necesitamos sobreponernos a obstáculos y cambiar reglas", ha resuelto.
Urgen cambios en la UE
Joaquín Almunia, exvicepresidente de la Comisión Europea, ha alertado de que "tenemos muchas cosas por hacer y no tenemos 30 años", que son los transcurridos desde que en 1993 comenzara la integración. Ha indicado que en los próximos años habrá que destinar cantidades ingentes de recursos a la transición energética, la reconstrucción de Ucrania, a defensa y a política industrial, entre otros. Todo ello en un club que ha augurado que pasará de los 27 a los 36 miembros. La integración debe acelerarse en el ámbito bancario, de los capitales, de las telecomunicaciones o de la energía, ha apuntado.
Del ámbito bancario ha tratado Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell, que ha identificado como principal lastre que las entidades europeas están "mal valoradas y no son capaces de ir a fuentes de capital primario para incrementar su grosor". Ello es un problema habida cuenta de las inversiones en medio ambiente, para paliar los efectos de la sequía o las nuevas infraestructuras que se requerirán en próximas fechas y para las que "no será suficiente lo que aporte el sector público".
Así, Oliu ha llamado a "poner el foco más allá del simple control de la solvencia" de los bancos y reducir la "fragmentación" normativa -entre países europeos o incluso entre autonomías españolas- y "flexibilizar" la supervisión para que las entidades financieras puedan cumplir con su cometido: "estar al servicio de las empresas que requieren de financiación". Sánchez Llibre lo ha resumido de la siguiente manera: "Es necesaria una supervisión única de todos los canales de transmisión del sistema financiero para que pueda ser realidad una cuestión latente: en Europa hay muchísimo ahorro que no se canaliza a inversión real", a diferencia de lo que sucede en otras latitudes como los Estados Unidos, según ha señalado.