La empresa que pilotó las caóticas oposiciones en Cataluña en abril, que se tuvieron que repetir, al juzgado en la Comunidad de Madrid. La francesa Cegos tendrá que dar explicaciones en los tribunales por otro proceso de selección público que se pobló de quejas: el acceso a puestos de trabajo en Metro de Madrid.
Lo han explicado fuentes conocedoras, que han indicado que el juzgado de Lo Social número 38 de la capital ha admitido a trámite una macrodemanda que han presentado los opositores a las pruebas de acceso al detectar numerosas irregularidades. Lo siguiente es una vista sobre la petición de medidas cautelares que se celebrará el 8 de agosto, y el juicio sobre el fondo de la demanda el 14 de mayo del próximo año. Si la sala estima la solicitud de la parte actora, se podría paralizar el procedimiento de contratación, que ya está en marcha.
Irregularidades
El caso judicial emana de unos filtros de selección para seleccionar a 30 maquinistas, 30 jefes de sector y el derecho de acceso a la bolsa de empleo de Metro de Madrid para 1.000 aspirantes. Las pruebas se celebraron el 23 de abril, y terminaron con cerca de 3.000 reclamaciones.
Algunos candidatos denunciaron anomalía "muy graves" en los exámenes. ¿Cuáles? El reparto de hojas de examen "sin precintar"; el incumplimiento del "orden de exámenes"; el reparto desigual de tiempos para completar las pruebas --juntando los dos psicotécnicos, o separándolos en dos-- y la entrega de notas fuera de plazo, entre otras.
Macrodemanda
Tras ello, los afectados se comenzaron a organizar para preparar una demanda, que es la que ahora se ha admitido a trámite, con un primer hito procesal en la resolución de la petición de medidas cautelares.
Antes de esta acción judicial, los aspirantes denunciaron que Cegos no respondía a sus inquietudes salvo con el reenvío de un correo automatizado. Este medio preguntó a la empresa que dirige Jesus Araújo en España. El grupo galo se defendió asegurando que los conflictos eran los "habituales" en unas pruebas de esta envergadura.
En Cataluña, caos y repetición
Habitual o no, la zozobra de Cegos en Madrid llegó pocas semanas después de que la firma francesa dirigiera con poco tino otras oposiciones: las de estabilización de interinos en Cataluña. En aquella ocasión, los candidatos denunciaron "caos" en las aulas, hasta el punto de que en algunas de ellas, los aspirantes "hicieron el examen juntos".
Aquella serie de desatinos, que se derivaron de una externalización --la primera de la historia-- que hizo la Generalitat de Cataluña para una oferta de empleo público, costó una destitución. El Govern de Pere Aragonès (ERC) cesó a la directora general de Función Pública, Marta Martorell, por este motivo. Posteriormente, repitió las oposiciones, esta vez organizándolas de forma interna.
Otro precedente: los Bomberos
Pero es que anteriormente, Cegos ya había protagonizado otra controversia al conducir unas pruebas de acceso a la escala básica de los Bomberos catalanes. La empresa optó por un test psicotécnico que detectaba patologías, no cribaba: el filtro dejó fuera al 45% de aspirantes, que llevaron a la firma ante la justicia, y ganaron. El caso llegó también al Parlament de Cataluña.
Aquel encargo externo a Cegos, antes Tea Cegos, funcionó mal. En una de las resoluciones contra la prueba, que dio la razón a los bomberos denunciantes, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) detectó que las fechas de reunión del tribunal habían sido falsificadas, y advirtió a la Administración pública que aquel copia y pega eran mimbres para un caso penal.