Unos 9.500 aspirantes regresan este caluroso sábado a las aulas para repetir las oposiciones de estabilización de interinos de Función Pública de la Generalitat, después de que el resultado de las pruebas se anulara por las incidencias ocurridas en la convocatoria de abril. Se trata de la segunda y última jornada, dado que el pasado fin de semana ya se repitieron los exámenes de Agents Rurals, funcionarios de ejecución penal y otras categorías.
Los 9.500 aspirantes que se examinan este sábado optan a conseguir una de las 1.344 plazas de técnicos generales, técnicos especialistas y administrativos. Las pruebas se celebran simultáneamente en Barcelona, donde se presentan 6.599 opositores; seguida de Tarragona, con 1.110 aspirantes; Lleida, con 998 y Girona con 878.
La Generalitat recurre a “medios propios”
Para evitar cualquier incidencia, los Mossos d’Esquadra han custodiado el traslado de la documentación desde el Distrito Administrativo de la Generalitat hasta las sedes en las que se realizarán los exámenes. En las salas serán 928 los funcionarios encargados de velar por el correcto desarrollo de las pruebas. Según ha informado el Govern, han sido seleccionados de una “bolsa de colaboradores” y han recibido información teórica y práctica para coordinar y controlar el proceso.
La Generalitat ha organizado la repetición de las pruebas con "medios propios" después de que en las oposiciones de abril, gestionadas por la empresa externa Cegos, se registraran graves irregularidades en el anonimato y en el control de dispositivos en las aulas.
Caos organizativo
La Generalitat se vio obligada a repetir las pruebas tras el caos organizativo, después de recibir más de 3.000 formularios de incidencias registrados por los opositores a través del buzón habilitado para tal efecto, del que se extrajo que un 93% de los procesos estaban afectados y un 99,7% de los aspirantes.
La consellera de la Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà, reconoció entonces que había “afectaciones muy graves en todos los exámenes”, dado que se detectaron móviles dentro de las aulas, salidas de las pruebas para ir al baño, clases sin vigilancia y exámenes que comenzaron mucho más tarde de lo previsto.