Era uno de los matrimonios empresariales más discretos pero, al mismo tiempo, más potentes que existían en el panorama nacional, pero no cabe emplear otro tiempo que el pretérito. Amancio Ortega y Alicia Koplowitz han puesto fin a su alianza en el sector inmobiliario, que data de hace más de 15 años, poco antes del inicio de la crisis financiera de primeros de siglo.
Una inversión conjunta que nació al calor del boom inmobiliario de aquellos años, con la constitución de Fongadea Recoletos, una instrumental conjunta con la que Ortega y Koplowitz pretendían hacer negocio con un edificio singular situado en el paseo madrileño del mismo nombre, concretamente en los números 7 y 9.
Ortega compra
No obstante, la decisión de separar los caminos no ha supuesto la disolución de la sociedad, que continuará activa aunque ahora bajo los únicos designios del dueño de Zara.
Fuentes del sector señalan que ha sido el empresario leonés afincado en Galicia el que ha adquirido la participación de Koplowitz en la mercantil, que incorporará al conglomerado de sociedades a través del que articula su inmenso patrimonio, que le sitúa como una las 15 personas más adineradas del planeta.
Punto de partida
La sociedad, repartida de forma paritaria entre ambos socios, fue en principio destinada a poner en valor el inmueble, acondicionarlo y alquilar el espacio para oficinas. Inversión en el segmento patrimonialista, que también sufrió los rigores del estallido de la burbuja y la posterior crisis aunque en mucho menor medida que el residencial.
Tanto el fundador y accionista mayoritario de Inditex como la exaccionista de referencia de FCC, inversora y filántropa tienen en el inmobiliario uno de sus elementos predilectos para diversificar su patrimonio, especialmente el primero; no en vano, Pontegadea Inmobiliaria, la sociedad que aglutina la mayor parte de los activos que posee en el sector, pasa por ser la mayor de España en este segmento y una de las mayores de Europa, con activos bajo gestión valorados en más de 15.000 millones de euros.
La sociedad articuló su gobernanza en torno a un pequeño consejo de administración en el que la presidencia correspondía de forma rotatoria a las dos partes. En representación de Ortega la ocupó José Arnau, su sempiterno hombre de confianza; en el caso de Koplowitz, el encargado de tal cometido era Alberto Cortina Koplowitz, su primogénito y uno de los principales ejecutivos en Omega, el family office de la inversora.
Una situación que se ha prolongado hasta el momento de acordar la venta de la participación de Koplowitz en Fongadea Recoletos, hasta el punto de que justo antes de esta operación la presidencia estaba en manos de Alberto Cortina Koplowitz.
Venta de las 'inditex'
Como circunstancia paradójica y para terminar de redondear el particular divorcio entre estas dos grandes fortunas, Alicia Koplowitz deshizo últimamente la participación que mantenía en Inditex, a través de la sicav Morinvest, una de las de mayor tamaño en España, con activos bajo gestión valorados en más de 600 millones de euros al cierre del primer semestre.
Aunque la mayoría del patrimonio de la sicav está invertido fuera de España, Morinvest cuenta con una pequeña cartera nacional, conformada por pequeñas participaciones en valores como FCC, la empresa fundada por su padre, Ernesto Koplowitz, y de la que participó junto a su hermana Esther hasta que le vendió su parte, y Endesa, de cuyo consejo forma parte como independiente desde hace unos años.
Uno de estos componentes era Inditex pero el informe semestral que Morinvest ha depositado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) revela que esta participación ya no figura en la cartera de la sicav.