Barcelona quiere quedarse con la Copa América: aspira a repetir como sede tras 2024

Barcelona, que albergará la Copa América de vela entre agosto y octubre de 2024, quiere quedarse con la competición más importante de este deporte el año siguiente. Así lo han trasladado fuentes gubernamentales a EFE, en un intento por convertir a la Ciudad Condal en la capital náutica mundial y por transformar su fachada marítima. De hecho, el evento servirá para revitalizar esta zona y acelerar una reforma del puerto con la rehabilitación de sus instalaciones. 

Tras la celebración del evento deportivo, que tendrá lugar entre agosto y octubre, el objetivo es que el equipo vencedor elija de nuevo Barcelona como sede del próximo torneo para convertirse así, durante ocho años consecutivos, en la referencia mundial de esta disciplina deportiva. Con esta decisión, insisten, se pondría en valor la inversión que se ha hecho para albergar esta competición, tanto en el sector público como en el privado. 

Popularizar la vela

Las mismas fuentes subrayan en conversaciones con la citada agencia el papel estratégico de la Fundación Barcelona Capital Náutica, entidad que aglutina a las entidades que velará por mantener el legado de la competición para el futuro. El objetivo que se persigue es que la vela deje de verse como un deporte elitista y que sea accesible, fomentando desde la escuela las ciencias del mar, los oficios náuticos y conectar la tradición de Barcelona de startups tecnológicas con la innovadora industria náutica.

Barcelona no solo aspira a la reedición de la Copa América de vela, sino a convertirse en un referente mundial de organización y acogida de todo tipo de eventos deportivos globales en la próxima década. Pretende formar parte de las sedes del Mundial de fútbol al que aspira España en 2030 junto con otros países o poder convertir Barcelona en etapa de salida del Tour de Francia.

1.200 millones de euros y 19.000 empleos

En cuanto a la Copa del América de vela, se prevé un impacto económico de 1.200 millones de euros y una generación de 19.000 empleos, según un estudio de la Universitat Pompeu Fabra.

Además, su extenso calendario tendrá un impacto positivo en el turismo. De hecho, varios de los equipos ya se alojan en Barcelona para preparar la competición y cada competidor traerá consigo a una media de 150 miembros que residirán en la Ciudad Condal durante más tres meses juntos a sus respectivas familias, lo que supone unas 300 personas por cada uno de los seis equipos en liza.